sábado, 23 de julio de 2016

Fantasmeando en tierras andorranas (AOG 2016)

Pues no, no se está tan mal aquí en Andorra. Hombre, no es tierra para blandos, no. Aquí o subes o bajas. Y no, no hablo de subiditas tendidas o falsos llanos, hablo de rutas que no llegan a los 40kms en los que te cascas más de 1500mts de acumulado. Y como no, otra vez estaba por ahí Alvaro liándome para apuntarnos a una carrera, aprovechando que estoy viviendo aquí por unos meses. Se trata de la Andorra Outdoor Games, en dos modalidades: 50kms y 90kms con 2000mts y 3000mts de desnivel acumulado respectivamente. Y claro, a cuál nos íbamos a apuntar si no era a la de 90kms. La de 50 es para losers...sí, sí, "losers". Los meses de Junio y Julio no fueron muy allá y tampoco pude entrenar muy bien y al final....los dos valientes nos cambiamos a la modalidad de 50kms. Yo aún tenía la sombra de la Madrid Segovia sobrevolándome y no estaba para pruebas hercúleas y en el tiempo que llevaba aquí, ya me había enfrentado a las duras rampas andorranas y no estaba la cosa para cachondeo. Creo que con la de 50kms ya iba a tener suficiente. Al final pudimos hacer el cambio y bien, estábamos satisfechos.

Llegaba el finde de la carrera, Alvaro llegó el viernes a última hora, lo que nos dio tiempo justo para descargar el coche e ir a cenar al McDonald's de la Meritxel, que cerraba a las 23h...uuuhh!!! horario límite!!! Y nada, cenita rápida, comentar el viaje en coche y a casa a dormir, que mañana tocaba salir en bici, o eso creía. La idea que tenía era de subir al lago de Engolasters y luego rodar hasta Encamp para enseñarle un poco la zona, no iba a ser una ruta muy cañera. Pero en lugar de eso, dormimos hasta media mañana, desayuno e irnos de tiendas biciletiles. Es que vivo en una zona muy golosa, con varias tiendas de bici con mucha variedad en un radio de 1km a la redonda. La tentación es muy grande. De hecho hay muchas veces que salgo a dar una vuelta por la ciudad y me dejo la cartera en casa, sino me habría arruinado ya. Ir a recoger los dorsales y lavar las bicis para tener todo listo para el domingo. 

Ir a las carreras con Alvaro es una mala influencia para mí. Yo antes siempre llegaba a tiempo a las carreras, lo hacía todo bien, me levantaba a la hora y ahí estaba, en mi cajón, esperando a que diesen la salida. En Ibiza perdí el dorsal por irnos a mirar stands, ya en Monegros, nos colocamos más atrás de lo normal en el cajón porque "pa qué vamos a ir antes?" pero lo de hoy ya fue un cachondeo. Todo su culpa, jajajjaa. Bueno, algo de culpa tuve yo, pero quien escribe esto, se permite el lujo de poner su propia versión, jajaja. El principal error fue calcular mal el tiempo que tardaríamos en llegar hasta la Rabassa en coche. Primero un ligero despiste al tomar el desvío pasado Sant Julià y luego, que la subida no se hace tan rápido como pensaba. Resultado: llegar a la Rabassa con unos minutillos de retraso con respecto a la hora de salida, algo así como unos 20 minutos, minucias. Y claro, el coche te lo metes por el culo o lo aparcas en donde te digan los voluntarios, a 1km aprox de la salida. Sal del coche a toda hostia, termina de vestirte, casco, zapatillas, GPS, pulsómetro, etc, etc. Y ahí empezó nuestra carrera, teniendo que hacer ese último km de ascensión a fuego, para tratar de enganchar el grupo de la carrera.

Ya llegamos a meta calentitos y ya no había ni arco de salida, ni gente aplaudiendo, ni voluntarios ni nada. Solo los encargados del cronometraje que estaban guardando los aparatos con los que cronometran a la gente que cruza la meta al salir. Nos pidieron nuestros números de dorsal y "¡¡venga chavales!!! que han salido hace unos 20mins!!!". Así que apretamos de lo lindo, los primeros repechos en "danceuse", apretando fuerte, cruzándonos con algunos voluntarios que estaban en los desvíos iniciales y que ya volvían a la zona de meta animándonos. "Venga, vamos!!! vais los últimos!!!" Las pulsaciones a mil, tratando de forzar, pero no demasiado para no vaciarnos en los primeros kms y llegar sin fuerzas.

Después de los 2-3 primeros kms de subida del trazado de la carrera (además del kilómetro extra que llevábamos desde el coche) empezó la bajada y ahí nos dejamos caer como pollos sin cabeza. Apurando en las curvas, y para abajo a tumba abierta hasta que empezamos a divisar a los primeros últimos participantes. Y empezamos a adelantar... "¡¡por la izquierda!!!....¡¡por la derecha!!!!". Tras la primera bajada inicial, tocaba otra subida de unos 3kms, a ritmillo, sin forzar, y continuamos adelantando a gente. El riesgo que teníamos era de embalarnos al ver gente a lo lejos, que nos diera el ansia de acelerar el ritmo para adelantarles y vaciarnos antes de tiempo. Ya les adelantaríamos a su debido tiempo.

Tras esa primera subida, tocaba una de las bajadas más divertidas de la carrera, un sendero estrecho, cruzando un pinar, con el suelo húmedo, la tierra algo compacta, ideal para el agarre de los neumáticos. Aprovechamos aquí también para dejarnos caer grácilmente, pidiendo paso cuando era posible, adelantando a todo el que pudiéramos, tratando de no perder excesivo tiempo. Tras el sendero una pista rápida con horquillas que daba paso a Bescaran en donde estaba el primer avituallamiento y después a una carreterita de pueblo asfaltada que nos llevó a una de las subidas largas de la carrera. Allí ya había gente parada...joder, no llevábamos ni 20 kms y ya se paran?? a saber a qué hora llegarían a meta.

Un gustazo ir adelantando todo el rato a la gente. Nadie nos adelantó, vale que era porque habíamos salido tarde, pero bien podríamos haber pegado un bajón y desinflarnos, pero no, nos íbamos aguantando el ritmo. Yo de vez en cuando me pegaba algún calentón tratando de alcanzar a algún grupo que veía a lo lejos, pero relajaba un poco para esperar a Alvaro y así nos íbamos dando relevos. La pista nos llevaba desde España hasta Andorra y a medida que íbamos avanzando, me llegaban SMS avisándome del cambio de roaming. Y de aquí, tocaba la última bajada, la pista bastante rota, no era una trialera, pero sí que tenía bastante rocas por el camino, algún que otro salto y raíces. Entre tanto, una moto nos iba adelantando, despacito, animándonos a todos y al rato le seguía el primer clasificado del recorrido de los 90kms....habían salido a las 8h y llevaba 40kms más que nosotros y ahí iba el tío, como una rosa con pistones por piernas. Hay que decir que entre ese momento y mi llegada a meta, no vimos pasar al segundo clasificado de la 90kms....y eso que este tío no debe ser de los profesionales.

Lo mejor en estas bajadas es dejarse caer, sin tocar el freno, es mejor pasar volando por encima de las rocas y raíces que ir despacio frenando tragándote todos los agujeros del camino. Y así íbamos...pidiendo paso, el uno tras otro. Por donde pasaba yo, iba Alvaro detrás de mí y viceversa, en plan locomotora. Pero clavé freno en un desvío. Era un desvío que ya había tomado con un colega del curro del banco en mi primera ruta por Andorra, y que según el track de la carrera que había visto en días anteriores, estaba convencido que teníamos que tomar ese giro. Uno de los que habíamos adelantado se paró con nosotros y dijo que no había visto ninguna marca que indicara que había que desviarse. Así que continuamos todo recto sin desviarnos, volvimos a dejar atrás al hombre que nos había alcanzado a duras penas hasta que llegamos de repente al segundo avituallamiento....casi aterrizo sobre la mesa. Estaba colocada a la salida de una curva cerrada.

Un par de vasitos de coca cola y un trozo de plátano para el buche y a seguir. Ahora tocaba la última subida, unos 10kms de ascensión hasta los 2000mts en donde estaba la meta. Partíamos de unos 1300/1400 mts de altura. Ya conocía la subida de cuando subí al pic Negre, así que con tranquilidad. misma filosofía que en las anteriores subidas, ritmo constante, sin pretender acelerar la máquina, quizá conservador, pero lo suficiente para acelerar en los últimos kms. Llevaba la Madrid-Segovia en la memoria, recordando lo mal que lo pasé por apretar demasiado al principio. Me puse la altimetría de la carrera en el GPS para controlar lo que quedaba de subida, aunque tampoco hacía mucha falta. Lo miraba más por curiosidad que por necesidad. Pasamos por la pancarta de los últimos 5 kms y ahí empecé a bajar un par de coronas para acelerar el ritmo. Solo 5kms y conociendo la subida, esto estaba hecho. En algunos tramos un poco más empinados me ponía de pie sobre los pedales para pegar un último apretón hasta que la ascensión terminó.

Tocaba un ligero llaneo en el que intercambié unas palabras con otro competidor, para recuperarme un poco de las últimas rampas y luego ya volví al ritmo anterior. Llegamos a una bifuración en el que una mujer y el que debía de ser su hijo nos daban las indicaciones de qué camino coger. Había que tirar de frente, ¿pero por ahí? ¡¡sí, sí, por ahí...coged la trazada de la derecha!!! Joder, menudo paredón teníamos de frente. Una pared de 400mts y un 20% de desnivel en los primeros 100mts. Tras ese rampón, una zona llana que nos llevaba a meta en donde coincidimos con los que venían de la prueba de trail. La meta al fondo, tocaba apretar y ponerse a pedalear de pie. No iba a ganar la carrera, pero tampoco hay que dejarse llevar, no?

Al final, tiempo oficial 10º y tiempo real, 35º. No está mal, teniendo en cuenta que llegamos tarde, jeje. Por una parte, llegar tarde a la salida nos vino bien, no pillamos ningún tapón en las zonas estrechas, y pudimos ir a nuestro ritmo, sin dejarnos llevar por la gente que va más fuerte. Llegaron 157 y 48 no pudieron llegar. Los dos estábamos pletóricos, muy contentos, cansados lógicamente, pero no extenuados ni apajarados. Podríamos haber apretado más? quizá, pero fuimos al ritmo justo para disfrutar de lo grande.

sábado, 16 de julio de 2016

Aterrizando en Andorra

Bueno, precisamente "aterrizando" no sería el término ideal. Por motivos de curro, como siempre, esta vez tocaba expatriarse por una duración media. Menos tiempo que en Zurich, pero sí unos meses, por suerte partidos. La idea original era estar 4 meses y por suerte el plazo empezó a mediados de junio y se acabó alargando a cuatro meses y medio. Así que por ahora iba a estar un mes y medio y luego vuelta a casa para pasar el mes de Agosto. Así que ni tan mal. Lo bueno era que esta vez sí me podía llevar la bici, a diferencia de Zurich que el viaje fue por avión (aquí vine en coche) y sabía el tiempo que iba a estar de forma fija (no como en Zurich que era variable, incluso mi emplazamiento en cliente). El piso que me ofrecieron era como siempre, un business apartament, alargado, estrecho. Justo al entrar, en un recibidor muy estrecho, una cama bastante justa y encajonada. A continuación el pasillo con el baño, muy nuevo y remodelado y muy amplio. Y desembocando en la única estancia principal del piso con la cocina, una mesa comedor con cuatro sillas y la cama abatible.

Había oído que Andorra era el paraíso de la bici, del MTB así que una de las primeras cosas que hice fue investigar por wikiloc buscando rutas asequibles por la zona, rutas que salieran desde Andorra. Me dí una vuelta por las múltiples tiendas de bici que hay por la ciudad preguntando por clubs o por rutas. Y en la mayoría de las veces la respuesta era que las rutas de MTB buena son por la zona de la Seu d'Urgel, o subiendo con el coche a las estaciones de bike park, algo inasequible para mí al no disponer de coche.

Los primeros "baches" aparecen al cargar las rutas al GPS y tratar de seguirlos. No sé cómo los habrán hecho, si dibujándolos con algún programa o porque mi GPS no estaba bien calibrado, pero en la mayoría de las rutas que seguí el track no iba ni por la carretera ni por el camino marcado. Siempre iba por fuera. Acabé desactivando las notificaciones sonoras y los avisos porque iba siempre fuera de track y me volvía loco tanto pitido. Tampoco había mucha opción por donde perderse, así que bien. Empecé a conocer las zonas más cercanas a Andorra: subida a Sispony, la Comella, el lago d'Engolasters, PRECIOSO!!! con unas vistas alucinantes del valle de la zona de Grandvalira. Pero el principal problema es que estas rutas son principalmente de carretera, el 80/90% del recorrido era por asfalto, y yendo con la MTB es poco compatible y de ahí surgió un poco la chispa de la carretera que ya comentaré más alante.

Algunos colegas del curro compartían afición al ciclismo y me llevaron a hacer algunas rutas de MTB por la zona de la Seu, muy bonito con unos senderos espectaculares, pero supone 20kms de ida + 20 kms de vuelta, más la propia ruta. Eso limita un poco la elección de rutas. Bueno, quizá eso sea una excusa barata, pero en según qué ruta se hace, 20kms de subida tendida para volver a casa son mortales. Y en alguna ruta que me aventuré a bajar hasta la Seu, la vuelta a casa fue extenuante.

En estos primeros meses, con más luz de sol por las tardes, las rutas de "MTB" que más hacía era subirme hasta Engolasters y desde el lago ir hasta la subida de Portals d'encamp por una pista con unas vistas preciosas. Una pista plana, a media falda de la montaña, atravesando algún túnel. Me encantaba. Pero volvemos al mismo problema de siempre, el resto de la ruta era por carretera. Los caminos a tan baja altura eran inexistentes. La otra ruta de tarde, era la subida hasta el Pic Carroi...bueno, eso tenía pensado hacer hasta que me enfrenté a los primeros metros de subida y un ataque de moscas, por lo que tuve que desistir. Y la ruta quedó en subir a Sispony, y luego coger un poco la pista hasta su cruce con el arroyo que baja desde el collado de Montaner. Pero más de lo mismo, hago más carretera que montaña. Y vuelta a casa, que tampoco andaba yo muy sobrado de luces y me volvía con cierta penumbra.

Durante estos primeros fines de semana en Andorra, entre visitas, viajes fuera de Andorra y la Andorra Outdoor games, no me quedaron muchos fines de semana. Hice un par de rutas por la zona de La Seu, como he comentado antes, con muy buenas sensaciones. Unos senderos preciosos, interminables. Normal que la Seu tenga esa buena fama de rutas de MTB por la zona, disfruté como un enano y en más de una ocasión eché en falta no haberme traído la cámara para grabar el recorrido. Salieron algunas fotos, pero imposible captar con ellas el entorno. Pero la ruta heavy que más recuerdo fue la subida al Pic Negre. Fue una ruta que fui encontrando a trocitos por wikiloc. La subida al Pic Negre estaba trackeada, pero la bajada a Andorra la Vella no estaba muy clara. Pensé que al llegar a lo alto de la cima encontraría la manera de bajar, pero no fue así.

El Pic Negre es una cima que hay a unos 2821 mts. Esta es de las pocas rutas que hice por Andorra  por caminos y pistas en su gran mayoría, iniciando la subida desde la frontera hasta Arcavell y desde allí hasta la zona de Naturlandia, a unos 2000mts de altura. Esa subida ya te va calentando y te lleva ligeramente por encima de Naturlandia y justo llegando al top de esa subida, una fuente me salvó la vida porque me había quedado sin agua en el Camelbak, que en Julio ya pega fuerte el calor. Pero una fuente de la cual no habría cogido agua de la fuente directamente. Menos mal que llevaba una especie de potabilizadora comprada en Decahtlon que me libró de una buena. Desde entonces, siempre que hago una ruta por zona desconocida en la que aprieta el calor, la llevo conmigo.

Tras dejar atrás Naturlandia, se sigue subiendo hacia el Pic Negre por unas pistas que en más de una ocasión superan el 25% de inclinación. Ya se está por encima de la mayoría de los picos de Andorra y el ojo alcanza a mayor distancia y las vistas son impresionantes. Se llega a ver la zona del circo de Cerdanya, algunos de los picos más altos de Andorra y el pic Negre ahí a lo lejos. Mucho viento, muchísimo viento, lo que hizo incómoda la subida, pero finalmente lo logré. Pero el camino de bajada a partir de ahora no era muy claro. El track que tenía cargado en el GPS no tenía lógica, ya que me enviaba por el precipicio que hay al otro lado de la ascensión al pico. Había una pista que empezaba a bajar en dirección a Andorra y llegué hasta el final, pero lo que había más allá no me convencía. Un pequeño sendero se salía de la pista por la cuerda de una cima hasta una cruz blanca, pero a partir de allí nada. No eran horas de ponerse a explorar, y el tiempo parecía no acompañar. Así que me rajé y me dí la vuelta. Tocó remontar casi hasta el pic negre, aunque pude rodearlo un poco y volver a bajar hasta Naturlandia. Desde allí, para evitar tener que bajar otra vez hasta la frontera, decidí coger la carretera que baja desde Naturlandia hasta Sant Julià y desde allí ya a casa. De todos modos, aún no habiendo hecho la ruta que tenía en mente, salieron buenos números.

En resumen, estos dos primeros meses fueron interesantes, de investigación, salir a correr por las tardes y aprovechar los fines de semana para entrenar de cara a la Andorra Outdoor Games a la que nos habíamos apuntado Alvaro y yo. 90kms con unos 2000mts de desnivel. Siempre es más que lo que hice en Zurich, ya sea por parálisis al irme a un país distinto, o por el motivo que fuera.




sábado, 28 de mayo de 2016

Lección aprendida (Madrid - Segovia 2016)

Por desgracia esta iba a ser mi última carrera en lo que quedaba de año. Mi "calendario" (como si yo fuese un pro) terminaba en Segovia debido a temas laborales. Otra vez, como hace 5 años, me tocaba pasar una temporada fuera de casa en el extranjero en un país de montañas y naturaleza, aunque esta vez el idioma iba a ser más entendible que el alemán. Y además iba a poder aprovechar más la bici. Pero no quita que estuviese un poco desanimado y de bajón, y eso no es buena combinación para afrontar una carrera, y más en mi caso que el tema psicológico me suele afectar bastante en carreras (Tema a mejorar).

Ya había participado en la primera edición de la Madrid-Segovia, que pasaba por el puente de la Marmota y cruzaba la sierra por el puerto de la Fuenfría. Ese trazado me gustó mucho, me pareció bonito, técnico, divertido...sin embargo al año siguiente, debido a los kilométricos tapones que hubo en el paso de la Marmota, se cambió el itineratio. Ya ni se pasaba por la Marmota ni por el pto de la Fuenfría, con lo cual perdía todo aliciente que pudiera tener. Pero este año, se habían apuntado...bueno, habíamos engañado a un colega para que se apuntara, lo cual hizo, a lo que tuvimos que apuntarnos varios para no dejarle solo y quedar mal. Así que ya estaba apuntado para la 2016: salir de Montecarmelo por terreno conocido, pistear por tramos pestosos entre Tres Cantos y Colmenar viejo, vías del tren incluidas y cruzar la Sierra hacia Segovia por el pto de los Leones y el paso del arcipreste de Hita..

Las semanas previas, como he mencionado antes, no me levanté muy animado. Pero bueno, había que ir. Bajo a desayunar y sigo sin encontrarme muy allá, en un día normal de ruta, creo que me habría dado la vuelta a la cama. Me tomé la temperatura, por si acaso y daba 37,5º. Bueno, no pensé que fuese fiebre, así que nada, desayuné, desperté a mi chica que muy amablemente, igual que hace dos años, me iba a acompañar a la salida y recoger a la meta. Todo montado en el coche y en ruta para Montecarmelo. Esta vez no íbamos a hacer la tontería de aparcar el coche en todo el meollo, en vez de eso, me dejó a un distancia de seguridad de la zona de salida para luego poder irse con el coche sin mayor problema. En la salida estaban los colegas, Edu, Sergio y Alvaro ya colocados. Saludé sin mucho ánimo, no me encontraba muy allá. No sé, pensé que serían los nervios pre-carrera y el rollo del desplazamiento por el curro que no paraba de taladrarme la cabeza.

Pistoletazo de salida y me pongo a rueda de Alvaro. No salimos a fuego, pero sí un poco más rápido que el resto de la gente. Ya nos conocíamos los tapones que había entre Montecarmelo y los toboganes de la zona del Goloso, así que convenía apretar un poco al principio para luego rodar tranquilamente. Aún así tuvimos algunos parones leves, sin llegar a poner pie a tierra. Enseguida estábamos en la zona del Goloso, aunque veía que Alvaro iba fuerte y a este ritmo, ni loco iba a poder seguirle durante toda la carrera. Llegamos a la zona de los toboganes del Goloso y allí, la misma técnica que la anterior edición: ganar velocidad en la bajada, pedalear en la subida para tratar de mantener la velocidad y en un par de repechos que hay muy duros, un salto al suelo, tres o cuatro zancadas y volver a subirse a la bici. Ya lo hice en 2014 y me fue bien. Hay mucha piedra suelta, gente que de repente se te para delante, con lo cual se va mejor y sin riesgo corriendo. Alvaro no se bajó, aunque tuvo un pequeño resbalón en unas piedras que pilló mal, pero como iba detrás de él, pude darle un empujón para sacarle del apuro. Coronamos el último repecho y ya enfilamos hacia el carril bici.

Y ya en esa zona le perdí la rueda, le seguía con la vista, pero no con el ritmo. A partir de ese momento ya iría a mi ritmo, que la carrera era larga y no conocía la zona que había detrás del puerto de los Leones, nunca había ido por esa parte hasta Segovia. Pasamos por el fatídico sitio en donde se pegó aquella hostia un participante en 2014, dejando todo el camino ensangrentado. Y aproveché para dejarme caer hasta casi la zona del puente de la Marmota, logré adelantar a unos cuantos. Quizá no estaba bien físicamente para aguantar un ritmo fuerte, pero me veía bien en los descensos y en las zonas técnicas. Llegamos a un paso de riachuelo que iba bastante cargado y se veía a gente haciendo malabarismos para no mojarse, no fuese a ser que se fundieran cual terrón de azúcar. Si mi memoria no me engañaba, este iba a ser el único paso por un rio en toda la carrera, y frio no iba a hacer, así que no merecía la pena todo ese circo y el tiempo perdido en no mojarse. Subí coronas para cruzar el rio con seguridad y encaré la subida hacia Colmenar Viejo, en donde nos metieron por las vías del tren. Y si el riachuelo aquel iba cargado, la zona de las vías que siempre está encharcada lo iba a estar a lo grande.

Y no, no me equivocaba, desgraciadamente. Un buen par de kms completamente encharcados y como ya me lo conocía, la única solución fue subirme a las vías del tren, y pedalear por encima de las piedras, que con lo compactadas que suelen estar, no iba a ser mayor problema. Alguno trató de imitarme, pero se acabó volviendo al camino y al agua. No adelanté a mucha gente, tampoco me adelantaron, pero al menos iba seco. De las vías nos desviaron a la tramo de calzada romana que va hasta el puente medieval que hay por encima del Manzanares, por una zona técnica que es de las que menos me gusta de la zona, pero que se pasa sin mayor problemas. Y desde el puente medieval, tocaba la subida larga y tendida hasta el mirador que hay por encima de Manzanares el Real. El año anterior me acerqué hasta allí para hacer de liebre a un par de compañeros de la peña de Alpedrete. Y en 2014 cometí el error de subir por encima de mis posibilidades, pero hoy iba a ir de tranqui, pillé mi ritmo para afrontar los primeros repechos, y luego bajé unas pocas coronas para la zona de falso llano que hay hasta el alto y sin problemas. Llegué arriba sin estar desfondado, habiendo adelantado a algún que otro participante.

Uno de los avituallamientos de la carrera estaba antes de cruzar el embalse, que ya me lo conocía de la anterior vez y el agua muy fria no es que estuviera. Así que pasé de largo para pararme en la fuente de la ermita que hay entre la Pedriza y Mataelpino, que ahí sí que sale fresquita el agua, y así hacía un pequeño break antes de la subida heavy hasta Mataelpino. Un trocito de barrita, Camelbak repuesto y ala, vuelta a dar pedales. En mente tenía los tres próximos desafíos antes de llegar a Cercedilla, y los quería tener en mente para no calentarme y quedarme sin fuerzas.

De forma inmediata, tenía la subida hasta el avituallamiento de Mataelpino, que tenía sus tramos de duros repechos y una subida bastante técnica que, si quieres hacer montado, desgasta bastante. Por suerte, o por desgracia, el terreno estaba seco, así que no hubo que pelear contra el barro que hace casi imposible uno de los tramos técnicos antes del avituallamiento de Mataelpino. Pasé de largo el avituallamiento y aproveché un llanito que hay para pegarle otro mordisco a la barrita. Tras este avituallamiento, un descenso por un sendero bastante revirado con algunas piedras en ubicaciones putas que, si no conoces, es fácil que te las tragues. Y fue lo que le pasó al que me seguía. Empezó muy pegado a mí, pero enseguida me lo pude quitar de encima y encaré la subida por el sendero que lleva hasta la Barranca en solitario y tranquilo. Segundo punto a no desgastarse. Un sendero que va picando para arriba, con algunos repechillos que queman las piernas y una segunda mitad más técnica, con escalones, piedras y raices que llevan hasta la pista que sube a la Barranca. Y ya, por si esto no fuera suficiente, sin olvidar todo el tramo de subida que llevábamos desde la zona de Tres Cantos, ahora tocaba la parte más dura, en mi opinión, de esta primera parte del trazado. Una subida por asfalto, seguida de camino, desde el pueblo de Navacerrada hasta el restaurante la Fonda Real.

El primer año que lo hice iba de novato total, no conocía este trocito de recorrido y no me imaginaba que fuese a ser tan duro, y ahí me vacié un poco de más, penalizando así la subida a la Fuenfría. Pero esta vez, quizá pequé de reservón, pero no quise calentarme. Aproveché el ritmo suave para meterle algún mordisco a la barrita sin ahogarme y hasta la zona de los bomberos fuí a ritmillo, aprovechando que el asfalto te da esa facilidad de firme uniforme, por el cual puedes llevar la cadencia que quieras/puedas según tu condición física. Y ya cuando pasamos al camino, relajé un poco el ritmo. Los dos compañeros con los que había iniciado la subida a los bomberos se alejaron de mí, pero no quise seguirles para no desgastarme y fui de tranqui. Al final acabé pillándoles cuando llegamos a la pared que tanto temía. Fui subiendo con plato pequeño, coronas grandes, al tran tran, poco a poco, sin calentarme. Coronamos y ya bajamos hacia la fonda real, entrando en el tramo fuera de cronometraje, para el cual teníamos 30 mins....pero este año me parece que la cagaron un poco en este aspecto.

El primer año, al igual que éste, el tramo neutralizado empezaba en la fonda real, que hasta la zona de avituallamiento, era todo bajada. Sin problemas para nadie. Pero el cierre del tramo neutralizado en 2014 era justo al girar a la derecha para iniciar la subida a las Dehesas. Es decir, se salía de la zona de avituallamiento, y se cruzaba el pueblo por la calle principal, llana, sin desnivel, asequible para cualquiera. Sin embargo este año, el cierre de zona neutralizada estaba saliendo de Cercedilla, tras una subidita puñetera, ya iniciando la subida al pto de los Leones. No sé, creo que podrían haber acortado ese tramo, porque sus 10 mins o así te podía llevar el llegar hasta esa alfombrilla del chip.

Este año también me acordé de lo demasiado que comí la primera vez, así que esta vez, parada corta para no enfriarme, llevarme algo a la boca, pero sin llenarme ni encharcarme bebiendo. Y volví a emprender la marcha, esta vez hacia los Leones. Lo duro de la subida es corto, son unas pocas zetas al principio y luego ya afloja bastante. Para quien no conozca la subida, se le puede antojar dura, pero si se hace con tranquilidad, sin problemas. El problema es que, por muy mentalizado que estuviera, salí con el chip de "acabo de salir de Cercedilla" y se me olvidaron todos los kms que llevaba desde Madrid subiendo hasta Cercedilla. No es que me vaciara en la subida a los Leones, pero fui a ritmo, sin que nadie me aledantara, y adelantando a un par de tios que iban por delante mío. Incluso el tramo duro y técnico del repecho hasta el paso del arcipreste lo hice sin poner pie a tierra. Y claro, eso desgastó un poco.

La bajada del arcipreste a la pista del rio Moros estaba encharcado, con las piedras mojadas, así que ahí no arriesgué mucho. En algunos tramos quizá me dejé llevar y tendría que haber frenado un poco, pero por suerte no fue a mayores y no besé el suelo. Pero eso sí, en cuanto ví la pista, me salí del sendero. Aunque el track se suponía que seguía por el sendero, pasaba de seguir llenándome de barro. Algunos que me seguían hicieron lo mismo y otros siguieron por el sendero. No creo que hiciera trampas, no fui por un sitio más fácil o menos duro.

Empezaba a encontrarme raro, cansado. Al llegar a la valla de entrada al valle del rio Moros había un avituallamiento y paré. No parecía que hiciese mucho que había pasado por Cercedilla, pero andaba cansado. Había algo de fruta cortada y ya el hecho de masticar, me notaba rara la mandíbula, no, no son drojas sanas, jeje. Pillé algo de isotónica y un poco de fruta y seguí para abajo, en dirección al embalse de Revenga. Una bajada jodidilla, que me dejé caer y por poco salgo por orejas, una librada de las buenas. Alcanzamos la carretera que bordea el embalse. Sabía en dónde estaba, pero no lo sabía. Sí, sé dónde está el embalse, he pasado por ahí en multitud de ocasiones, pero no me hacía a la idea de lo que me faltaba por llegar a Segovia. Pero ni por asomo. A partir de ahí empezaría mi calvario de camino a Segovia. He tenido pajarones y bajones en rutas, pero nunca en carrera, al menos no tan heavy como la de hoy. Para salir de la carretera que bordea el embalse, tuvimos que hacer frente a un par de repechos. Enganchamos un sendero que tras cruzar un riachuelo, nos llevaba a otro rampón imposible y por afán de hacerlo montado en bici, peté. No era muy largo, pero las pocas fuerzas que guardaba se esfumaron. Bájate de la bici, recupera el aliento, empuja la bici hasta coronar el repecho. Ahora, enfilaba la cañada real soriana, terreno conocido, pero que fuese terreno conocido no suponía estar más cerca de Segovia, lo que volvió a engañarme. Estaba jodido, ya no había duda, las piernas sin fuerzas, sensación rara en el estómago, me costaba respirar...iba avanzando poco a poco, aprovechando que la cañada real soriana no tiene mucha pendiente, pica para arriba, pero se aguanta. O eso creía yo, porque al llegar a la zona llana, que daba paso a una serie de repechos me tuve que bajar de la bici y echar la pota. La primera vez que vomitaba en una carrera. No me encontraba, las barritas no me entraban y el agua la tenía que beber a sorbos por miedo a volver a vomitar.

La verdad es a partir de ese momento, navegaba por mares revueltos, iba un poco perdido. No me acababa de situar en el recorrido. Había mirado un poco por encima el trazado, pero no le había prestado toda la atención necesaria. En mi mente, el recorrido desde los Leones hasta Segovia era algo más sencillo de lo que iba a ser. A partir de ahora tocaba una zona rompepiernas, bordeando en ocasiones la AP6, zonas encharcadas en las cuales los neumáticos parecían quedarse pegados al suelo, zonas en las que me tenía que bajar y empujar la bici lastimosamente mientras veía como el resto de gente me adelantaba. Poco a poco me iba recuperando y se notaba que estábamos llegando al final, en donde la gente va algo más separada, porque los adelantamientos no eran muy frecuentes. En ocasiones algún grupo me pasaba como una exhalación, pero por lo general eran uno o dos los que me adelantaban. Me tenía que parar frecuentemente para recuperar la respiración, y eso que no iba a tope de pulsaciones. Simplemente, no podía. En los únicos tramos en donde intentaba apurar un poco, era en las bajadas, tratando de alcanzar a quien tuviera a la vista, aunque cuando el terreno se allanaba o se inclinaba hacia arriba, volví a perder segundos frente a mis predecesores.

Esto no se acababa...de vez en cuando pasábamos por algún punto crítico en el cual había algún voluntario señalando el desvío correcto, animándonos "venga!!! que ya falta poco!!!" (otra de las grandes mentiras del ciclismo). Pero ese "poco" no se acababa...y ahí seguía dando pedales, subiendo y bajando repechos que me agotaban cada vez más. Y las bajadas que había a continuación tampoco me ayudaban a recuperarme, así que afrontaba el siguiente repecho a medio gas. Y por si todo esto fuera poco, el eje de pedalier empezó a hacer un ruido de grillos de mil diablos, a cada pedalada crugía como si tuviera ahí metida una jaula de grillos. Normal, si no era un prado encharcado y embarrado, directamente tocaba cruzar una balsa de agua marrón y a estas alturas de la carrera, lo único que quería era acabar lo antes posible. Y por fin se hizo la luz...llegué al último avituallamiento de la carrera, ese en el que no paré en la primera carrera. Pero hoy no estaba el horno para bollos y paré, paré muerto de cansancio, necesitado de agua, líquido, lo que fuese. Pero el agua "mierdatónica" que me eché sabía a pis, menuda mierda! Me di cuenta al poco rato, así que estaba aún peor, sediento y con la boca rara. Apreté todo lo que pude para llega a Segovia, saqué fuerzas sabiendo que ya quedaba poco. Detrás de mí, se puso un chico a rueda, pero al poco rato conseguí separarme de él. Unos metros más alante, oía como se pegaba un revolcón, debió de pillar más uno de los múltiples charcos que había. Le grito si está bien, todo correcto, y continuo apretando hasta llegar a Segovia...muerto, desfallecido. Me ofrecen un botellín de agua, que apenas puedo tragar. Me siento un poco a la sombra a descansar. Vuelvo a revitalizar un poco, será por el subidón de haber llegado a meta.

Aproveché que no había mucha cola en la zona de lavadero de las bicis para dejarla limpia antes de meterla en el coche. Y ya entro en Segovia, comentando la carrera con otro chico que también anda algo fastidiado. Menuda mierda de trazado, mucho mejor el del año anterior, los avituallamientos pobres y cutres. Llegamos a las escaleras, voy bajando, me emociono al llevar una 29". La última vez que bajé por aquí iba con una 26" y no era lo mismo, jeje. Pero freno un poco, no vaya a ser que entre de bocas a meta, no quedaría muy fotogénico. Llego a donde está mi chica, y ahí ya me siento en el suelo, apoyado contra una de las columnas del aqueducto. En fin, luego llegué a casa, conducido por ella y andaba con mis 38 y pico grados de fiebre.... Pues sí que era fiebre lo que tenía esta mañana. Qué hemos aprendido hoy? que si hay más de 37º, uno se queda en casa y ya le pueden dar por saco a la ruta/carrera/o lo que sea. Eso, y que se me han quitado las ganas de carreras por una buena temporada.

viernes, 27 de mayo de 2016

Probando softails - Test The Best (día 1)

Este año era ya la tercera vez que me apuntaba al Test The best, ese festival que montan los de Bike en Cercedilla para que la gente pueda catar bicis pata negra. Esas bicis con los que muchos soñábamos en el famoso "test" elaborado por Juanma Montero y que nos hacía soñar por unos momentos. Al menos servidor flipada con las monturas que probaba y este festival, nos da una oportunidad similar, aunque con límites de ritmo y trazado. La mayoría de las marcas tienen un guía y un trazado estipulado por el cual no te puedes desmadrar mucho. Solo un par de marcas me permitieron coger la bici y hacer e ir por donde quisiera con ella durante 1h. Como si me quería ir a una terraza a tomarme un café y presumir de montura. Orbea y Canyon. 

El año pasado, era mi segundo y fui a lo grande, monturas pata negra: BMC, Cannondale, Scott, todas 29", montadas con 1x11, ruedas de carbono, auténticos misiles. Hasta que un colega me recordó que no me acostumbrase demasiado a lo bueno, que luego tocaba volver a mi Alma de alumnio y 26". Y cuánta razón tenía. De hecho, recuerdo en la primera ruta que hice con la Alma después de aquel fin de semana de pruebas, que casi me calzo una hostia por bajar como pollo sin cabeza, olvidando las pocas (pero presentes) limitaciones de la 26".

Este año iba a ser distinto, hacía ya unos meses que tenía mi montura de 29", carbono, full XT. No es el módulo top de carbono, pero no le anda lejos y a falta de ponerle unas llantas adecuadas, se puede quedar en un peso muy majo. Este año quería probar novedades tecnológicas más que bicis potentes. Y las elegidas para el primer día iban a ser la BMC TE01 con el nuevo sistema MTT (Micro Travel Tecnology) que consiste en una inserción de unos elastómeros (o gomas como insistía en explicarnos el guía) situadas en la parte superior de los tirantes, justo antes de su unión con el tubo del sillín. Y la segunda a comparar, la Trek Procaliber con un sistema similar de absorción de irregularidad. En su caso, la americana hace uso de un minibasculante situado en el ángulo inferior del tubo horizonal y el tubo del sillín pero sin elastómeros. Este basculante se aprovecha de la flexión que sufre el tubo del sillín por el peso del biker. Dos conceptos distintos de ver el término "softail".

Ya conocía el montaje de la BMC del año pasado, pero este año venía con un doble plato en vez del 30 del año pasado y sus 11 piñones. Y con el nuevo guiado de cable de desviador a través del tubo horizontal. Bloque de horquilla Fox, el que más me gusta en el mercado actual, con su modo CloseTrailDownhill que te permite jugar desde llevarlo cerrado a completamente abierto, pasando por un término medio apto para el trail. La suavidad y buen tacto de la Fox, como siempre es un clásico y el montaje de ruedas de la mano de DT. Como pegas, están los nuevos mandos del XT, que ya no permiten bajar dos piñones de golpe en ambos sentidos del 2-way release. En ocasiones uno se pregunta qué entienden las marcas por "innovar". Veo que no solo pasa en el mundo de los móviles, sino también en el ciclismo. 

El sistema MTT es bastante sencillo, sin complicaciones tecnológicas ni elementos móviles. Y para alguien que huye de las dobles por su complicación de elementos móviles, mantenimiento y coste, es algo de agradecer. Obviamente no sustituye ni por asomo las características de una doble, aunque sea la doble más rallyera que te puedas echar a la cara, aunque solo tenga 80mm de recorrido. Pero para mí me bastaría. BMC entrega 3 elastómeros de distintas densidades, que según explicaba el guía, no dependía del peso del biker. Que ese era otro tema que me habría gustado dialogar más a fondo con él, pero tampoco quería monopolizar la conversación durante la ruta guiada. Pero no me creo que el elastómero de más alta densidad tenga el mismo comportamiento con un biker de 60kg que con uno de 90kg...non fotis! De todos modos, el montaje es muy sencillo, dos pasadores allen, se aflojan, se extrae el elastómero y se inserta el otro que se quiera utilizar. O bien se aprovecha para limpiar. Y se vuelven a atornillar los pasadores y listo. Si me apuras, incluso es una operación que se podría hacer en plena ruta.

La Trek montada con el X1 sí llevaba un monoplato, un 32T. Ya llevé un 32T en la Cannondale FSI del año pasado y en algunos tramos, en comparación con el 30T de la BMC de ese año, se me hizo algo más durillo. No tuve que bajarme de la bici ni aminoré la marcha, pero esos 2 dientes, tras una ruta de 80-100kms sí que se pueden echar de más. En mi caso, creo que bailaría entre 30 y 32 dientes en caso de montar un monoplato. Mismo montaje de ruedas que la suiza pero con la SID RL como horquilla y el sistema de bloqueo remoto de Rock Shox que no me entusiasma demasiado. Como añadido, la marca Polar equipaba todas las Trek de prueba con su GPS V650, pero claro, en una ruta guiada tan corta, no tenía mucho sentido. A destacar, la buena legibilidad de su pantalla, aún con el solazo que hacía ese día.

El sistema de Trek es completamente distinto. Carece de ningún elemento suspensivo. Se basa en un tubo de sillín de sección circular en la parte superior, que se va ovalando según se acerca al eje de pedalier, de modo que conserva su rigidez lateral, pero permite flexar en el sentido de la marcha. El pivote se sitúa en el ángulo inferior que forman la barra horizontal y el tubo del sillín y cuando el biker está sentado sobre el sillín, ejerciendo fuerza en dirección al suelo, la parte ovalada del tubo del sillín flexa en dirección paralela el suelo y en dirección delantera como reacción al peso del biker. 

Pero donde mejor se prueban las cosas, es en marcha, dando pedales. Y nada más salir del recinto ferial, pude sentir los elastómeros de la BMC. Cualquier imperfección, pequeño bache o grieta es absorbido por el sistema MTT. Y es que los 3cms del elastómero no dan para muchas alegrías. Como ya he dicho anteriormente, no pretende sustituir el uso de una doble, sino hacerte más llevaderos los senderos o pistas por las que pedalees. A diferencia de una suspensión al uso, en donde el rebote suele ser controlado por el aceite, en este caso el rebote es libre. Del mismo modo que se absorbe la irregularidad, con la misma brusquedad o suavidad que se reciba el bache, el elastómero vuelve a recobrar su tamaño. Eso mismo, pero con más brusquedad, me pasó el año pasado probando la FAT, que iba sin horquilla y la absorción de las irregularidades del terreno se hacía con el generoso balón de sus cubiertas.

Al principio de llevar la BMC, la sensación es como de rueda pinchada, pero enseguida te acostumbras y por terrenos rotos es una delicia. Zonas de raices, pedregosas, esas zonas en las que resulta incómodo pedalear es el punto fuerte de la BMC. Fue una auténtica gozada llevarla por esos senderos estrechos y revirados de Cercedilla. Se supone que actúa también aún estando de pie sobre los pedales, en un descenso, por ejemplo. Pero en mi caso no pude notar nada. Pero como ya digo, 8kms es demasiado poco para probar el 100% una bici, aunque sí que da una idea bastante aproximada de si te va a gustar o no. Y por segundo año consecutivo, la BMC me encandila. Me gusta su geometría, de vainas cortas, nerviosa, reacciona muy bien a las aceleraciones, baja de lujo por cualquier tipo de bajada. El pequeño elastómero me permitió pedalear sentado por una zona en la que, con una rígida al uso, en más de una ocasión he tenido que despegar.

Tras probar la BMC, tocaba probar la Trek, así podía comparar en un mismo día dos softails, con distintos conceptos.  Aquí sin embargo no me puedo explayar tanto. La bici es un auténtico tiro, no lo puedo negar. Ligera como la que más, incluso me dio más sensación de ligereza que la BMC. El hecho de no poder disponer de mi talla, cosa que siempre me pasa en este tipo de festivales (excepto la L de la BMC en la que me siento comodísimo), quizá sea un puntito negativo. Aunque es una 19,5", lo cual se acerca mucho a lo que debería ser mi talla real. 

Salimos del recinto, cruzando el empedrado del centro cuidad en donde no noto nada. Incluso haciendo fuerza contra el sillín...eso sigue igual de duro y sigo notando el traqueteo. "bueno, vamos a seguir" pienso, esperando que una vez entrado en faena, en senderos con más piedras o raíces notaré la efectividad del softail americano. Pero qué va, qué va...el primer escalón que pillo sentado en el sillín se nota, y vaya si se nota!! O mi culo no es nada sensible, o esto no amortigua. Voy como perro buscando los charcos, pero con raices, piedras e imperfecciones del terreno y nada. Quizá me estoy olvidando de lo preciso que va el X1 de SRAM y de los 32dientes del plato que hoy se me han pasado por alto. Será que estoy más fuerte que el año pasado o que esta Procaliber es más ligera que la FSI Carbon del año pasado (mis disculpas a los amantes de Cannondale por semejante blasfemia, jejeje).

Llegamos a la parada obligatoria a mitad de ruta, en donde el guía se para a darnos una pequeña charla técnica sobre los aspectos de cada modelo que llevamos. No puedo evitar preguntarle por la comparación con la BMC y que no noto nada desde que hemos salido. Me explica técnicamente cómo funciona el sistema IsoSpeed de Trek, sus 8mm de oscilamiento Y luego visualmente, me muestra cómo oscila, de pie, haciendo fuerza sobre el sillín se aprecia un ligerísimo vaivén del tubo del sillín. Pero claro, no se puede comparar la flexión de un metal frente a la compresión de un elemento neumático.Un metal puede flexar, por supuesto, pero no llegará a hacerlo del mismo modo que lo hacen unos elastómeros. Y eso que mi talla es una 19,5", en la que las dimensiones son mayores y mayores son los momentos de torsión y más pesa el biker. En una 15" con un biker de 50-60kg, eso no flexa ni para atrás.

Creo que el sistema de amortiguación de la Trek podría tener cabida en esos tramos de pista en los que se pedalea hasta alcanzar altas velocidades y de repente uno se encuentra con esa bañeras en las que la bici se hunde y luego vuelve al nivel de la pista. Ahí sí que es flexión del tubo de la tija iría de perlas. Pero también funcionaría bien el sistema MTT de BMC, además de en el resto de ocasiones en las que nos encontramos con irregularidades, leves, del terreno. Personalmente, me quedaría de calle con el sistema de BMC.

PD: Como siempre, gracias a la putamierdawifi que tengo en el piso, me es casi imposible subir fotos. Así que para dentro de unas semanas, actualizaré las últimas entradas con sus fotos, para que no resulte tan tocho.

sábado, 7 de mayo de 2016

Fantasmeando contra el Cierzo - Monegros 2016

Tras la vuelta a Ibiza, la semana de vacaciones en Canarias, tocaba Monegros. Un clásico en mi calendario. No tanto por la carrera ya que es pista, pista y más pista. Pero me gusta mucho por encontrame con los compañeros del foro, Alejandro, Alfonso, unos auténticos #masterprotour. Aunque por desgracia, este año iba a faltar a la cita el cuarto mosquetero, Pedro, que no iba a poder venir por compromisos personales. Pero este año se juntaba que iba junto con Alvaro y nos íbamos a juntar allí con otros dos foreros de la plataforma: Manu con quien ya había coincidido el año pasado junto con su novia participando en la corta y Rubén, al cual conocía solo de habernos cruzado mensajes por el foro y Facebook, pero seguro que iba a ser un tío de puta madre. No conozco a nadie que mida más de 1.90mts que no sea simpático, afable y buena persona.

Desde Madrid salía con Alvaro, tras recogerle en su curro, con las maletas y las bicis, directos a Sariñena. Esta vez llegamos más pronto que ningún viernes, es lo que tiene salir a una hora decente del curro. Alejandro salía también de Madrid, pero por su cuenta, previo paso por Zaragoza para luego juntarse con nosotros en Sari. Recogida de los dorsales, esta vez me preocupé de no perder el dorsal como en Ibiza, nos paseamos por los stands, y nos encontramos con Alfonso y señora, que se habían acercado a ver el ambiente y saludarnos. Como siempre, super simpáticos y agradables. La pregunta de cada año "¿Y tu novia no se anima a venir?", jejeje. Cómo se nota que no la conocen, jejeje. "Algún día, algún día la engañaré". Pero lo mucho que me anima, me apoya cuando estoy con los nervios en la semana previa, cuando me ha llevado a las salidas a horas intempestivas, o las veces que ha ido a buscarme al aeropuerto o cuando la bici me deja tirado....eso no se lo puedo agradecer lo suficiente.

A media tarde llegaban Rubén y Manu para recoger sus dorsales y echar un vistazo a los stands antes de que cerrasen. Nos fuimos a la zona de "restauración" a tomarnos unos refrigerios en espera de que Alejandro llegara y nos pudiéramos ir a casa a dejar los bártulos, cenar, adjudicarnos las habitaciones/camas y descansar. Yo me había traído sábanas para colchón individual pensando en que dormiría en una cama tal, pero al final me tocó mi cama habitual, así que sábanas de cama individual en cama de matrimonio, jeje. Lo peor llegó como a las 6h de la mañana....me despertó el ruido de la lluvia. Caían chuzos de punta. Joder, el trazado debía de estar poniéndose fino de barro, y encima el barro de monegros no es que sea de los más "agradables". Arcilloso, pegajoso....temible. Amaneció, desayunamos y nos fuimos hacia Sari en donde esperábamos que el tiempo mejorase. Por favor...qué despeje y dé el sol. Pero los nativos nos avisaban "cuidado, que si deja de llover, entonces soplará el Cierzo"....el temido Cierzo. No sé qué podía ser peor, si el viento o el barro.

En los prolegómenos de la carrera, coincidimos con Toni, otro forero de la plataforma con el que ya nos habíamos cruzado varios mensajes, un biker oldschool, de los que lleva años dándole a los pedales. Aunque con mucha pachorra, estaba comiendo con nosotros, sin haber caído en la cuenta de que tenía que recoger el dorsal. Nosotros ya teníamos las bicis listas y preparadas, jeje. Este año me cuidé mucho de no pasarme con la comida. El desayuno, fue como uno que puedo tomar cualquier finde normal de ruta y me llevé un tupper pequeño de pasta, en vez de uno grande como el año pasado. Graso error, ya que tuve unos retortijones de aupa. Este año quería hacer las cosas bien. Comer lo justo, sin pasarme. Así que un poco de ensalada de pasta y un plátano y listo. Lo justo para tampoco tener ganas de ir al baño justo antes de la carrera. En fin, la hora se acercaba y Alvaro y yo nos fuimos al cajón, mientras que Rubén, Manu y Toni se iban al suyo. Este año tardamos un poco más en meternos al cajón y quedamos algo alejados de nuestro arco, una lástima. Mientras estábamos allí esperando ví pasar a un colega de la peña, al que fui a saludar un poco más atrás en el cajón.

Y por fín sonó el pistoletazo de salida. La salida fue bastante tranquila al salir de tan atrás. Primero el tiempo empleado en cruzar el arco principal de meta y luego la salida del pueblo, demasiado tranquila para que lo había vivido en anteriores pruebas. Y ya pasados el arco pensé que el ritmo se aceleraría, pero nada más lejos de la realidad. Joder, parecía una puta marcha.... Intenté adelantar a toda la gente posible, con Alvaro haciendo lo mismo como bien podía. Adelantar, pero con cuidado, no quería ni enganchones ni los típicos reproches de "eeh...que esto no es una carrera!!" del mismo modo que a mí en otras ocasiones me ha jodido que alguien me pase rozando el manillar. Así que adelantamientos limpios, pidiendo paso, y agradeciendo el que me cedan el paso. Salimos del pueblo y nos enfrentamos a la triste realidad que tendríamos durante gran parte de la carrera: el dichoso viento, el famoso Cierzo en todo su esplendor. La salida de Sariñena es bastante caótica ya que la pista va haciendo constantes giros. Por muchos años que lleve haciéndola, siempre voy algo desorientado y hoy el viento siempre daba de cara, daba igual hacia qué lado hicieras el giro que zasca!!! en toda la cara, o de lado. Ahí aprendí lo que es ir en abanico, jejee. Eso sí, en cuanto el viento te daba de culo...empezaba a bajar piñones y a pedalear como un loco, sin tampoco calentarme mucho. Pero para bien o para mal, servidor no es pequeño y hace vela y cuando una vela pilla el viento a favor, se infla y avanza a toda pastilla.

Y así fui hasta el primer avituallamiento, que en su mayor parte el viento nos daba de culo. En un par de giros avisté a Alvaro, pero no sé porqué, no conseguía conectar conmigo, aunque tampoco le sacaba yo mucho tiempo. Tras pasar el primer avituallamiento, tocaba la subida del pilón, con una cierta protección del Cierzo, así que la subida no se hizo muy dura. Fui dosificando, pedaleando a molinillo, adelantando a gente, pero sin calentarme. Que otros años había pagado luego la factura en la bajada a Peñalba en donde palmé en algunos falsos llanos. Esta vez con la 29" iba a bajar enchufado, jeje. Además que este año nos habían quitado el tramo de subida técnico hasta las antenas, así que guay, subida de tranqui, por pista y manteniendo ritmo. En donde sí me llevé una ligera decepción fue al coronar, en donde normalmente solía haber una carpa con algo de isotónico al cual le habría dado un chupito encantado, pero aún tenía agua en el Camelbak, así que nada. Soltarme un poco de manos del manillar, erguir un poco la espalda, estirar un pelín mientras sigo avanzando hasta encarar la bajada. Este año noté muchísimo la diferencia entre el pasado yendo con la 26" y éste con la 29". A nada que pillara una cierta cadencia de pedaleo, la bici iba sola y en esos falsos llanos que hay en la bajada apenas bajé el ritmo. El año pasado llegué a Peñalba jodido y este año llegaba bien, así que decidí no pararme. A toro pasado...no, a toro pasado creo que hice bien, lo que hice mal viene a continuación.

Mientras llegábamos a Peñalba, apuntando al sur, se notaba cómo llegaba el viento de costado, ligeramente de culo, por lo que me esperaba a la vuelta iba a ser el puto infierno. Viendo de costado, frontal y fuerte. Así que nada, tocaba salir de Peñalba por la pista un poco desperdigados todos, hasta que encontré un grupo. Y como dije anteriormente, para bien o para mal, servidor es grande y hace vela y aquí iba a ser para mal. Daba igual cómo me colocara dentro del grupo, lo mucho o lo poco que me agachara sobre el manillar que el viento me daba de lleno. Menudo calvario me esperaba en los próximos 40kms. El grupo que pillé le daba fuerte, no me quedaba descolgado, pero tampoco me permitía ir relajado. Recordé lo que me contaron los colegas monegrinos, que mejor pillar un grupo que te cueste un poco que uno en el que vayas relajado, el cual te hará perder tiempo. Ibamos pillando grupos y gente desperdigada y uno de los peligros del abanico es cuando de repente te quedas sin hueco en el camino y estaba siendo mi primera clase de abanicos...por lo que varias veces me quedaba encerrado y tenía que descolgarme del grupo. Joder, no sabía por donde meterme. Y justo cuando estábamos a punto de encarar la zona en donde el viento ya pegaba completamente de frente, hice la gran estupidez del día. No iba con intención de hacer una demostración de fuerza, pero ví a lo lejos un grupo con menos gente al cual pensaba que podría alcanzar.

Pero nada más lejos de la realidad. Pensaba que me daba el viento de lleno, pero no fue hasta salirme del grupo en donde realmente pude sentir lo que es el viento de cara...Es como si de repente se me frenara la bici, como si tuviera que arrastrar a alguien. Me costó la vida tratar de alcanzar al grupo que nos precedía, y digo bien "tratar" porque no llegué a conectar con ellos. Y lo peor, es que el desgaste físico fue tal que el grupo que había abandonado previamente me pasó sin contemplaciones y no fui capaz de engancharme a ellos. Perdí toda protección contra el viento en el tramo que había hasta Valfarta, una serie de toboganes, siempre en falso llano que me iban machacando. De vez en cuando conseguía pillar algún grupo, pero ya iba jodido. Iba a ser un completo calvario hasta poder llegar al tercer avituallamiento. Y encima, el pedalier haciéndome un ruido de crujido a cada pedalada, con lo que soy yo para los ruiditos en la bici. Sonaba como a rodamiento gripado..."cri! cri! cri! cri!...." a cada puta pedalada... "cri! cri! cri! cri!..." joder. Empezaba a rayarme, ¿será el eje? ¿será el cuadro que se estará rajando? Ahí la cabeza me empezaba a fallar y si no fuese suficiente con eso, las lumbares me empezaban a machacar. El ir pedaleando mordiendo el manillar para tratar de ofrecer la menor resistencia al viento me estaba machacando. Mira, al menos no estaba teniendo los retortijones que tuve el año pasado.

Trataba por todos los medios de no pararme, me intentaba estirar sobre la bici tratando de no pararme. Pero claro, en ocasiones dejaba de pedalear y por el viento frontal apenas avanzaba tres metros sin tener que volver a pedalear para no pararme del todo. Llegué lastimósamente al tercer avituallamiento en donde unos metros antes, Alvaro me alcanzó. Nos paramos juntos en el tercer avituallamiento para tratar de reponer fuerzas, yo estaba destrozado. Ojalá hubiese seguido en aquel grupito, habría podido llegar al tercer avituallamiento más entero. Reponemos fuerzas, esta vez me cuido de no beber cual camello y no hincharme de agua, un poco de fruta, y retomamos la marcha, más fortalecidos. Nos vamos relevando hasta conectar con el recorrido de la corta. Esa bajada rápida con tanta gente siempre me da respeto, así que me descuelgo un poco de Alvaro, pero sin perderle de vista y en cuanto el terreno se vuelve a allanar un poco, consigo engancharme a él. Vamos pidiendo paso, cruzamos el cuarto avituallamiento y nos dirigimos hacia los últimos 10kms que van a ser mortales.

No es que queden 10kms, son unos pocos más, pero hay un tramo de 10kms en los que pedaleamos directamente en contra del viento. Cómo será, que llego a ver incluso a gente caerse de la bici. Un grupito de 7 personas, ocupando toooda la anchura de la pista y para más inri, tirándose al suelo para ocupar más hueco. Me obliga a ir por el campo fuera pista, deseando no pinchar. Le pierdo la pista a Alvaro, pero no debe de andar muy lejos. Ni yo estoy tan fuerte ni él tan débil como para que haya tanta distancia entre ambos. Pero no tengo fuerzas ni para girar la cabeza hacia atrás, sigo con la mirada clavada en el manillar, moviendo las piernas para pedalear, con el dichoso crujido del eje de pedalier. Por fin esos 10kms mortales se terminan, y pillamos la carretera hasta Albalatillo, desde donde engancharemos otro tramo en donde el viento no nos da tregua, otra vez vuelve a soplarnos de costado, ligeramente de frente. Joder, esto nunca se acaba!! No importa hacia qué lado hagas el giro, que el viento sopla siempre de frente, esto es de locos. Hay momentos en los que soplaba tan fuerte que me levantaba dolor de cabeza, nunca había sufrido un vendaval así de fuerte.

Por fin cruzo la meta!!! 5h38 de tiempo neto, no está mal, para todo el viento que ha soplado, aunque mi intención de bajar de las 5h se ha esfumado completamente. Me libro de la expulsión del grupo de whatsapp por el Cierzo. Y por otra parte consigo otra de las metas que me había puesto que era meterme entre los 1000 primeros. Así que de cara al año que viene, sigo con la espinita de meterme por debajo de las 5h. Espero que el año que viene ni haga viento, ni llueva, ni pinche, ni me caiga....bueno, para el año que viene habrá que entrenar más y mejor y punto.

PD: otra vez pido disculpas por no subir fotos, en una semanita actualizo la entrada subiendo contenido.

viernes, 29 de abril de 2016

Las grandes mentiras del ciclismo (Ibiza 3era parte)

Sí, seguimos vivos. La etapa de ayer fue demoledora, nos jodió un poco no poder pasar el corte, pero la ruta completa, al menos a mí, me habría matado. Pudimos dejar las bicis listas para la etapa de hoy, la última. La de hoy iba a ser circular, por fin! Así que todo de tranqui, salir de Ibiza con el coche, llegar a San Antoni, carrera, llegada a San Antoni, volver a coger el coche y para Ibiza. Esta etapa era a priori la más sencilla de las tres: 55kms con 1470mts de desnivel. Volvimos a recibir el famoso SMS de la organización, indicándonos nuestro cajón. Y hoy, por segunda vez consecutiva, volvíamos a dormir poco ya que del sábado al domingo la hora se adelantaba....tres de tres, señores!!! menudo finde llevaba de dormir poco. En fin, llegamos a San Antoni, preparativos previos antes de irnos al cajón y ahí me encontré otra vez con el holandés de ayer. Estuvimos hablando un rato, me dijo que la etapa de hoy era fácil, que era llana....He aquí una de las grandes mentiras del ciclismo. Nunca una ruta es fácil, llana ni costará poco terminarla. Y así fue con ésta, no fue más dura que la del día anterior, pero tampoco fue más fácil. Además que la primera mitad se me hizo bastante dura por otros temas no relacionados con el desgaste físico.



La salida, como los dos días anteriores fue a fuego. Esta vez salimos por otra avenida de Sant Antoni, por la misma que llegamos a meta el primer día. Un largo falso llano y a mí me estaba costando la vida poder seguir el ritmo de la gente. Alvaro iba por detrás de mí, en ocasiones por delante tirando un poco, nos íbamos dando relevos con las pocas fuerzas que nos quedaban. Yo tenía el culo que no podía estar sentado en el sillín más de 5 minutos. Me tiré unos cuantos kilómetros de pie sobre los pedales. Entre el dolor y las rozaduras, iba fatal. Siempre he ido con slips bajo el cullote, he probado varias veces a ir sin, como la mayoría de la gente que va en bici, pero no terminaba de acostumbrarme, iba super incómodo. Y hasta la fecha, nunca me había pegado semejante paliza de carrera. Lo más cercano fue hace un par de años, cuando hice la vuelta a la Sierra de Guadarrama con unos colegas, con rutas de unos 70kms diarios, pero no con la intensidad que tuve aquí en Ibiza. Y eso me pasó factura con unas buenas rozaduras. Y no iba a mejorar, desde luego. Sin tiempo que recuperar entre día y día, hoy estaba al límite.

De la salida del pueblo enganchamos un par de pistas que llevaban a casas rurales, luego alguna carreterita más que nos llevaba entre algunas aldeas de cerca de Sant Antoni hasta meternos ya por pistas. Una pista que iba subiendo, con algunos tramos técnicos, pero lo suficientemente ancha como para no formar tapones. A ratos me descolgaba de Alvaro, el pobre andaba poco fino, jodido con su rodilla por la caída del día anterior. Yo tenía lo mio con mis posaderas, así que cada uno llevaba su ritmo. Seguía alternando el pedaleo sobre el sillín o de pie sobre los pedales, con el consiguiente desgaste físico, pero es cuando me volvía a sentar sobre el sillín, tenía que hacer un sobreesfuerzo con las piernas para no dejar caer todo mi peso de golpe. Sabíamos que el primero que llegara al final de la subida relajaría el ritmo para esperar al otro. Y no hizo falta, porque la pista por la que íbamos subiendo con un buen desnivel tendido se estrechó hasta meterse en un sendero de subida, con unos cientos de metros técnicos.



Así que nada, otra vez parados, y otra vez nos íbamos a perder uno de los mejores tramos de la jornada. La ascensión era por un sendero técnico, pero lo suficientemente ancho como para que quien no pudiera subir dando pedales, se pudiera apartar. Pero a alguno que otro no le dio la gana ceder el paso y se formó la montonera. Así que nada, empuja-bici hasta que llegamos una zona preciosa: el sendero seguía por el borde de unos acantilados que daban directamente a la costa. Un sendero ligeramente plano, con algún descenso que otro, unos pocos repechos que se podían hacer con la inercia. En fin, un tramo por el que podríamos haber ido bastante rápido, muy rápido. Hubo algún tramito de descenso técnico, con una bonita caída a nuestra derecha, pero que se podía hacer montado. Pudimos adelantar a un par de tíos que nos precedían, pidiendo paso de aquella manera, pero menos mal que les adelantamos y disfrutamos de la bajada. Aunque cuando el sendero se volvió a allanar, otra vez tapón.

Mientras íbamos parados, las conversaciones con quienes iban por delante y por detrás era inevitables. Había una pareja de los cuales uno llevaba una Epic full, bien montada. Y Alvaro le preguntó por qué transmisión llevaba. Le preguntó por los dientes del piñón grande, qué plato llevaba, etc. Bueno, pues era como si le estuviésemos hablando en chino. El tio llevaba una montura de no menos de 5000€ y ni sabía cómo iba equipada. Un poco triste la verdad. En el primer descenso que pudimos, nos los quitamos de encima. Y por fin llegamos al motivo de tremendo parón que tuvimos que sufrir: un árbol caído!!!!! Era un árbol caído que quien más quien menos podría pasar montado. Pero si no lo pasabas montado, se podía bajar uno de la bici al estilo ciclocross, pegar un par de zancadas para saltarlo y volver a subirte a la bici. Así hicimos y conseguimos adelantar a otros competidores.



En fin, tras una larga bajada en donde adelantamos a unos cuantos, llegamos a una zona complicada de llaneo. Complicada porque yo seguía jodido con el culo y las rozaduras. Y para más inri, se nos echaba el tiempo encima. Alvaro me iba cantando el tiempo e íbamos un poco apurados, así que apretamos el ritmo. Pero apreté todo lo que podía, tratando de seguir a Alvaro. Bajadas por pista ancha, rápidas, en las que suelo frenar un poco más. No me inspiran mucha confianza esos descensos. Pero en cuanto la pista se allanaba un poco, apretaba y conseguía alcanzar a Alvaro. Cuando estábamos llegando al primer avituallamiento, íbamos a tope en llano, Alvaro tirando y casi nos tragamos a dos globerazos que iban por mitad de la pista, a la par, de charleta...no me jodas!!! Tuvimos que pedir paso a gritos, Alvaro casi se los lleva puestos de sombrero. Tras un par de repechos, llegamos al avituallamiento y ahí tuve que parar sí o sí.



Momento vergonzoso de la carrera. Buscar un hueco más o menos discreto, despelotarme y quitarme el slip, estaba que no podía más. Y volver a enfundarme el cullotte sin nada por debajo fue un alivio para el resto de la etapa. Pero como ya dije anteriormente, hasta ahora siempre había estado acostumbrado a ir con slip, pero no en etapas tan seguidas y tan cañeras. Nada, me volví a vestir, pillé algo de avituallamiento y tiramos como flechas hasta el siguiente punto de corte. Habíamos preguntado en el avituallamiento cuánto tiempo faltaba y cuántos kms y andábamos un poco justos. Y en la etapa de hoy queríamos pasar el corte, así que nos pusimos a apretar. Pillamos un falso llano que derivó en un sendero técnico de subida que no tenía fin. Alvaro iba liderando el grupo, y poco a poco fui adelantando a los bikers que estaban entre los dos. Me iba recuperando poco a poco, tanto de las rozaduras como de los dolores de lumbares. Un sendero muy bonito, la verdad es que me gustó muchísimo la subida.

La subida se alargó un poco más de la cuenta, llegando casi al final, Alvaro tuvo algún problemilla y tomé el relevo y me coloqué por delante para una bajada cojonuda. El mismo sendero que habíamos subido, ahora picaba para abajo. Una bajada de las que me gustan, reviradas, con un punto técnico, que nos permitió adelantar a algunos un poco más lentos. Un descenso muy divertido la verdad, disfruté muchísimo. Unos corriols de esos que tanto hablan por la zona catalano-parlante, jeje. Durante la bajada probé una nueva técnica para evitar parones. Cuando me encontraba con alguien por delante que iba más despacio, o cuando veía que ponían pie a tierra en una sección técnica, para evitar que se quedaran en el medio les gritaba "paso!! Voy sin frenos!! no puedo parar!!!" Y oye, la gente se quitaba, jejeje. Eso sí, tras pasar, el consiguiente "Gracias!", que de buen nacido es ser agradecido, jeje. Pero oye, cómo disfruté!!! Pero tras el descenso, tocó el calvario de bordear la costa y las calas.



Sí, todo muy bonito, pero el firme no acompañaba en absoluto. Arena de playa, pedregales, rocas...el terreno ideal para una doble de rally o una "softail". Ahí me desfondé, traté de tirar un poco pero no aguanté demasiado y llegué al avituallamiento algo perjudicado. Ahí ya tuve que parar un poco demasiado. Alvaro ya estaba listo cuando yo aún estaba terminando de avituallarme. Me costó arrancar, pero ya faltaba poco, al menos estábamos más cerca del final que hacía unas horas.

Empezaba a estar bastante cansado, me costaba seguirle el ritmo. Salí de la zona de las calas bastante desgastado. Llegamos a la zona por la cual discurrieron los primeros kms de la etapa, estábamos repitiendo el mismo perfil, pero al revés. A mí me venían momentos de bajón y de subidón, en los que aprovechaba para apretar al máximo. En ocasiones llegaba incluso a descolgarme de Alvaro y sacarle unos metros, pero al rato me alcanzaba e iba tirando de mí. Hicimos grupo con una pareja con la que habíamos coincidido en varios puntos de la etapa para cruzar una zona de pueblecitos y llaneo antes de llegar a Sant Antoni, pero dimos un apretón final y nos descolgamos...hasta que llegué al último repecho. Un repecho corto pero duro, y yo ya estaba en las últimas. Ahí estaba Alvaro dándome ánimos para que siguiera apretando, que ya estábamos, que no quedaba nada y cuando por fin coronamos, ya quedaba el tramo de bajada y llaneo a meta en donde éramos expertos, jeje.



Nos pusimos a pedalear como locos, a darlo todo. Ahí me dio el subidón, y me puse a tirar. Ibamos adelantando a parejas que se les veía en las últimas también. Alguno que otro nos intentó aguantar el ritmo, pero mantuvimos el ritmo. No íbamos a ganar la carrera, pero nos dábamos el gustazo de poder guardar unas pocas fuerzas para apretar hasta meta. Y por fin a lo lejos divisábamos el parque de donde habíamos salido esta mañana, esto llegaba a su fin. Entramos los dos a la vez, contentos de haber podido acabar la Vuelta sin ningún percance mecánico ni físico. La comida de este final de etapa fue la más flojilla de las tres, pero aún así no nos quedamos con hambre. Nos hicimos con la chapa conmemorativa. Pudimos charlar con algunos de los pros del panorama nacional de MTB: Pedro Romero, David Valero, Pablo Rodriguez. Muy amables los tres.


Pero el domingo aún no había terminado. Aún teníamos que volver a casa, ducharnos y comer, preparar las maletas, volver a Sant Antoni para preparar las bicis en la caja para el viaje, desmontarlas y cerrar la caja para el viaje de vuelta a Madrid. Nosotros quedaríamos después con unos amigos de Alvaro que nos acompañarían al aeropuerto en donde dejamos el coche y ya a coger el avión. De cara a una próxima participación en carrera por etapas, habrá que plantearse una en la que las etapas sean circulares. El hecho de que sean lineales es bastante engorro. Aún así, he disfrutado muchísimo en esta vuelta a Ibiza, unos paisajes preciosos, muy buen ambiente y compañerismo entre el resto de participantes. Al menos por mi parte, volví muy contento a Madrid.


jueves, 21 de abril de 2016

Fantasmeado que no fantasmeando en Ibiza (2da parte)

Seguimos en Ibiza...tras la llegada y la toma de contacto, la dura toma de contacto con el terreno y perfil ibicenco, aún seguimos vivos. Que para mí que lo hicieron aposta de duro para que los que llegábamos de fuera con la idea de "bah, es una isla, no tendrá muchas subidas", nos volviésemos a casa con el rabo entre las piernas. Ojo, que soy mallorquín por parte de padre y en la zona en donde veraneaba en Mallorca, el "plá" escaseaba. Eran todo senderos para arriba, o senderos para abajo. Pero vamos, aún así, fue una buena sorpresa la dureza de la primera etapa....y la de la segunda, y la de la tercera. #aymimá como dirían unos gallegos de la zona de Boiro con los que estuve hablando en el primer tapón que nos encontramos en la primera etapa.



Segunda etapa, a las 7h nos llega un SMS de la organización, como cada día, avisándonos del cajón en donde teníamos que salir, ya con la clasificación oficial. Es decir, no íbamos a salir con los élites, esta vez tocaba salir del cuarto cajón. La estapa de hoy era lineal, otra más, con lo que eso conllevaba en cuando a logística: dejar nuestro coche en el punto de salida y ver cómo íbamos a volver desde la meta. Sin tener nada de ropa allí para cambiarnos tras la carrera ni nada. En principio teníamos contratado el traslado desde Santa Eulalia hasta San Antoni, pero no sabíamos cómo iría. En fin, esos ya serían problemas al terminar la carrera, yo por ahora estaba nervioso por la etapa. La de hoy eran 80kms con 2300mts de desnivel, casi nada. Arrancamos el Garmin y esperamos al pistoletazo.



Los primeros kms como siempre, muy rápidos, incluso saliendo del cuarto cajón, la gente sale a fuego. Normal, esto es una carrera, no es una marcha no competitiva (carreras encubiertas). Pillamos algo de viento en contra, la ruta va hacia el norte y en las zonas "llanas" abiertas, el viento pica de frente, pero el terreno es bastante técnico y no es que se formen muchos grupos, cada uno va un poco a lo suyo. La salida de San Antoni nos lleva a una subida larga de asfalto tendida, para llevarnos a una bajada a una calita y ahí tenemos el primer tapón. En serio!!?? pero si es un camino en el que caben dos bicis a la par, no me jodas. Nada, desmontados de la bici y a patear. Mi compañero Alvaro anda por ahí, también igual de mosqueado que yo. No es que seamos unos pros, pero no se nos dan mal los tramos técnicos. Cruzamos la zona técnica, pillamos una pista que nos acerca a la costa, ofreciéndonos unas vistas preciosas.



Ibamos disfrutando de esas vistas, metiéndonos por senderos entre pinares y de repente...zasca!!! parón en seco, otro tapón. Y nada de 5 minutillos, no, este iba a ser uno de los más largos de la etapa. No digo que estuviésemos sobrados de fuerzas, pero creo que sin tantos tapones podríamos haber pasado el tiempo de corte, pero claro, si estuviésemos más fuertes, podríamos haber tirado más y habernos quitado los tapones de encima. En fin...el caso es que nos tocó patear un buen rato, subiendo por unas zetas, con unos escalones y raíces importantes. Lo comentábamos los que estábamos allí, que si realmente los pro serían capaces de pasar por ahí montados. Sí, la verdad es que esos momentos de tapones daban pie a eso, a estar de charleta con los compañeros y en según qué situación, disfrutar de unas vistas maravillosas.



La segunda etapa estaba llena de repechos, era un constante serrucho, atravesando varios pueblos de la costa, con fuertes y técnicos repechos. Y en sus consiguientes descensos tuvimos un percance. Alvaro y yo íbamos bajando tras un grupo, adelantando a sus miembros poco a poco hasta que llegamos a uno de ellos que frenó en exceso en una curva...pensamos que andaba buscando un caracol que pasaba por ahí. El caso es que hubo contacto y Alvaro se fue al suelo. Fue una caída a baja velocidad, pero con la mala suerte de caer apoyando en toda la rodilla, lo cual le traería consecuencias para el resto de la etapa.

Se reincorporó, la bici estaba perfecta y continuamos, con el consiguiente cabreo por una caída tonta. El trazado de la etapa nos seguía llevando por entre los pueblos costeros, y eso significaba bajar hasta casi el nivel del mar pasando por las calas, y volviendo a tener que subir hasta lo alto de los acantilados, así unas cuantas veces. Repechos duros, en los cuales se oía cómo las cadenas iban engranando coronas, subiendo de piñón por la inclinación de la rampa, las cadenas bastante tensas. Y por suerte la mía aguantó el trato, ningún cambio en falso, ni salto de cadena y ni nada. Le dí bastante juego al doble plato, creo que fue un acierto pasarme al doble plato. Usar el monoplato quizá habría sido excesivo para mí, pero el doble me fue perfecto.



Tuvimos una parte en la que anduvimos un poco separados, la rodilla le estaba pasando factura, así que yo iba a mi ritmo, que tampoco era mucho más fuerte que él, pero sí que cuando llegaba a las cimas o los llanos tras las subidas esperaba. No me serviría de nada seguir apretando o manteniendo mi ritmo si él no podía seguir, además de ser una carrera por parejas. Eso también me permitía sacar alguna que otra fotillo de las vistas que había...preciosas!!! Una vez que me enganchaba, volvíamos a meternos en carrera, pero llegaba otro repecho de apretar el culo, terreno técnico, y la rodilla le flaqueaba, por lo que volví a perder ritmo, pero aún así aguantaba y yo le esperaba arriba. Y ya nos íbamos acercando a la zona de Portinatx, en donde otra vez, en un sendero técnico que se podría haber bajado dejándonos caer simplemente, tuvimos que poner pie a tierra y patear.


Tras salir de ese sendero, atravesamos un pueblecito y cogimos la carretera que bordea la costa, de camino a Portinatx, aunque nos desviaríamos antes para coger una pista que nos llevaría a la subida que para mí fue la más dura de la etapa de hoy. Al llegar a la carretera le esperé, creo que apreté un poco de más en la bajada por el sendero (en el tramo que me permitieron ir montado) y luego en la subida hasta enlazar por la carretera costera. El tema es que tuve que parar un ratín, pero viendo que tardaba, para no quedarme frio, me puse a pedalear, de suave, pero para evitar quedarme parado y enfriarme. Así de paso disfrutaba de las vistas, las "casitas" que había por la zona. Y de repente me pasa un grupo de tres tios, entre los cuales estaba Alvaro, a toda pastilla, liderados por un holandés con el cual coincidiría en los días sucesivos. "Vamos que no llegamos al corte!!!!" me grita mi compañero. Joder, el corte...iba yo tan tranquilo y se me había olvidado que estábamos en competi, jeje. Me junté como pude al grupo, dando algún relevo al holandés, pero enseguía volvía a tomar la cabeza del grupo. Movía watios al tio que era impresionante. Un tio de 2mts de alto, que debían de pesar mínimo 100kgs, no estaba gordo, pero era corpulento. Como un Shaun Palmer de 2mts, vaya, jejeje. Dejamos la carretera para meternos en una pista en donde a duras penas conseguía seguir al colega (hablamos unas cuantas veces durante ese día y el último día, y ni idea de cómo se llama, pero le llamaremos el Holandés pedaleante). Ibamos adelantando a todo dios por la pista, incluso algunos se llevaba algún que otro susto al ver a semejante tio pasar al lado de ellos a semejante velocidad.


Pero la pista dejó de ser falso llano para convertirse en subida y ahí flaqueamos un poco, primero yo, y al rato él, que adelanté. A todo esto, Alvaro y el cuarto integrante del grupo se habían quedado atrás, así que relajé ritmo y el holandés volvió a pillarme. Tocaba una zona de empuja bici, una subida eterna, llena de pedregales y raíces. En algún tramo me subía a la bici, aunque fuese con plato pequeño y piñón grande, para dar unos pedales. Me cansaba menos pedaleando que pateando. No llegaba a ver a Alvaro a lo lejos, pero ahí seguía, seguro. En esto que echas pie a tierra, y comentas la jugada. El holandés me comentaba que en su país no hay de ésto, jejeje, que allí es todo plano, jajaja.  Luego la eterna pregunta: ¿Y los pros pasan por aquí montados? porque había unos escalones de fácil un metro de desnivel, que por mucho que agarre la roca...joder, hay que pegar un buen tirón de manillar, jugar mucho con el balanceo del cuerpo...brutal. Me hubiese gustado poder verlos en directo, o que se hubiese hecho una retransmisión decente de la carrera, no esos cutre reportajes de TDP. Aunque menos da una piedra y algo de publicidad al MTB aportan esas retransmisiones. Poco a poco, con mucho cansancio y bajando mucho la velocidad media, salimos de aquella subida infernal y pudimos subirnos a las bicis para pedalear cuesta abajo.



Nos pusimos a dar pedales como bellacos, otra vez igual, el holandés y yo a rueda. El colega iba adelantando a peña a diestro y siniestro, hasta que llegamos al avituallamiento que marcaba el punto de corte. Desgraciadamente, llegábamos tarde, hacía unos 20minutos que habían cerrado el trazado completo y a partir de ahora, mandaban a los participantes por un atajo para completa el recorrido. Alguno se ofendió, y dijo que por sus narices iba a hacer el completo. Pues ole por él!! yo por un lado me alegraba de que nos hubiesen cortado, iba reventado. Y eso no significaba quedar descalificados, nos permitía tomar la salida mañana. Al rato llegó Alvaro, jodido de la rodilla, con una cara de sufrimiento...Nos paramos quizá un poco de más en este avituallamiento, pero es que en los anteriores no habíamos parado mucho y aquí teníamos que reponer, que sino no llegábamos al final. Y en esto que veo a lo lejos llegar a un conocido mío, con quien he compartido algunas rutas en MTB, el gran Pipo López. Una alegría verle por fin!! había hablado con él en los días previos a la carrera, para ver si nos podíamos organizar para que él nos llevase las bicis, al final no pudo ser, pero nada. Habíamos hablado a nuestra llegada en Ibiza, pero no nos habíamos visto aún, y menuda casualidad!! Tras las fotos de rigor con las vistas que había de la costa noroeste de Ibiza, sobre la zona del Portniatx, emprendimos camino hacia la meta, que aún quedaba un poco.



Lo de ir sin altimería en el track era un poco guarrada, porque los rampones que tuvimos que afrontar tras el avituallamiento fueron mortales. Hasta que conseguimos coronar el puerto, mientras los que sí habían pasado el corte nos adelantaban, nos costó volver a pillar un poco el ritmo que llevábamos. Pero poco a poco, pedalada a pedalada, ya íbamos entrando en calor. Y así llegamos a la bajada heavy del día, el descenso de la tubería, una bajada pedregosa, con trialeras, terreno muy roto, que nos llevaba al plano que hay antes de entrar en Santa Eulalia. Y por fin!!!! por fin iba a poder disfrutar de una bajada sin tener que poner pie a tierra. También es que ya tiré un poco de picardía y cuando iba llegando a alguien con pie a tierra, ponía voz de asustado y le decía "paso por favor!!! que no puedo frenar...." y la mayoría se quitaban amablemente. Y oye, bajar una zona bastante técnica subido a una rígida y adelantando a gente en dobles tiene su aliciente y uno se va creciendo.

Y ya por fin!!! llegamos al llano!! "nuestros kms" favoritos, en donde en cada etapa lo dábamos todo, como si se tratase de la última, pedaleando a muerte, adelantando (o tratando de adelantar) a quienes viésemos a lo lejos y también, lo más importante, tratando de arañar segundos al crono. Ahora tocaba comer, reponer fuerzas, descansar un poco y ver cómo hacíamos para volver a San Antoni. Aunque teníamos contratado el transporte con la organización, la logística con las bicis no nos convencía mucho, así que tanteamos a un familiar de Alvaro para ver si nos podía recoger. Nos preguntó si no nos importa esperar, así que sin problemas. Aprovechamos para lavar las bicis y dejarlas listas a para el día siguiente y también, para no mancharle el coche a su primo. Nos llevó a San Antoni en donde dejamos las bicis en el parking para las MTB ya nos volvimos a casa a Ibiza a descansar....