viernes, 29 de abril de 2016

Las grandes mentiras del ciclismo (Ibiza 3era parte)

Sí, seguimos vivos. La etapa de ayer fue demoledora, nos jodió un poco no poder pasar el corte, pero la ruta completa, al menos a mí, me habría matado. Pudimos dejar las bicis listas para la etapa de hoy, la última. La de hoy iba a ser circular, por fin! Así que todo de tranqui, salir de Ibiza con el coche, llegar a San Antoni, carrera, llegada a San Antoni, volver a coger el coche y para Ibiza. Esta etapa era a priori la más sencilla de las tres: 55kms con 1470mts de desnivel. Volvimos a recibir el famoso SMS de la organización, indicándonos nuestro cajón. Y hoy, por segunda vez consecutiva, volvíamos a dormir poco ya que del sábado al domingo la hora se adelantaba....tres de tres, señores!!! menudo finde llevaba de dormir poco. En fin, llegamos a San Antoni, preparativos previos antes de irnos al cajón y ahí me encontré otra vez con el holandés de ayer. Estuvimos hablando un rato, me dijo que la etapa de hoy era fácil, que era llana....He aquí una de las grandes mentiras del ciclismo. Nunca una ruta es fácil, llana ni costará poco terminarla. Y así fue con ésta, no fue más dura que la del día anterior, pero tampoco fue más fácil. Además que la primera mitad se me hizo bastante dura por otros temas no relacionados con el desgaste físico.



La salida, como los dos días anteriores fue a fuego. Esta vez salimos por otra avenida de Sant Antoni, por la misma que llegamos a meta el primer día. Un largo falso llano y a mí me estaba costando la vida poder seguir el ritmo de la gente. Alvaro iba por detrás de mí, en ocasiones por delante tirando un poco, nos íbamos dando relevos con las pocas fuerzas que nos quedaban. Yo tenía el culo que no podía estar sentado en el sillín más de 5 minutos. Me tiré unos cuantos kilómetros de pie sobre los pedales. Entre el dolor y las rozaduras, iba fatal. Siempre he ido con slips bajo el cullote, he probado varias veces a ir sin, como la mayoría de la gente que va en bici, pero no terminaba de acostumbrarme, iba super incómodo. Y hasta la fecha, nunca me había pegado semejante paliza de carrera. Lo más cercano fue hace un par de años, cuando hice la vuelta a la Sierra de Guadarrama con unos colegas, con rutas de unos 70kms diarios, pero no con la intensidad que tuve aquí en Ibiza. Y eso me pasó factura con unas buenas rozaduras. Y no iba a mejorar, desde luego. Sin tiempo que recuperar entre día y día, hoy estaba al límite.

De la salida del pueblo enganchamos un par de pistas que llevaban a casas rurales, luego alguna carreterita más que nos llevaba entre algunas aldeas de cerca de Sant Antoni hasta meternos ya por pistas. Una pista que iba subiendo, con algunos tramos técnicos, pero lo suficientemente ancha como para no formar tapones. A ratos me descolgaba de Alvaro, el pobre andaba poco fino, jodido con su rodilla por la caída del día anterior. Yo tenía lo mio con mis posaderas, así que cada uno llevaba su ritmo. Seguía alternando el pedaleo sobre el sillín o de pie sobre los pedales, con el consiguiente desgaste físico, pero es cuando me volvía a sentar sobre el sillín, tenía que hacer un sobreesfuerzo con las piernas para no dejar caer todo mi peso de golpe. Sabíamos que el primero que llegara al final de la subida relajaría el ritmo para esperar al otro. Y no hizo falta, porque la pista por la que íbamos subiendo con un buen desnivel tendido se estrechó hasta meterse en un sendero de subida, con unos cientos de metros técnicos.



Así que nada, otra vez parados, y otra vez nos íbamos a perder uno de los mejores tramos de la jornada. La ascensión era por un sendero técnico, pero lo suficientemente ancho como para que quien no pudiera subir dando pedales, se pudiera apartar. Pero a alguno que otro no le dio la gana ceder el paso y se formó la montonera. Así que nada, empuja-bici hasta que llegamos una zona preciosa: el sendero seguía por el borde de unos acantilados que daban directamente a la costa. Un sendero ligeramente plano, con algún descenso que otro, unos pocos repechos que se podían hacer con la inercia. En fin, un tramo por el que podríamos haber ido bastante rápido, muy rápido. Hubo algún tramito de descenso técnico, con una bonita caída a nuestra derecha, pero que se podía hacer montado. Pudimos adelantar a un par de tíos que nos precedían, pidiendo paso de aquella manera, pero menos mal que les adelantamos y disfrutamos de la bajada. Aunque cuando el sendero se volvió a allanar, otra vez tapón.

Mientras íbamos parados, las conversaciones con quienes iban por delante y por detrás era inevitables. Había una pareja de los cuales uno llevaba una Epic full, bien montada. Y Alvaro le preguntó por qué transmisión llevaba. Le preguntó por los dientes del piñón grande, qué plato llevaba, etc. Bueno, pues era como si le estuviésemos hablando en chino. El tio llevaba una montura de no menos de 5000€ y ni sabía cómo iba equipada. Un poco triste la verdad. En el primer descenso que pudimos, nos los quitamos de encima. Y por fin llegamos al motivo de tremendo parón que tuvimos que sufrir: un árbol caído!!!!! Era un árbol caído que quien más quien menos podría pasar montado. Pero si no lo pasabas montado, se podía bajar uno de la bici al estilo ciclocross, pegar un par de zancadas para saltarlo y volver a subirte a la bici. Así hicimos y conseguimos adelantar a otros competidores.



En fin, tras una larga bajada en donde adelantamos a unos cuantos, llegamos a una zona complicada de llaneo. Complicada porque yo seguía jodido con el culo y las rozaduras. Y para más inri, se nos echaba el tiempo encima. Alvaro me iba cantando el tiempo e íbamos un poco apurados, así que apretamos el ritmo. Pero apreté todo lo que podía, tratando de seguir a Alvaro. Bajadas por pista ancha, rápidas, en las que suelo frenar un poco más. No me inspiran mucha confianza esos descensos. Pero en cuanto la pista se allanaba un poco, apretaba y conseguía alcanzar a Alvaro. Cuando estábamos llegando al primer avituallamiento, íbamos a tope en llano, Alvaro tirando y casi nos tragamos a dos globerazos que iban por mitad de la pista, a la par, de charleta...no me jodas!!! Tuvimos que pedir paso a gritos, Alvaro casi se los lleva puestos de sombrero. Tras un par de repechos, llegamos al avituallamiento y ahí tuve que parar sí o sí.



Momento vergonzoso de la carrera. Buscar un hueco más o menos discreto, despelotarme y quitarme el slip, estaba que no podía más. Y volver a enfundarme el cullotte sin nada por debajo fue un alivio para el resto de la etapa. Pero como ya dije anteriormente, hasta ahora siempre había estado acostumbrado a ir con slip, pero no en etapas tan seguidas y tan cañeras. Nada, me volví a vestir, pillé algo de avituallamiento y tiramos como flechas hasta el siguiente punto de corte. Habíamos preguntado en el avituallamiento cuánto tiempo faltaba y cuántos kms y andábamos un poco justos. Y en la etapa de hoy queríamos pasar el corte, así que nos pusimos a apretar. Pillamos un falso llano que derivó en un sendero técnico de subida que no tenía fin. Alvaro iba liderando el grupo, y poco a poco fui adelantando a los bikers que estaban entre los dos. Me iba recuperando poco a poco, tanto de las rozaduras como de los dolores de lumbares. Un sendero muy bonito, la verdad es que me gustó muchísimo la subida.

La subida se alargó un poco más de la cuenta, llegando casi al final, Alvaro tuvo algún problemilla y tomé el relevo y me coloqué por delante para una bajada cojonuda. El mismo sendero que habíamos subido, ahora picaba para abajo. Una bajada de las que me gustan, reviradas, con un punto técnico, que nos permitió adelantar a algunos un poco más lentos. Un descenso muy divertido la verdad, disfruté muchísimo. Unos corriols de esos que tanto hablan por la zona catalano-parlante, jeje. Durante la bajada probé una nueva técnica para evitar parones. Cuando me encontraba con alguien por delante que iba más despacio, o cuando veía que ponían pie a tierra en una sección técnica, para evitar que se quedaran en el medio les gritaba "paso!! Voy sin frenos!! no puedo parar!!!" Y oye, la gente se quitaba, jejeje. Eso sí, tras pasar, el consiguiente "Gracias!", que de buen nacido es ser agradecido, jeje. Pero oye, cómo disfruté!!! Pero tras el descenso, tocó el calvario de bordear la costa y las calas.



Sí, todo muy bonito, pero el firme no acompañaba en absoluto. Arena de playa, pedregales, rocas...el terreno ideal para una doble de rally o una "softail". Ahí me desfondé, traté de tirar un poco pero no aguanté demasiado y llegué al avituallamiento algo perjudicado. Ahí ya tuve que parar un poco demasiado. Alvaro ya estaba listo cuando yo aún estaba terminando de avituallarme. Me costó arrancar, pero ya faltaba poco, al menos estábamos más cerca del final que hacía unas horas.

Empezaba a estar bastante cansado, me costaba seguirle el ritmo. Salí de la zona de las calas bastante desgastado. Llegamos a la zona por la cual discurrieron los primeros kms de la etapa, estábamos repitiendo el mismo perfil, pero al revés. A mí me venían momentos de bajón y de subidón, en los que aprovechaba para apretar al máximo. En ocasiones llegaba incluso a descolgarme de Alvaro y sacarle unos metros, pero al rato me alcanzaba e iba tirando de mí. Hicimos grupo con una pareja con la que habíamos coincidido en varios puntos de la etapa para cruzar una zona de pueblecitos y llaneo antes de llegar a Sant Antoni, pero dimos un apretón final y nos descolgamos...hasta que llegué al último repecho. Un repecho corto pero duro, y yo ya estaba en las últimas. Ahí estaba Alvaro dándome ánimos para que siguiera apretando, que ya estábamos, que no quedaba nada y cuando por fin coronamos, ya quedaba el tramo de bajada y llaneo a meta en donde éramos expertos, jeje.



Nos pusimos a pedalear como locos, a darlo todo. Ahí me dio el subidón, y me puse a tirar. Ibamos adelantando a parejas que se les veía en las últimas también. Alguno que otro nos intentó aguantar el ritmo, pero mantuvimos el ritmo. No íbamos a ganar la carrera, pero nos dábamos el gustazo de poder guardar unas pocas fuerzas para apretar hasta meta. Y por fin a lo lejos divisábamos el parque de donde habíamos salido esta mañana, esto llegaba a su fin. Entramos los dos a la vez, contentos de haber podido acabar la Vuelta sin ningún percance mecánico ni físico. La comida de este final de etapa fue la más flojilla de las tres, pero aún así no nos quedamos con hambre. Nos hicimos con la chapa conmemorativa. Pudimos charlar con algunos de los pros del panorama nacional de MTB: Pedro Romero, David Valero, Pablo Rodriguez. Muy amables los tres.


Pero el domingo aún no había terminado. Aún teníamos que volver a casa, ducharnos y comer, preparar las maletas, volver a Sant Antoni para preparar las bicis en la caja para el viaje, desmontarlas y cerrar la caja para el viaje de vuelta a Madrid. Nosotros quedaríamos después con unos amigos de Alvaro que nos acompañarían al aeropuerto en donde dejamos el coche y ya a coger el avión. De cara a una próxima participación en carrera por etapas, habrá que plantearse una en la que las etapas sean circulares. El hecho de que sean lineales es bastante engorro. Aún así, he disfrutado muchísimo en esta vuelta a Ibiza, unos paisajes preciosos, muy buen ambiente y compañerismo entre el resto de participantes. Al menos por mi parte, volví muy contento a Madrid.


No hay comentarios:

Publicar un comentario