miércoles, 30 de abril de 2014

El difícil mundo de las cubiertas

Llevo ya unos cuantos meses pensando en cambiar cubiertas, y bastante más tiempo curioseando por los foros, preguntando y repreguntando a colegas de afición sobre sus opiniones sobre unos y otros modelos. Y claro, hay opiniones para todo...y más aún, todo tipo de terrenos. No es lo mismo lo que te pueda recomendar un biker gallego en donde la mayoría de sus rutas discurren por zonas húmedas durante la mayoría del año (doy fé que en verano hace bastante calor y no está todo el día lloviendo), que un biker de secano de Castilla que suele andar por pistas secas de gravilla suelta.

En mi caso, que vivo en la Sierra de Madrid, tengo la suerte o la mala suerte de rodar por todo tipo de terrenos. Nada más salir de casa, tengo un pedregal de mucho cuidado. El campo de batalla de la Rompepiernas se caracteriza por estar lleno de piedras sueltas, riachuelos, senderos de gravilla suelta, raíces y rocas. La verdad es que es una muy buena zona. Y luego pues según te vas acercando a la sierra, largas subidas tendidas o fuertes repechos. Y como todo lo que sube baja y los caminos más divertidos suelen ser los más jodidos, pues senderitos de bajada con piedras y raíces...que no es que haga enduro, pero trato de ir por todas partes con una bici. Y luego, pues bajadas por pistas bastantes rápidas en las que me he llevado más de un susto.

Bueno, empecé con unas Hutchinchon Python que para ir por asfalto o carril bici iba genial, pero en cuanto me metía por campo, se iba todo al garete y la bici iba por donde quería. De hecho, cogí la manía en los descensos un poco más delicados de bajar siempre tratando de cargar el peso sobre la rueda trasera, para no "confiar" todo en la rueda delantera y tener un poco de margen a la hora de corregir trayectoria. Igual es que bajo mal...quien sabe...También es la geometría de la Alma es distinta a la de la GT, en la cual el ángulo de la pipa era un poco más abierto y la horquilla iba más lanzada. Y quizá la gobernabilidad de la Alma sea más complicada.

Y después de la Python, me cambié a Maxxis, ya que Panaracer no comercializa tubeless (siempre fui un fanboy de Panaracer en mis tiempos mozos) y calcé unas High Roller 2 delante y Larsen TT detrás después de haber oído maravillas de ellas. Al final la experiencia ha sido distinta. De las High Roller no me fio ni un pelo en terreno seco, sin embargo para terreno húmedo o mojado (no muy extremo) se comportan muy bien y me dan muy buena confianza...lo malo es cuando el terreno se seca y voy vendido. Confío muy poco en ellas o en mí, no sé. Y detrás, las Larsen TT, de las cuales había escuchado que son super rodadoras pero claro, como no se puede tener todo...penalizan un poco en agarre en terrenos abrutos. Por poner un ejemplo, por mi zona hay varias rampas sobre roca por las cuales tengo que llegar vivo para no tener que traccionar en exceso porque entonces patina.

Y bueno, estas dos últimas semanas ha sido un no parar de volver a preguntar, leer reviews y críticas de neumáticos y visualización de vídeo-reviews, así como comparar características técnicas de las distintas cubiertas que tenía en mente. En la lista tenía la Monorail, muy recomendada por mis amigos Al3jandro y Théo, así como otros varios miembros de la plataforma MTB. Incluso me las recomendaban para traseras. Lo que tenía en mente para este nuevo cambio de cubiertas era: una delantera que me diese seguridad y una trasera con tacos pequeños pero separados para darme ese punto de tracción en terrenos húmedos. Para trasera tenía claro la Ikon, pese a que las recomendaciones de Alejandro y compañía era usar una Monorail....pero la veía con muy poco taqueado para ciertos tramos de piedra y roca que hay por mi zona. Llegando a la recta final del proceso de decisión se me pasaron por la mente las Ardent y Aspen, que vi en la parrilla de salida de la Monegros y me gustaron. Pero luego comparándolas, me quedé con la Ardent Race.

Claro, yo preguntando qué cubiertas elegir, cuáles son mejores y ahí es cuando me doy cuenta que cada terreno y cada biker tiene sus gustos, aunque coincida en varios aspectos, pero al final me he visto eligiendo unas cubiertas que no tenía nada que ver con las recomendaciones que me han hecho los compañeros de fatigas. No ha sido en absoluto una falta de atención hacia ellos ni desconfianza, pero me costaba ver la Monorail como segura en según qué descensos. Totalmente de acuerdo en sus cualidades de agarre lateral y rodadora, pero me sigue sin dar ese punto de confianza con los tacos centrales. Y de trasera, no había otra que me gustase por sus tacos salvo la Ikon, algunos con poco taqueado como para llevarla atrás (para mi gusto) como la Monorail y otras con taqueado con rampa como la Larsen TT o la Crossmark (futurible posible cubierta para trasera). Lo único que no me gusta mucho de la Ikon es la anchura, pero bueno, si tiene buen rodar, me conformo. Y si lastra un poco de más, pues mira...así haré piernas.

Dentro de unos meses publicaré otra entrada con mis opiniones al respecto.

lunes, 28 de abril de 2014

Monegros 2014 (maratón MTB)

Otro año más la cita en Sariñena, salida tarde según lo previsto de Madrid, pero llegué en hora el viernes a recoger el dorsal, la consabida quedada con Alejandra, Théo y compañía para tomarnos algo. Y luego para casa a cenar e irse a la cama prontito, que el viernes me había levantado a las 0630 y apenas duré despierto media hora...

El sábado, despertador a las 0800, desayuno rápido de tortitas de aceite, magdalenas, zumo, leche y un poco de ensalada de pasta. La bici, ya estaba metida en el coche desde el viernes, limpita, engrasada. La ropa, zapatos y casco todo listo. Meto la comida en el coche y vamos para el parking de la carrera. Allí juntamos los coches y junto con Alejandro, Théo, Edgar (hermano de Xavi con el que compartí comida el año pasado en la Monegros). Molay apareció un poco más tarde, había aparcado un poco alejado y ya había comido. A las 12 al cajón a esperar la salida. Entre charlas y pitadas a los listos de cada año que se intentan colar, pasa el tiempo, la meta por detrás de nosotros se llena y se llena hasta perder de vista la cola del pelotón y por fín, a las 1330, se da el pistoletazo de salida. Aunque unos minutos antes de dar la salida, habían caído unas gotitas de agua...quítate el chaleco, ponte el chubasquero, vuélvetelo a quitar porque esas cuatro gotas no van a mojar tanto...en fin, un poco de nervios pre-salida. La salida menos caótica, o al menos esa fue mi sensación, que otros años. Pude seguir un poco a Theo hasta que llegó el famoso estrechamiento en donde puse un poco pie a tierra (otros años no tuve que hacerlo) y tras pasarlo, ya le perdí de vista. A Molay y a Edgar les perdí de vista desde la salida, no sé si porque me adelantaron o les adelanté yo a ellos. Pero tampoco quería andar buscándoles con la vista y causar un accidente.

Los primeros kilómetros muy rápido, con el plato puesto, adelantando a gente, con los típicos frenazos por los grandes charcos en las primeras pistas entre las huertas. Incluso una chica se cae delante de mí en uno de los rodeos a los charcos y me impide continuar. Le ayudo a levantarse, me pide disculpas apuradas, no pasa nada, puede pasar a cualquiera, se le sale la cadena del plato y ahí me quedo encajonado sin poder salir. Rápidamente rearranco y con el plato metido, continuo adelantando a gente. La cosa va muy rápida, demasiado pienso yo. Relájate, que vas a petar a mitad de carrera!!

Llegan las primeras rampas, plato mediano, subiendo a mi ritmo, molinillo, sin cansarme...ya llegará la subida larga. Algunos me adelantan, pero pocos. Cuando el terreno vuelve a allanarse, incluso en falsos llanos, vuelvo a enganchar plato grande y aumento la velocidad de crucero volviendo a adelantar a gente, o incluso mantenerme en esos grupos que en otros años me adelantaban sin yo poder hacer nada por engancharme a ellos. Aún sin pulsómetro, trato de intentar controlarme, vigilar la respiración, el cansancio...parece que voy bien, así que mantengo el ritmo. Alguno me aguanta el ritmo e incluso me adelanta, pero paso de picarme, la carrera va a ser larga. Si está más fuerte que yo, se irá, sino...ya le cogeré. La bici por ahora responde genial, pese al traqueteo del camino, porque a menudo me tengo que salir de la trazada sin piedras para adelantar. Aprovecho un tramo llano para tomarme un bocadito de una de las barritas que llevo, un mordisquito cada 40 mins...es el plan establecido para la carrera, así mi intención es la de no parar en ningún avituallamiento salvo para llenar el camelbak cuando se quede vacío o casi. No sé si habrá sido la barrita o qué...pero empiezo a notar raro el estómago, igual es la ensalada de pasta de antes que me está haciendo efecto, pero como para ir al tigre ahora en plena carrera...

Sigo adelante con mi ritmo, poco a poco nos vamos acercando al primer avituallamiento. Se para bastante gente, pero tomo la curva a derechas y aún con el plato grande, enfrento el falsete que hay antes de las rampas series de la subida. Pero en cuanto veo que ya empiezo a sobre pasar el cuatro piñón, bajo al plato mediano. Es el momento de tomarme otro trocito de barrita, esta vez el de otra barrita distinta. Y justo en ese momento...una buena sorpresa, me encuentro con Spielberg, un colega de la peña de Alpedrete. La sorpresa es mutua. Sabía que iba a participar, pero joder, entre tantos miles que somos, eran pocas las probabilidades de cruzarnos. El hombre va jodido, un resfriado ha mermado sus fuerzas y va aguantando, haciendo lo que puede. Le acompaño unos metros en la subida, pero luego sigo a mi ritmo. Y unos minutos más tarde, esas molestias que tenía antes en el estómago se acentúan y cada vez me duele más. Son como retortijones. Sigo subiendo, aunque tengo que rebajar el ritmo bastante. Al llegar a lo alto del puerto, un puesto de avituallamiento, de bebida isotónica...sí claro, lo que me faltaba. Paso y emprendo el descenso hacia el segundo avituallamiento.

Engancho otra vez el plato grande, la bajada es a saco, pedaleando, volando por encima de las rocas, la verdad es que por ahora estoy bien de forma. Me está jodiendo el estómago, pero por ahora puedo aguantar. Aprovecho algunos momentos en los que voy de pie sobre los pedales para "gasear" un poco y aliviar la presión, suena poco glamuroso, pero es lo que hay. Según me voy acercando a la zona llana, empiezo a aflojar, las molestias en el estómago van a peor, pero aún tengo fuerzas para seguir pedaleando. Me pasan algunos trenes, pero no tantos como cabría esperar, así que bien. Pero me tengo que parar en este avituallamiento, lo de las barritas se acabó, estoy demasiado jodido. Repongo agua, tomo una Pepsi de un trago para ayudar a expulsar gases, sea como sea, y tomo varias piezas de fruta (sandía y plátanos), otra Pepsi y de vuelta a la bici.

LA Pepsi me hace efecto y tras algunos gases, vuelvo a estar OK y puedo volver a llevar un buen ritmo. También la falta de viento en contra ayuda muchísimo y me permite engranar el plato grande y llevar un buen ritmo en el inicio de ese falso llano, algo inimaginable el año pasado. Esta vez consigo seguir algunos grupos que van muy fuerte, incluso me permito el lujo de liderar un grupito de tres para tratar de engancharnos a un grupo más numeroso. En otras ocasiones, me descuelgo. En otras ocasiones lo único que consigo enganchar son algunas unidades descolgándose del grupo principal y por mucho que los adelante, no consigo enganchar el grupo líder. Pero contento, en los dos años anteriores nunca había podido mantener un ritmo así tras el segundo avituallamiento...pero la alegría me dura poco. Tengo que pararme en varias ocasiones, doblado de dolor, vuelven los retortijones. Algunos participantes me preguntan si estoy bien, muy amable por su parte, pero "sí, sigue!! sigue!! estoy bien!! gracias". No me pueden ayudar, así que para qué van a parar? Vuelvo a subirme a la bici, pero me tengo que volver a bajar. Así unas tres veces....entre el segundo y tercer avituallamiento voy entre altibajos, con el estómago me lo permite, consigo mantener un buen ritmo y adelantar a gente, pero cuando no...me pasan sin piedad. Cuando estaba en el suelo, sentado, con los ojos cerrados, oía como me pasaban bicis y bicis. No una ni dos, eran grupos de por lo menos 10 integrantes, una pesadilla.

Consigo llegar al tercer avituallamiento bastante jodido. Me acerco a la enfermera del puesto de socorro a ver si tiene algo para el estómago, algún aerored, buscapina, lo que sea, pero no, no tiene nada. Su solución es que espere un poco a que se me pase, pero no es una opción. Voy a por otra Pepsi, y más fruta, ya que no puedo tomar barritas, tengo que inflarme a plátanos. Pierdo bastante más tiempo en este tercer avituallamiento que lo que estuve en el segundo. Consigo reponerme, echo unos cuantos gases aprovechando un leve descenso tras la parada y vuelvo a recuperar las fuerzas. Plato grande y a tirar millas. Consigo pasar algunos falsetes con plato, liderando grupo, me da ánimos para seguir, incluso para bajar piñón y aumentar el ritmo. Nos juntamos con los de la media maratón, se va viendo más mogollón de gente, más polvo del camino, apenas se ven las piedras, pero yo adelantando a todo el que puedo, he de recuperar como sea el tiempo perdido en mis parones forzados y las paradas en los avituallamientos.

Llega el cuatro y parada obligatoria, la Pepsi me hace efecto, necesito más agua en el camel, aprovecho los surtidores de agua que hay. Tengo tanto polvo en los ojos que cuando cierro los párpados, la molestia es mayor. Luego vería como tenía las Oakley de polvo y alucino como podía ver con ellas. Y el casco...de flipar la capa de polvo que tenía. Salgo del cuarto avituallamiento con el plato engranado otra vez, dispuesto a darlo todo en estos últimos kms. "venga tio, pedalea, no pienses en otra cosa, pedalea, pedalea...pedalea..." voy adelantando a gente, vuelvo a cruzarme con mi compañero de peña...un breve saludo y continuo. Empieza a chispear....a llover levemente. He de bajar al plato en uno de los repechos que hay a final de carrera, pero vuelvo a enganchar el plato para toda aquella zona que se me hizo infernal en las últimas pruebas: el camino que va bordeando el rio, entre árboles, y el último tramo de asfalto. Recuerdo el año pasado que apenas podía aguantar unos minutos sin que me adelantase gente, hoy es justo al contrario, voy pidiendo paso, aguantando el tipo, los últimos metros se me hacen largos, pero mantengo el tipo. Incluso consigo aguantarle el ritmo a un par de tios que me adelantan, a los que les devuelvo el adelantamiento....finalmente, la meta, ya lloviendo un poco más fuerte, sin ser el diluvio. Menos mal, porque los últimos tramos de tierra eran de ese polvo que se rompe al pasar la rueda por encima y habría sido un infierno pasar eso embarrado.

Le pido a uno de los de la organización que me saque una foto con la meta al fondo, me voy echando leches al coche, ya empieza a caer seriamente. Cargo la bici en el coche sobre mis fieles plásticos para proteger tapicería, me cambio como buenamente puedo, sin importar que me vean. Paso de ducharme, la cola debe ser monumental. Uso unas toallas que me traje para limpiarme algo la cara aunque sea y me voy directo a por la comida y a reunirme con Alejandro, Molay, Théo y Edgar, que ya han terminado con tiempazos...qué envidia, el año que viene cajón, jejej. Yo tendré que volver a salir con la muchedumbre...

Estoy jodido por el tiempo, claramente peor que la última participación. Pero si comparo el tiempo de pedaleo de mi endomondo con respecto al del año pasado, he mejorado más de 40 mins. Así que creo que si el año que viene no me da por hacer experimentos con las barritas el día justo de la carrera y realizo un entrenamiento similar o mejor al de este año, podré hacer cajón o al menos sub 5h. En fin, como se suele decir, el año que viene más y mejor. Lo positivo como siempre, compartir experiencias y charlas con Alejandro, Molay y Théo, grandes!!