domingo, 28 de noviembre de 2010

Moverse por Zurich

Llevo ya casi un mes, bueno, tres semanas (me sigue pareciendo eterno el tiempo aquí en Zurich) y cómo echo de menos mi coche. Me encanta conducir, es algo que siempre me ha gustado, y más aún cuando apenas iba a cumplir un añito mi Focusillo cuando me mandan para Suiza no se sabe por cuánto tiempo. Algunos me dijeron que lo vendiera, que como hacía poco tiempo que lo tenía, no iba a perder mucho dinero. Ni de coña!! es el coche que siempre he querido, desde que salió el modelo Focus siempre me ha gustado y ahora que podía comprarme un coche, no dudé en ningún momento. No es que sea el cochazo del siglo, pero a mí me encanta. Obviamente, si te compras un coche como un simple utilitario (véase Ibiza, Polo, Corsa, Fiesta, etc...) sin ningunan aspiración más que la de llevarte del punto A al B, está claro que puedes venderlo sin ningún problema y comprarte otro más tarde, pero no es mi caso.

Pues como os decía, 3 semanas sin tocar ni un solo volante, sin poder pisar el acelerador, sin poder subirlo de vueltas en alguna que otra ocasión. Mientras tanto, me he estado moviendo en el transporte público de Zurich, es decir, tranvías, autobuses y trenes. El abono de transportes, ya os conté en alguna entrada anterior, va por mes natural, es decir, si lo compras un día 19 de Noviembre, te dura hasta el siguiente 19 de Diciembre. El precio, como todo aquí en Zurich, alto, bastante alto: CHF 77 (57€) para solo moverte por el centro urbano de la ciudad, lo que en Madrid viene a costar 46€, bonita diferencia. Por otra parte, en caso de coger el transporte nocturno, has de pagar un plus de CHF 5. Sí, ya sabéis que si se puede sacar dinero de algún lado, se saca. Igual que en los sitios de comida rápida, cobran un plus por darte de comer a partir de horas intempestivas como son las 0h de la noche.

Algo bueno que por ahora he encontrado en esta ciudad es el transporte público. En cada parada, ya sea de tranvía, autobús o tren, hay o letreros digitales que informan de cuánto tiempo falta para el siguiente paso o paneles informativos de las horas, al minuto exacto, en las cuales pasa por la estación, o ambas cosas. Y lo respetan, no son como los famosos 3 minutos del metro de Madrid que puede llegar a convertirse en 5 minutos. Dentro de los medios de transporte, más en los tranvías y autobuses, hay unas pantallas de tele que van indicando la siguiente parada con las conexiones con los demás transportes públicos. Y por si ello fuera poco, también indicando las horas de paso para las conexiones. Los trenes no los he cogido mucho, porque me muevo básicamente en bus y tranvías, pero también tienen su puntualidad indicada en letreros muy fiable. Los tres medios se mueven por electricidad, con lo cual la típica humareda de los autobuses cuando arrancan de las paradas se elimina y se agradece.

lástima que no pudiera grabar el sonido...
Otro medio de transporte, son los coches. Para todo lo que había oído de los suizos de lo correctos y educados que son, por ahora, la impresión no está siendo del todo la misma. Los pasos de cebra están, pero les jode tener que parar para dejar pasar al peatón y hay que echarle valor, sobre todo si no están regulados por un semáforo. Hoy el colmo ha sido que nos pitaran por querer cruzar la calle por paso de cebra. Y luego está la contaminación. Menos mal que aquí son poco más de 300.000 mil habitantes, porque si fuesen los más de 3 millones de habitantes de Madrid, la contaminación sería más que la madrileña. Y es que cuando la gente sale de los semáforos o de un stop, suelen pegar unos acelerones de tres pares. No todo el mundo, pero para que me haya llamado la atención, sí que lo hacen bastantes. Pero acelerones que parece que les va la vida en ello, casi rozando el macarrismo, bueno, en algunos casos sobrepasándolo y con algún "burnout" de regalo. Es algo que me llamó y me sigue llamando bastante la atención. Y lo hacen tanto un Cinquecento hasta un GT3 RS que es un coche que no tiene que demostrar nada.

Tengo que decir que menos mal que no he cogido ningún coche para venir aquí, porque no sabría por donde ir. Que si carril bus (aquí sí que lo respetan), que si carril bici, que si vías del tranvía...hay que tener cuidado por dónde se va si uno no se quiere encontrar un tranvía de frente o pisándole el culo. En algunos casos la calzada prosigue su camino normalmente, sin ninguna modificación en el firme, pero los vehículos tienen que girar y dar un rodeo para volver a la calzada original unos metros más adelante por culpa de alguna prohibición. Otra cosa buena, es que no he visto doble fila en ningún sitio. Vamos, cosa buena, a mí me la suda que no conduzco por aquí. Se pita menos que en Madrid, pero se pita, y pitadas con saña de "como se baje del coche, le tira al rio".

Finalmente, están las bicis. He visto bicis de todo tipo, desde cacharros prediluvianos que no sé cómo siguen en pie hasta mountain bikes que en Madrid no durarían ni 5 minutos atadas al candado. Lo más curioso es que muchas veces dejan las bicis candadas, pero sin atarlas a ningún mobiliario fijo. Cosa que también me asombra. Y no, no son bicis mugrientas que nadie robaría, son bicis bastante decentes, incluso envidiables que están ahí, candadas y ahí están. Luego sí, hay gente que las ata a postes, verjas, parkings para bicis, etc. Atan el candado al cuadro y a la rueda trasera y ¡nadie les roba el sillín, el manillar, la rueda delantera! vamos, en Madrid las bicis que veo atadas por la calle están con dos candados, uno para la rueda delantera y otro para la trasera junto con el cuadro....y no sería la primera vez que veo al dueño llevarse el sillín. Son los peligros del cierre rápido: cambio de pinchazo en 2 minutos vs. robo de rueda en 2 segundos.

Y finalmente, el último mono, el más pringado, al que no respetan ni sus prójimos....el peatón. Las bicis pasan a toda leche, incluso rozándote cuando estás atravesando por el paso de cebra. Los coches, como he dicho anteriormente, se paran rara vez si no tienen un semáforo, el tranvía...ese ya ni para. Y entre peatones, los empujones están a la orden del día. A ver, no todo el mundo va empujando a todo Dios, pero en comparación con Madrid, que tiene fama de jungla, aquí te tienes que andar con ojo. Lo he visto en bastantes ocasiones, que por dejar pasar a alguien, otros se han metido por medio sin respetar al que salía.

Lo de los semáforos es otra historia también. No me había fijado hasta la semana pasada, pero hay monigote naranja para los peatones, además del rojo y verde típico. Luego para los invidentes, hay una especie de vibrador conectado al poste, en vez del típico pajarito. Luego hay semáforos con tres lucecitas que no sé lo que significan (esta semana me entero) y otra con un dibujito de un tranvía, que no sé si es para el tranvía o para avisar a los peatones de que viene un tranvía. Resultado, cruzo por donde buenamente puedo, miro a la izquierda, miro a la derecha, no viene ninguna bici, ningún coche, ningún tranvía, ningún bus....vuelvo a mirar y cuando no pase nadie a cruzar. Y no soy el único, los nativos también lo hacen. Aunque bueno, también soy un ciudadano ejemplar que en ocasiones utiliza el paso de cebra y cruza en verde....bueno, aunque no sé para quién es el semáforo verde.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Coluche tenía razón

He tenido que rehacer este blog ya que tenía pensado colgarlo la segunda semana, pero debido al dichoso examen de marras no tuve tiempo y no valía la pena dejar de estudiar un par de días por colgar la entrada del blog y correr el riesgo de suspender. Por cierto....aprobéééée!!!!!!!! Así que vaya por delante que no escribo esta entrada desde el lado negativo ni intentando ver todo lo malo de esta ciudad. Intento ser lo más objetivo posible. Aunque no puedo negar que he estado mejor. Ahora estoy algo mejor que antes del examen, me he quitado el agobio de tener que estudiar cada tarde, no poder hacer nada con mis compañeros al salir del curro. Los únicos lujos que me permití fue una visita a Zurich andando (la leche lo que estoy andando aquí!! ni en Madrid) y las veces que he salido a hacer la compra y un par de noches que salí a cenar con mis compis. El resto de tardes y días, en casa empollando. Afortunadamente, el resultado acompañó. La gente me decía que era muy negativo, que solo veía el lado malo de las cosas. Pero es que prefiero ver el lado malo de las cosas, no hacerme ilusiones porque entonces el chasco cuando las cosas salen realmente mal es peor. Así que prefiero esperarme algo malo, y si sale bueno, pues mira, una alegría que me llevo. Murphy y yo somos viejos amigos.

Bueno, llevo ya tres semanas, en fin, este es el principio de la tercera semana, así que técnicamente sería mejor decir que llevo algo más de dos semanas. Joe, lo rápido que pasaban en Madrid y lo jodídamente despacio que pasan aquí en Suiza. Será cosa de la exactitud suiza. Aunque bueno, tan exactos no son, eh? que el tren sale con algunos segundos/minutos de retraso. Aunque está bien que en las paradas de tranvía te avisan de los minutos que faltan hasta que pase el siguiente tranvía. Y no, no son minutos "Windows" o "Metro de Madrid", que los minutos 3 y 2 pasan a toda leche, y luego el minuto 1 tarda el doble que los anteriores. Además tienen un horario diseñado al minuto de cada hora del día para que sepas cuándo va a pasar el tren. Así que pese a algunos segundos/minutos de retraso que tengan, el transporte público está muy logrado. Vamos, que aquí sí que se podría aplicar la expresión de "Tranvía vuela".

Pero luego cuando vas en tren es cuando te das cuenta porqué van tan bien de hora. No paran!!!! hombre, no siempre, pero en muchas ocasiones el tren abre las puertas, ralentiza mucho la marcha, la gente se sube y baja y "hop!! c'est parti" y vuelve a retomar su marcha. Toma, claro, así sí que cumplimos horarios, y también hacemos selección natural del pasaje y ahorramos en frenos.

En cuanto a los zuriqueños, les he visto ir muy abrigados para el poco frio que hizo en las dos primeras semanas. Que si bufandas, botas altas, gorros, guantes...no sé, no es por ir de machote o chicarrón del norte, pero hizo el mismo frío que podría estar haciendo ahora en mi casa. Estuve yendo con polos de manga corta y un jersey por encima e iba más que sobrado. Es más, cuando tenía que ir a hacer las compras me moría de calor. Eso de regular la temperatura no lo llevan muy bien. Según entras en los sitios te empiezas a quitar capas. Creo que tendrían que ser un poco consecuentes con el frio que hace fuera, no? Pero bueno, este fin de semana ha llegado un poco el frío y las temperaturas están rozando los 0ºC y ahora ya sí que se va notando algo más de frio, aunque sigo llevando mis vaqueros sin pasar frío. Pero ya sí que he estrenado guantes y bufanda....para el gorro creo que aún queda un poco más de tiempo.

Dejando de lado la vestimenta, en cuanto a forma de ser, no son ni mejores ni peores que en España. Por poner un ejemplo, los niños son igual de cafres aquí que en España y el pavo se pasa igual aquí que en España. Vamos, yo me los esperaba...pues Suizos, tranquilos, educaditos, y no berreando, tirando papeles al suelo, subiéndose sobre los asientos del tranvía, etc. Cuando la gente sube a un autobús o tranvía o tren, nada de avanzar a lo largo del vehículo y organizarse para facilitar el acceso del resto de viajeros, ¿para qué? Quedémonos todos en la plataforma y hagamos bulto para que el resto de pasajeros no puedan subir. Lo de "dejar salir antes de entrar", otro mito de la educación que cae por su propio peso. Así que en algunos temas no son muy espabilados.

El tema de la conducción lo vamos a dejar para otra entrada del blog que me gustaría acompañar con varias fotos que he ido sacando, porque sí que he visto coches peculiares y bonitos. Aunque solo diré una cosilla, que menos mal que en la ciudad son unos 300.000 habitantes, porque si fuesen tantos como en Madrid, ríete tú de la contaminación que tiene la capital española...


Como ciudad no me está atrayendo mucho. A ver, dejarme que me explique, que veo que algunos se me van a tirar a la yugular. El casco histórico es bonito, tiene su observatorio, el cuartel general de la policía que era un antigo orfanato, la estación central tiene su aquel (por tener algo) y luego las callecitas de la zona de la ciudad que bordea el Limmat tienen su gracia (que no encanto que son dos cosas distintas) con casitas muy monas, tiendas, restaurantes y "take-away" todos ellos entremezclados. Tienen más encanto de noche. Salvo la catedral, preciosa por fuera y por dentro, el resto de iglesias que están por el casco antiguo son más bonitas por fuera que por dentro. Este finde entramos en la de St. Peter y nos llevamos un gran chasco. Será la iglesia con el reloj más grande de Europa (sí, más que el Big Ben según la guía turística), pero por dentro es sosa de pelotas...vamos, es suiza. Algunos de los puentes que pasan por el Limmat son bonitos, más de noche que de día. Aún me queda por pasearme más por el borde del lago, pero lo que he visto hasta ahora es bonito, sí, pero aún no me ha enganchado.
Y por la zona del centro, los muchos edificios que no son casas son, obviamente, bancos. Al final mi último jefe iba a tener razón, que Zurich era una caja de hacer dinero por la cual pasa la gente, entra y sale. El resto de casas, suelen ser de construcción baja, con un máximo de 5 o 6 pisos, muchos de ellos sin ascensor. Y con una construcción muy espartana. Son casas muy feuchas, sin gracia. Es decir, que es una ciudad que puede visitarse muy fácilmente en 2 o 3 días, con la comodidad añadida que salvo algunas cuestas, es una ciudad plana en un 90%.

Una de las calles con más glamour es la Banhoffstrasse, sí, aquí para denominar las calles no se dice calle/rue/street y el nombre, directamente el nombre de la calle incluye el sufijo "strasse" que significa calle. Del mismo modo que los nombres de las plazas terminan en "platz". Pues la mencionada calle es una avenida ancha que va desde la estación central hasta el mismísimo lago. A lo largo y ancho de esta calle están los bancos más importantes de Suiza y las tiendas de ropa de las marcas más importantes del mundo. Con blindajes de todo tipo, desde los típicos y mundanos pivotes delante de la puerta, hasta rocas pintadas de oro, hilos reforzados en los cristales del escaparate, barrotes, etc. Y a las 20h de la tarde, encargados de una empresa de seguridad que van cerrando, una a una, los toldos de todas las tiendas de la calle o al menos de muchas de ellas. Me pareció curioso eso, ya que no se trata de un recinto cerrado como puede ser un centro comercial o Las Rozas Village, sino de una calle pública.

La verdad es que me he llevado una cierta decepción con los zuriqueños. La acogida en la oficina ha sido muy buena, la gente está súper amable y ayudándonos en todo lo posible. El encargado de los partners que nos dio la bienvenida el primer día no tiene ningún problema en indicarnos sitios que visitar, viajes en barcos, dónde ir a eskiar, dónde comer, etc, cuando perfectamente nos podría decir "para mayor información, id a información turística". Pero en la ciudad, es otro cantar. Que conste que dentro de lo poco que he recorrido la ciudad, creo que he ido por sitios muy variados, desde zonas residenciales acomodadas, zonas más "populares", zonas de fiestas...vamos, que no me he limitado a un determinado emplazamiento. Y lo mismo con centros comerciales y grandes aglomeraciones. Y en la mayoría de los sitios es raro no llevarte un empujón. Aunque estés en un sitio hablando con tu amigo, siempre tiene que haber alguien que quiera pasar por el medio y no dudará en meterte un empujón. No sé si entre ellos se lo hacen también o es solo a los que vienen de fuera y es que viendo ciertos carteles publicitarios de ciertos grupos políticos, da que pensar, que no tienen una mentalidad tan alejada de los austriacos en ciertos aspectos.
He oído que en Amsterdam, las bicis son peligrosas, que van a toda pastilla. Pues aquí en Zurich van por el mismo camino. Incluso aunque estés cruzando por el paso de cebra, te pasan rozando. Está claro que en Zurich, el peatón es el último mono. Por eso no me preguntéis cómo funcionan los semáforos porque ni los miro. Llego a un cruce, miro a izquierda, miro a derecha y a cruzar. "Allá donde fueres, haz lo que vieres" me dijeron en casa antes de venir. Pues no os preocupéis, es lo que hago, porque un grandísimo porcentaje de gente hace lo mismo. Cruzan por donde más rabia les da.

Y lo del inglés, está claro que nada más lejos de la realidad. Incluso parece que les molesta que les preguntes si hablan inglés o francés. Va a ser que Coluche tenía razón, ¿para qué hicieron Suiza? si es como una parte de Alemania, otra de Austria, de Francia y de Italia....

Hasta la próxima, espero poner alguna a mitad de semana comentando un poco más qué tal es el ambiente de curro.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Las aparaciencias engañan


Tras un vuelo con media hora de retraso (puntualidad Suiza, por supuesto era culpa de Barajas) llegamos a Zurich y ya casi me pierdo al salir del propio avión. En fin, conseguimos llegar (íbamos 5 de mi equipo de proyecto) a la agencia en donde nos hicieron el abono de transportes mensual (tras CHF 77, frente a los 50€ que puede costar en Madrid más o menos un abono de la zona A). Durante el viaje en tren desde el aeropuerto hasta la estación central de Zurich, la mayoría de casas y edificios que veía desde él me recordaban bastante a los alrededores de París. Los colores, los jardines verdes, los tipos de casa, etc. Debíamos de parecer bastante cutres, porque dentro del tren, uno de los pasajeros (había pocos) nos dijo que este era el vagón de primera clase. Nos sentimos un poco ciudadanos de segunda clase, nunca mejor dicho. Llegué a Zurich y a arrastrar mis 30kg de maletoncio, más el troley de 8kg, más el portátil (que aún tengo agujetas en la espalda) hasta llegar a la agencia para recoger las llaves del piso y pagar el resto del alquiler. Me llamó mucho la atención y me recordó también a Francia que no hay diferencia entre las aceras y la calzada para los coches: ambas del mismo color y materíal, salvo por el bordillo.

Y luego más paseo por todo Zurich hasta llegar a nuestra casa…Llegué con un calor horrible, salí del aeropuerto con jersey y cazadora y acabé llegando al piso solo con camiseta de manga corta. Pensaba que iba a estar todo nevado (no fue ninguna decepción, al contrario), pero es que hacía incluso más calor que en Madrid. También es verdad que ir cargando con todas esas maletas da algo de calor. Pero por lo general el clima es nublado, y hoy domingo está lloviendo pero sigue sin hacer demasiado fresco. Lo malo es que cuando entras en un local o tienda, tienen la calefacción bastante alta, pero fuera tampoco hace tanto frio. Al menos para mí gusto. Veo a mucha gente con bufanda y gorros cuando por ahora estoy yendo solo con camiseta de manga corta y un jersey por encima o polo de manga larga. No es ninguna queja, al contrario, pero por todo lo que me habían dicho, pensé que me iba a pelar de frio. Y por mí, que esto siga el tiempo que sea. No tengo ninguna prisa por que llegue el frio y la nieve. Me gusta esquiar, por supuesto, pero visto los precios, me parece que no será tan barato como pensaba.
La entrada a nuestro piso está entre dos kebab’s, con el consiguiente olor a comida durante casi durante todo el día. Que creo que es lo que me está levantando dolor de cabeza esta tarde (eso o los nervios con los que llevo desde el sábado). Con lo lujoso que parecía el piso desde la página web, y lo cutrillo que es por fuera. Y más con el “scalextric” que tenemos justo al lado de nuestra ventana, pasando a ras de la casa. Lo bueno es que las ventanas están bien aisladas, tanto para la temperatura como para el ruido.  Por dentro la casa está bastante bien, 90 m2 la cocina está separada de las habitaciones, aunque con el puto olor a kebab no es lo más importante. El baño es amplio y el salón-cocina es muy espacioso. Está bien equipado, con nevera, lavadora, lavavajillas, platos y cubiertos, horno, vitrocerámica, pero sin embargo no tiene microondas, algo primordial para la cocina rápida hoy en día, así que habrá que ir tirando de horno o vitro. También pagamos una pasta por el piso, así que un microondas habría estado bien. No es que huela mucho a Kebab, pero sí que se nota un poquillo, sobre todo cuando vienes de la calle. Estamos en una zona que se ha puesto de moda. Han rehabilitado muchos almacenes de la zona industrial como restaurantes pijos, bares de copas, tiendas. De hecho ayer eran los “Fashion days” de Zurich y había fiesta por aquí cerca.


No sé qué me ha pasado esta mañana cuando he ido a hacer la compra, pero estaba completamente desubicado. En Madrid he ido muchísimas veces a hacer la compra, a distintos supermercados (Carrefour, Eroski, dia, Alcampo, Mercadona). Vamos, que no es la primera vez que cojo un carrito de la compra y recorro pasillos llenos de comida, ni que planifico para la comida para algunos días. Pero lo de hoy ha sido horrible. No sabía qué comer, ni qué comprar. Me acercaba a mirar el pollo, algo que suele ser barato y con una cantidad considerable y era caro y apenas había cantidad en la bandeja. Y lo peor es que tendré que volver esta semana y perder una tarde mirando otro super mercado a ver si es más barato que el que he ido esta mañana.
Digo por desgracia porque tengo toda esta semana (fin de semana que viene incluido) para prepararme el examen de la certificación que tan hábilmente suspendí en Madrid. Una de las razones por las que estoy bastante jodido esta semana y por lo que estoy viendo todo más negro de lo normal. De todos modos, no me considero una persona muy positiva. No es que quiera mirarle siempre la parte negativa a todo, pero por defecto para mí, el vaso suele estar siempre medio vacío. Espero que tras el próximo lunes la cosa mejore, aunque no confío en eso, no quiero llevarme otro chasco dentro de una semana.
Mi primera impresión de los suizos corrobora que las apariencias engañan, ni son tan ordenados ni cívicos como los pintan en la tele, igual que los españoles no estamos todo el día bailando sevillanas o comiendo paella. Aquí la gente cruza la calle aunque esté en rojo para peatones, o cruzan fuera de los pasos de cebra. La gente tira los pitillos al suelo, escupe y no, no son inmigrantes que no se han adecuado al “civismo” suizo, son suizos.  Durante nuestro paseo de llegada por Zurich, me crucé con bastantes cochazos y bastante macarrilla zumbándole al acelerador. En general no son tan distintos de lo que puedan ser los españoles o los franceses. Lo que por ejemplo no he oído mucho son pitidos, debe ser que en la conducción sí que son más ordenados y no hay tantas pirulas como en Madrid. Y lo mismo pasa con el alquiler de los pisos, estoy viendo muchos timos. Me están defraudando estos suizos.

Por ahora, por mucho que los días parezcan más cortos, se me están haciendo eternos. Y bueno, esta semana pasará sin demasiadas entradas, quizá una a media semana para contaros qué tal las primeras experiencias en el curro que espero ser capaz de rendir lo que se espera de mí.

PD: por cierto, deberían cambiar el nombre de ciertos programas. “Madrileños por el mundo” o “Españoles por el mundo” tendrían que pasar a llamarse “Madrileños RICOS por el mundo” o “Españoles RICOS por el mundo”. Porque esto no tiene nada que ver con lo visto en la tele.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Lo inevitable se acerca...

hola a todos,

Han pasado muchos cambios desde mi última entrada y por desgracia ha pasado demasiado tiempo. Cuando abrí el blog tenía miedo de que pasara esto y al final así ha sido. Varios meses sin ninguna entrada y con varias películas pendientes de colgar en el blog, pero sin tiempo. Entre el proyecto (que aún no tengo finalizado) y el curso de la certificación, me quedaba cero tiempo para hacer nada más. Si ni quiera me dio tiempo a "customizar" un poco el blog, ponerlo bonito y decente....pero ni eso.

Todo esto viene de más atrás, cuando allá por el mes de febrero/marzo, la consultora en donde trabajaba empezó a hacer un cierre ordenado de proyectos y acabé dando soporte técnico a un despacho de abogados. Antes de las vacaciones de este verano, un antiguo profe de mi uni me ofreció un cambió radical de trabajo: cambiarme a una consultora grande (del grupo santander...o al menos relacionada con "ese" banco -ya os contaré más adelante) y cambiarme de país. Tras un verano con varias entrevistas, un viaje inextremis Galicia-Madrid-Galicia para entrevistarme con los suizos y unos ligeros nervios por si me cogían o no, al final me cogieron. Aunque seguí intranquilo hasta que no había firmado el contrato allá por finales de Octubre porque nunca se sabe. No quería decir en mi curro que me iba a Suiza sin tener nada firmado y tenía que tener el contrato firmado antes de 15 días para avisar en el bufete de que me iba.

He de decir que no estaba nada incómodo trabajando en ese despacho de abogados, sobre todo porque la gente era muy maja y me llevaba muy bien con algunos de ellos. De hecho, me dio muchísima pena irme, pero por otro lado, esta era una oportunidad buenísima. No podía seguir allí más tiempo. Así que el 4 de Octubre empecé un curso de formación con otros 10 compañeros de proyecto. Con cuatro profesores distintos por cada semana del mes, todo el rato en inglés y terminando con un examen que gracias a mi genial ingenio, cateé.

Y a los dos días, maletas y sobrepeso incluido por culpa de todos los apuntes que me tuve que llevar, embarcado en un avión a Zurich, en la última fila y el último asiento del avión (quizá como castigo por haber suspendido), cogía un vuelo un sábado 6 de Noviembre de 2010 a las 9h55 de la mañana....

Creo que fue un día bastante jodido para mí. Por todo lo que conllevaba la desventaja con respecto a mis compañeros el ser el único pringado en haber suspendido, por dejar a la gente querida en España, por meterme en un proyecto que en ningún sitio han sabido decirme más o menos en dónde estaré o qué tendré que hacer y que no sé si daré la talla. Hombre, confío en los de RRHH que me seleccionaron y que espero que vieran algo bueno en mí.


En breve más....y con fotillos.