jueves, 12 de junio de 2014

Riaza B-Pro 2014

Otra carrera más al bote. Por ahora llevo la misma cantidad de carreras que el año pasado (Monegros, Rompepiernas y Rocosa frente a Monegros, Madrid-Segovia y Riaza) pero este año estoy teniendo mejores sensaciones. Quizá he entrenado más o mejor, pero salvo el problemilla estomacal que tuve en la Monegros (me dio mucha rabia porque creo que me podría haber metido en los primeros 1000 clasificados), este año estoy teniendo mejores sensaciones en las carreras y las clasificaciones acompañan y animan a seguir. Aunque me temo que voy a tener un parón forzoso durante este mes y quizá el siguiente...

 
El viernes anterior a la carrera, me fui a dar una vueltecilla, para soltar piernas...bueno, esa era mi idea, porque en vez de ser la típica vuelta corta de 30/40 kms en plan tranqui, salieron 60kms, en los cuales tuve que apretar los últimos 10kms para llegar a casa a tiempo para cenar con unos colegas. Así que llegaba el domingo preparado. Distinto de cuando fui a la Madrid-Segovia, que había pasado una semana desde la última vez que cogí la bici. Esta vez iba solo a la carrera, algo normal...de haberme acompañado mi chica, además de la hora y media de trayecto, tanto de ida como de vuelta, se tendría que haber tragado sus 4h14' de espera hasta que yo llegara. Que sí, Riaza es un pueblo bonito, pero muy grande no es y tampoco hay cosas en los alrededores en las que puedas echar el tiempo visitando. Enganché el GPS llegando al desvío de la A1 y el cabroncete me hizo coger la "circunvalación" de Riaza para entrar por la parte "de atrás" del pueblo. Llegué al aparcamiento que recomendaba la organización para utilizar, pero me di cuenta que luego había un paseo hasta el parque desde donde se salía y en donde se recogían los dorsales. Así que tras un par de vueltas en coche por el pueblo...ya un poco nervioso por no encontrar sitio, encontré uno cojonudo. Le debió de estar dando la sombra durante gran parte de la mañana y estaba a 500mts escasos de la zona de meta. Mejor imposible.
 
El motivo de haberme apuntado a la Riaza, es porque cancelaron mi amada y querida Rompepiernas y me ofrecieron la posibilidad de apuntarme a otras pruebas, de entre las que me quedé con ésta. Y claro, siempre pasa algo, y en esta ocasión fue que la persona que se ocupó de los trámites de gestión de las inscripciones se olvidó de apuntarme a la lista de inscritos. Menos mal que tenían dorsales de sobra y me asignaron uno libre. Muy majas las chicas de los dorsales, porque no me exigieron el comprobante de pago de la Rompepiernas ni nada. Se podrían haber puesto tontas y no permitirme la inscripción, así que desde aquí, volver a agradecerles la gestión realizada. Ya con el dorsal listo y colocado en la bici. Un buen detalle del dorsal, es que tenía una pequeña pestaña plegable, orientada hacia el ciclista, en donde se veía el perfil, muy útil. Me pareció una buena idea para otras organizaciones de carreras que podrían copiar.

 
Me fui al coche, monté la bici, preparé bien todo y me dirigí hacia meta. Rodé un poco por la zona del parque, pero ví que la meta ya empezaba a llenarse y había leído que hay zonas de la carrera en la que se formaban tapones, así que preferí ir metiéndome ya a esperar la salida. Durante el tiempo de espera al pistoletazo, no faltaron los típicos listos irrespetuosos que se cuelan, o directamente saltan la valla con la bici. Lamentable, cuando veo eso me da pena compartir afición con semejantes individuos. Supongo que se colocan ahí los primeros para ganar la carrera....ah, espera, que aquí no hay premio en metálico...gañanes!!! Deben de ser los mismos que no pueden perder las dos milésimas de segundo que se tarda en guardar el envoltorio vacío en el bolsillo del maillot o que no pueden permitirse el lujo de cargar con esos 5gr que debe pesar...
 
Puntuales, se dio el pistoletazo de salida. Los primeros kms cruzando el pueblo fueron neutralizados. Y otra vez, al igual que la Madrid-Segovia aproveché esos primeros kms para irme posicionando mejor, tampoco pretendía llegar a los primeros, pero si quitarme de en medio algunos que aparentemente iban más lentos, aunque luego quizá me adelatarían en carrera, pero eso no lo sabía. Al salir del pueblo, aún en neutralizada, unas buenas rampas de asfalto para ir calentando piernas. Y ya cuando nos soltaron, íbamos calentitos...Los primeros kms discurieron por una pista forestal con rodadas de coches bastante pronfundas en algunas zonas, además de tener bastantes restos de talas, con pequeñas y medianas ramas y troncos que volaban según pasaban los ciclistas por encima. Eso mezclado con el polvo que se levantó hacía muy peligroso el seguir a alguien. Corrías el riesgo de que se te cruzara algún palo en los radios y, además del consiguiente estropicio mecánico, estaba la Señora Hostia que te podías calzar. Pero claro, tampoco podías dejar demasiado hueco porque entonces se te colaba el que venia por detrás. En ocasiones había que pasar de una rodada a otra, de un lado a otro y claro, no podías apartar la vista del camino, con lo cual, no podías ver si venía alguien por detrás. Había que ir un poco a oídas. Y así llegamos hasta el primer desvío importante, en donde se separan la larga y la corta. Creo recordar que ahí o cerca del desvío vi el primer avituallamiento, pero era demasiado pronto para parar.

 
Poco a poco, aunque aún tuvimos algunos tramos con esos tipos de caminos rodados: dos roderas a cada lado y vegetación en el centro, empezamos a pedalear sobre pistas de firme uniforme. Con algunas bañeras eso sí, pero ciclables en casi todo el ancho. Lo cual daba más seguridad y más posibilidades de adelantamiento. Ahí tuve buenos momentos, de adelantar a gente con el plato metido, llevando una buena velocidad media. Iba mirando el cuenta y desde que salí, llevaba una media de 24km/h...iba fuertecillo y ahí estaba el dilema: tampoco iba con el cuchillo entre los dientes, pero tampoco se trataba de ir dando un paseo, algo de caña había que darle, no? Durante un buen rato, formé un pequeño grupo junto con una Cube 29 y una doble Giant. Nos íbamos dando relevos, no nos hizo falta hablar, yo tiré un rato de ellos en un falso llano que hubo al inicio de una larga recta y luego ellos me fueron tomando el relevo. Creo que lo hicimos un poco mal, porque normalmente, cuando se va a relevos, el primero se deja caer y de ahí surge la nueva cabeza de grupo. Pero aquí fue un poco al revés, la nueva cabeza de grupo subía desde atrás para ponerse alante. En fin, somos bikers, vamos contra todo protocolo, jajaja.
 
Llegamos a un segundo avituallamiento y ahí volvía a tirar yo del grupo, una bajada y me separé de ellos sin querer. Iba mirando para atrás, pendiente de ellos, pero me dijeron que siguiera, que ellos iban a parar. Así que nada, un sorbito al camel y a continuar. A partir de ese segundo avituallamiento comenzó una larga subida bastante tentida, salpicada de unas pocas bajadas. Un poco incómodo, pero aguanté el ritmo. Alguno me adelantó, pero no me dejé llevar por la emoción de querer seguirle el ritmo. Si tenía que ser, ya le pillaría, sino...pues no pasaba nada. Como a mitad de la subida fuerte, la primera importante del perfil, llegamos a un avituallamiento. Ví a poca gente parada, a mí me seguía poca gente, de hecho solo ví uno a lo lejos, así que decidí parar. Los voluntarios del avituallamiento muy bien, rápidos, ágiles. Había agua, aquarius, rellené el camelbak y seguí adelante.

 
A partir de aquí empezaba lo malo. Un camino roto, salicado de piedras en las rodadas, no había por donde cogerlo. Monte bajo, algo de hierba seca, lápidas de pizarra y la pendiente que cada vez se empinaba más y más. Engrané el plato pequeño. Desconocía los kms que me faltaban, aún teniendo la altimetría y la distancia en el manillar, no es lo mismo que conocer el terreno de primera mano. Encima se puso a soplar fuerte...de cara, por supuesto. Pensé que el viento sería igual de puto para todos, pero debió de serlo solo para mí porque me adelantaron unos pocos en la subida. Por suerte salimos del tramo malo y conectamos con una pista. De haber sabido que ya quedaba poco hubiese apretado, pero no me veía con muchas fuerzas. Llegamos a un llano, y de repente un descenso...me costó reaccionar y darme cuenta que ya era la bajada. De hecho, mi cuentakms no coincidía con el punto kilométrico de la cima que indicaba el mapa de la ruta. Aproveché para darle un buen mordisco a la barrita y dejarme caer. Mirada atrás, nadie me seguía y los de la subida estaban lejos, así que me dejé llevar, sin prisa, pero sin pausa. Pista ancha, gravilla suelta, terreno seco...las Ardent Race cumplieron fenomenalmente. Sin pedalear llegué a alcanzar los 55km/h bajando, el desnivel era considerable. De repente, empecé a ver a gente en los lados del camino arreglando pinchazos, estaba de suerte, al menos recuperaría los puestos que perdí en el ascenso. Pasé de largo un avituallamiento, crucé un pueblecito, demasiado rápido quizá, de haber salido algún perro o gato de algún rincón habría sido hostia segura. Animos y aplausos por parte de la gente.

 
De repente, me encuentro con un grupo de cuatro bikers dando marcha atrás porque se habían pasado un desvío. Menos mal que les ví, sino me temo que habría seguido todo recto. Y lo más seguro es que más participantes sufrieran esa misma suerte, eso me comentaba el chico que llevaba por delante, que pasa todos los años. Tomamos un sendero estrecho, en mal estado, bordeando unas huertas, con maleza, zonas de barro..otras zonas con pizarra ligeramente en ascenso. El típic sender estrecho que va por una ladera, que como te vayas un poco de lado, te vas por el talud irremediablemente. Volvimos a conectar con una pista de bajada, cruce, intersección, desvío indicado por un voluntario, cruzo un puentecito de piedra y de repente...dos alternativas, derecha o izquierda....joder!! por dónde tiro? joder!! me van a alcanzar por detrás....y a esto que avanzo un poco más y veo una tira y un sendero que sale por entre unos arbustos. Pues por allí!! un sendero muy estrechito y empinado que sube haciendo zetas por una ladera llena de pizarra y tarde o temprano, tenía que pasar. "pssss.....pssss....psssss....psssss". Joder, pinchazo!!! Ah no, espera, ya ha dejado de sonar. "pssss....psss...pssss..." vuelve a sonar el maldito ruido!!! Me paro rapidamente, engrano el plato grande y piñón y le doy vueltas a los pedales, hay que sellar el agujero lo antes posible para evitar tener que perder tiempo poniendo una cámara. Le doy vueltas a al rueda, me adelantan un par de tios. Mierda, uno de ellos es al que le pegué un grito en el desvio de antes para que no se perdiese. Gracias, Karma/Murphy, parece que vais los dos cogiditos de la mano por este mundo. Le doy un poco de aire a la rueda y sigo. Vuelvo a oir el dichoso ruido, pero veo que la goma sigue con presión suficiente, así que continuo.

 
A partir de ahora empezaba la segunda subida larga, compuesta por múltiples tipos de terrenos y desniveles. Por ahora, tenía que ir por un sendero roto, lleno de piedras, super incómodo y ligeramente técnico. Tenía a uno por delante pero no tenía huevos de cazarle y eso que él parecía estar igual de jodido que yo, pero quizá también le estaba echando las mismas ganas que yo en seguir adelante. El sendero desembocó en una pista llana, que de repente se tornó en una subida con una cierta inclinación, pero pude continuar con el plato mediano. Sin embargo, empezamos a pedalear sobre un terreno mojado por culpa de un rio que bajaba casi ocupando la totalidad de la anchura del camino y eso hacía lastrar en exceso. Con lo cual me ví obligado a volver a poner el plato pequeño y bajar algunos piñones para tener algo más de cadencia. Cruzamos un pueblecito, algo de llaneo y pisteo y de repente, de lleno a un bosque de robles y en los primeros compases de la subida habia que estar atento a tres zonas: sendero para no pillar la típica raiz saliente que puede provocar que revientes o pinches, a la altura del manillar para evitar las ramas bastante duras y que no se te engancharan en el manillar, y finalmente, a la altura de la cara para no tragarte una rama....vamos, una zona ligeramene incómoda. Además, al no tener a nadie delante, no podía usarlo de referencia para ramas o trayectoria.


Según iba avanzando por el sendero, la inclinación cada vez era mayor. Veía como los de delante tenían que poner pie a tierra y aunque estaba cansado, fui capaz de continuar dando pedales...aunque tampoco iba mucho más rápido que ellos. De hecho, en uno de los escalones que tenía el sendero, casi me voy para atrás. Me salvó que pude alcanzar con la mano derecha un tronco, sujetarme, y luego impulsarme hacia adelante para seguir pedaleando. Pero ya llegó un punto en el que tuve que poner pie a tierra. Fueron unos 500mts de pateo, que hicieron eternos. Menos mal que no tenía a nadie detrás a la vista. Solo delante de mí la Alma 29 y una Occam. Y ya por fin llegamos al penúltimo avituallamiento. Aquí tuve que parar porque estaba sin agua....aunque creo que podría haber pasado de parar. Bueno, ahora lo digo a toro pasado, pero en aquel momento, no veía la hora de dar un sorbo de agua, aquarius o lo que fuese. Pero ni punto de comparación con el otro puesto de avituallamiento. Aquí las bebidas estaban tibias, del tiempo, lo cual me extraña ya que aquí estábamos al lado de una carrera de fácil acceso, mientras que en anterior avituallamiento, estábamos poco menos que en el quinto culo. Y encima las voluntarias de cháchara entre ellas...Yo iba con algo de prisa, llámame flipado o loco por intentar hacer un buen tiempo y que no me adelantase la gente que iba detrás de mí.

 
Con el Camelbak relleno, emprendíamos el descenso final...descenso? y unos cojones!! una serie de toboganes destroza-piernas, como si no estuviésemos ya cansados. Allí nos fuimos alternando el de la Alma y la Occam que también pararon conmigo. Bueno, el de la Occam se había perdido un desvío y por eso le alcazamos. No conocía muy bien este tramo y tampoco quería darle mucha caña. No eran toboganes muy pronunciados, pero a estas alturas y con las fuerzas mermadas, no había huevos a hacerlos con el plato grande. Y de repente, llegamos al último tramo, un maldito sendero lleno de rocas que iba vadeando un riachuelo con algunas trialeras que, juntado con el cansado acumulado, se hacían más complicadas de lo que eran a simple vista. Conseguí ponerme por delante de Alma 29 y Occam para encarar el primero este sendero. Además, justo cuando estábamos llegando, alcanzamos a otro grupo y conseguí colarme de los primeros. Pero enseguida me adelantó una Cube 29....Cube 29" que acabó pinchada. Si es que van como locos, jejeje. A estas alturas de la carrera, ni pregunté si le faltaba algo. Ya para lo que faltaba....Me adelantó otra 29", pero que acabó hostiándose al quedar su rueda trabada entre dos piedras. Para que luego digan que las 29" pasan mejor los baches, claro, claro XDD. Yo iba un poco agobiado porque pensaba que iba frenando a mis perseguidores, ya que oía el traqueteo de las cadenas por detrás de mí. Pero debía de ser mi propio eco ya que hubo un momento que giré la cabeza y el de la Occam iba bastante lejos.



 Ya por fin entrada al pueblo y gracias a las indicaciones de varios voluntarios, llegué al parque de meta. Ultimo vistazo hacia atrás, y ya había perdido completamente de vista a mis perseguidores. Eso es que no fui tan mal en el último tramo. En la llegada a meta, cuando ya me estaba hidratando, me empecé a fijar en la gente que ya había llegado....y flipé un poco. ¿¡cómo era posible que hubiesen llegado antes que yo?! Pero ya hablando con uno de ellos que me preguntó si venia de la corta o la larga, me di cuenta que la mayoría venían de hacer la corta en unas 3h... Al final, un tiempo neto de 4h16', a menos de 1h del primero. Y nada, me fui a por mi bocadillo de tortilla de patatas y me lo comí tirado en el cesped del parque del que salíamos, al solecito, con una ligera brisa...muy cómodo la verdad. Luego al coche, que estaba ahí cerca, meter la bici, cambiarme y para casa!!




domingo, 8 de junio de 2014

Primeros kms con las nuevas cubiertas

Como ya comenté anteriormente en el blog, hace unas semanas cambié de cubiertas y no fue pequeño el quebradero de cabeza que tuve a la hora de elegirlas. No voy a repetir las opciones que estuve barajeando ya que eso ya está explicado. Me paso por aquí para contaros un poco la experiencia en estos primeros kms con las cubieras nuevas.
 


 
Después de todo, me acabé comprando una Maxxis Ardent Race 2.2 3C EXO tubeless delante y una Maxxis Ikon 2.2 3C (sin exo) también tubeless. En un principio, la medida 2.2 se me hacía un poco ancha de más. "Van a lastrar un montón!!", "Voy a ir cual lapa!!" eran los primeros pensamientos que tuve. De peso están muy bien. En comparación con la anterior combinación High Roller II 2.1 tubeless delante y Larsen TT 2.0 detrás, he aligerado unos casi 250grs que para un elemento en movimiento como son las ruedas, se nota.
 
 
Una de las recomendaciones que más me habían hecho, era poner Monorail tanto alante como atrás. Y para un uso pistero no niego que sea una cubierta excelente, pero buscaba algo con un poco más de taqueado central, que tuviese algo más de grip...o al menos lo pareciera. Y creo que con el cambio he acertado.
 
 
De la trasera, estoy encantado. Las siglas 3C significan que su taqueado tiene tres tipos de compuesto, siendo el lateral el más blando para ayudar en el paso de curva y agarrarse más al terreno. Y el taqueado central es más bien tirando a duro, para aguantar más el desgaste del rodaje y para ofrecer menos resistencia. No niego que lastre un poco más que la Larsen TT, estamos hablando de una cubierta de 2.2, aunque con un perfil más cuadrado que redondeado, frente a una cubierta de 2.0. Pero no lastra mucho más, y la ganancia en tracción y agarre frente a la Larsen TT es muy notable. Le separación entre tacos permite que expulse correctamente el barro y no se quede enganchado como pasaba con la Larsen TT.
 
 
Y delante, más de lo mismo. Con las High Roller iba muy seguro en terrenos húmedos, incluso con barro. Sus tacos grandes y separados trazan muy bien y durante la época de lluvias, iba encantado con esta cubierta, era una gozada. Iba super fino en tramos en donde hubiese ido completamente vendido en épocas de secano. Pero llegó el tiempo seco e iba completamente vendido en las bajadas. Por eso elegí la Ardent Race, con un taqueado pequeño en el centro de rodadura y un taqueado lateral continuo, lo que hace que no pierda adherencia. Lo he comprado y en las últimas carreras realizadas, me ha ido muy bien en las bajadas, me noto más seguro. No es que baje como mi tocayo Vouilloz, pero ya no voy tan inseguro como con las High Roller. Estas Ardent Race también llevan el compuesto 3C, lo que le da un plus de agarre lateral. Y además lleva el refuerzo lateral EXO, frente a pellizcos, que para una rueda delantera, no está nada mal.
 
 
En fin, creo que ha sido una buena compra. De hecho hoy en la salida de la Riaza ví a otro chaval con la misma combinación exacta. Y hablando con mi mecánico, me comenta que en el circuito de XC mucha gente está llevando esas cubiertas. En fin, ya veremos, pero por ahora, muy contento y para los terrenos en los que me suelo mover, dan muy buenas sensaciones.

martes, 3 de junio de 2014

A lomos de una Spark 730

Hace como cosa de un año, pude apuntarme en unos "test days" de Scott y probé una Scale 910. Un auténtico pepino...fibra de carbono, full XT 2x10 (con unos frenos estupendos), ruedas Syncros...la verdad es que una bici "pata negra". 29", por supuesto. Ya que mi bici habitual es una 26", quería probar algo distinto. Las sensaciones fueron muy buenas, pero el tiempo de prueba un poco escaso. También es que llevé un pepino de bici y no es comparable con mi Alma H10. Quizá lo mejor habría sido probar una 29" equivalente a la mía. Fue algo así como tener un Focus ST y probar un Aston Martin, quizá habría sido mejor probar un Focus RS.
 

 
Y este finde pasado se me volvió a presentar la oportunidad de probar una Scott. Esta vez tuve la oportunidad de probar una Spark 730. Es el modelo "básico" de carbono de la línea Spark. Cuando digo "básico", me refiero a que pesa unos 12,4kg según catálogo y cuesta cerca de 3.000€ también según catálogo. Pues eso, básico. Viene montada con el sistema twin-loc mediante el cual puedes regular los recorridos de la horquilla y del amortiguador en marcha. Desde el modo bloqueo, hasta el modo abierto, pasando por el modo tracción.

 
Este sistema resulta muy útil, ya que te permite regular los recorridos tanto de la horquilla como del amortiguador a la vez. Y es muy cómodo llevar ese mando en el manillar, en vez de tener que actuar directamente sobre la horquilla o sobre el amortiguador en caso de no llevarlo en el manillar. Sin embargo, hablando con un colega de la peña, me comentó que tanto el twin-loc de Fox como el mismo mecanismo de Rock Shox dan muchos problemas mecánicos y fallan con mucha frecuencia. Llegan muchos de esos mandos a sus manos diariamente, con lo cual, se me quitan las ganas de gastarme una pasta considerable en una doble, para que luego, uno de los mecanismos fundamentales de la suspensión total falle y dé problemas. Es una lástima, ya que lo que pude probar de la suspensión me encantó. No me considero mal bajador y con esta doble disfruté a tope y fui a velocidades a las que no habría ido con la Alma. Baja con mucho aplomo, los cortados los pasa como si nada, ni me enteré de las raices por las que pasé. Hubo incluso un par de momentos en los que, al salir de una curva, me encontré con un cortado del cual no sé cómo me habría librado con la Alma, pero con la Spark pensé que si el de alante había pasado, yo también y tiré un poco de manillar y sin problemas. También influye que el ángulo de pipa de esta Spark es algo más relajado que el de la Alma, más racing, más cerrado.
 
 
Escogí una L, ya que en la prueba de la Scale 910 había cogido la misma talla. Creo que coger una XL habría sido un error, porque ya en esta L iba algo estirado. Pero no me pareció que el sillín estuviese exageradamente echado para atrás, lo cual me rayó un poco. No conseguí encontrar mi postura ideal, quizá por el ángulo de la potencia, por el manillar...no sé, no iba cómodo. Y en un par de subidas un poco técnicas que tuvimos, lo noté. No sé, era como que veía demasiado la rueda delantera por delante del manillar y me daba un cierto punto de inseguridad en las subidas.
 
 
Hubo un pequeño tramo de sendero, con algunas curvas ciegas, rocas escondidas, raíces en el cual me sentí torpe. No sé si por el hecho de llevar una doble, en la que el salto (o bunny-hop) se me antoja más complicado de realizar que en una rígida o qué, pero me sentí como vendido. Fui pasando por encimas de las raíces, pero más por inercia de la bici, que por controlarla yo. Sin embargo, cuando probé la Scale por aquellos senderos de la zona del Gasco, no noté esa inseguridad (y eso que era 29"). Sí que se notaban las ruedas más grandes a la hora de trazar, pero ni por asomo el titubeo que tenía con la Spark.
 
 
En resumidas cuentas, la gran mejora, la gran diferencia que he notado, obviamente, ha sido la suspensión total y una diferencia de geometría, sobre todo a la hora de llanear y de bajar zonas complicadas. No tiene color, se nota muchísimo. Pero también noté esa diferencia -mejora- (aunque en menor grado al tratarse de una rígida) cuando probé la Scale. La zona del Gasco también tiene algunas raices y con la 29", se iba estupendamente. Lo del twin-loc es un punto muy importante a tener en cuenta, si no fuese por los fallos mecánicos que me comentó este colega. Y a la hora de subir, aún con todas las mejoras que tienen ahora las dobles...yo seguía notando esa falta de rigidez en el tren trasero. Quizá si pudiese disponer de una doble perfectamente ajustada a mi talla, en la que fuese 100% cómodo como voy con mi Alma, las sensaciones habrían sido distintas. Pero si lo comparo con las sensaciones que tuve con la Scale (otra bici de prueba que venía con un ajuste "por defecto"), en la Scale me encontré más a gusto.
 
Así que si tuviese pasta, está claro que a por una doble de cabeza...pero si he de ahorrar para comprarme una bici, sería una rígida. La última cuestión ya es si de 29" o 27,5". Pero para la próxima edición del Test the Best, lo tengo clarísimo. Volveré a probar una doble y en otra sesión de pruebas, me gustaría probar una rígida 29" y una 27,5. Hacer ambas pruebas de seguido, según me bajara de una, subirme a la otra y ahí comparar. Pero bueno, eso ya queda para el año que viene o si durante este año me surge la oportunidad de asistir a algún "test day" de alguna marca.