viernes, 30 de septiembre de 2011

No es país para viejos

Este finde fue la segunda vez que iba a visitar a mi buen amigo Alex a.k.a Green. LA excusa era ver el GP de Fórmula 1 de Singapur, aunque ya que iba, pues así le veía otra vez, jeje. Una amistad que surgió de unos foros por internet en donde fui trabando amistad con un grupo muy variopinto, un vasco muy peculiar, un catalán cuya elocuencia y simpatía no tiene límites, un madrileño de Madrí' Madri' y este buen amigo asturiano, ahora emigrado en Suiza, como el dueño de este bazar, entre otros foreros con los que he tenido el placer de coincidir. Se trata de esos amigos que quizá no veas cada día, pero que cuando te juntas con ellos, te encuentras cómodo, a gusto, y con la libertad de contarles tus cosas y preguntarles qué tal les va la vida. Y siempre se puede contar con ellos.

Ya me pasó una vez, hace unos cuantos meses. Típico finde sin nada que hacer en Zurich, o quizá con demasiadas espectativas para hacer cosas y ya la noche del viernes pintó aún más negra que el cielo y el sábado por la mañana, me cogí el tren a Lugano a ver a Green. Casualmente, habían subido a verle Aketza y Cybertas y fue un finde cojonudo. Sin embargo fue un finde fugaz y no pasé mucho tiempo en Lugano. Visitamos Campeone d'Italia, nos echamos unas cuantas risas en la Greencueva, en fin, estuvo muy bien.

Y este finde tenía buena pinta también. Casi no pillo el tren el viernes y cuando me subí estaba hasta el culo de gente. Como no, todo el mundo por el medio...ya, sí, lo de andar por el medio gusta. Los planes era bastante deportivos: paseo por las montañas de los alrededores de Lugano el sábado y carrera de 10kms pero por suerte, cambiaron. Bueno, nada más subir al tren me acojoné un poco por lo lleno que estaba, incluso había gente de pie. Por suerte conseguí un hueco junto con una familia (madre, hija e hijo) con los que fui hasta Belinzona. Aunque no tuve mucho espacio para mis piernas, pero al menos pude estar sentado. Así que nada a disfrutar de cómo comían sus bocadillos, llenándolo todo de migas, hablando con la boca abierta..en fin, con razón me acabé durmiendo, esperando no tener pesadillas.

Llegó Bellinzona y por fin pude estirar las piernas!!! qué gusto!! ahora llegaba una parte mala, una zona de curvas en las que el tren se balancea y creo que me marée un poco, pero nada grave. Llegada a Lugano y reencuentro con Green y unos amigos suyos españoles que están viviendo en Lugano. Muy buena gente con la que no cuesta nada congeniar. La primera noche estuvo genial, "recepción" en casa de uno de ellos con cenita típica española, con productos de la tierra padre (que mi tierra madre es Francia, jeje).

Por suerte esa cena/fiesta terminó muy tarde, lo que hizo qué, muuuy a mi pesar, no pudiéramos levantarnos al día siguiente para estar listos a las 8h30 para realizar una travesía andando de más de 6 horas!!! sí, "6" y "horas". Hago yo eso y me pego un tiro, o me tiro por el primer barranco que vea. Me da igual hacer 5 o 10 o las horas que sean montado sobre una bici, pero senderismo?? antes muerto o a menos que me quiera tirar a la tía con la que vaya a hacer senderismo. A cambio, nos levantamos a una hora decente, como sobre las 11h, desayunamos en la amplia terra de la Greencueva y luego nos dimos un paseo por Lugano, viendo Villa Favorita, el borde del lago, unos jardines al borde del lago, un poco por el casco histórico que esa mañana estaba llena de puestos y bandas de música, hasta que nos volvimos a casa.

La noche siguiente pintaba de fiesta por locales de Lugano, pero al final el plan no salió como se esperaba, aunque lejos de quedar defraudado, me encantó. La segunda alternativa era buscar un bar en donde poder ver un partido de liga, pero ni con esas. Así que Green y yo nos fuimos a tomar algo a una terraza al borde del lago mientras esperábamos al resto de sus amigos. Mojitos en un puesto de "playa", con el lago justo en frente, solo a CHF 10 !!!! qué locura. Frente a los CHF 17 que fácilmente te pueden cobrar en cualquier antro de mala muerte de Zurich. Además del ambiente que había, cualquiera diría que estaba en suiza, por mucho sentido de patriotismo que tengan, ahí me sentía como en cualquier lugar menos en Suiza y se agradecía. La noche finalizó cenando unas pizzas tremendas en un restaurante frecuentado por Alonso. Una carta!!! qué carta!! había por lo menos cuatro páginas para poder elegir entre toda la variedad de pizzas que tenían.

El día siguiente me tocaba ya volver a Zurich, pero antes nos iba a cundir la mañana: desayuno rico rico con huevos revueltos y bacon, era un poco mi manera de agradecer a Green su hospitalidad y el haberme cedido la cama grande, en la que dormí estupendamente. Pero antes del desayuno, asistimos a una carrera de 10kms en la que participaba uno de los amigos de Green que vive allí en Lugano. Después nos fuimos a una especie de embarcadero abandonado que hay justo al lado de la entrada a Villa Favorita desde el cual vimos a unos chavales tirarse al lago durante nuestro paseo del sábado. El problema que tiene Lugano, alguna pega tenía que tener, es que la mayoría de los sitios de baño público son, curiosamente, de pago. No es como Zurich que salvo en dos sitios, en el resto de zonas en las que uno se puede bañar, no hace falta pagar. Así que vimos este sitio y decidimos ir. Es una especie de embarcader abandonado, desde el cual hay que tirarse desde la roca al borde del lago de dos niveles, uno que estará a unos 4 o 5 metros y otra desde más arriba que acojona bastante más. Pues bien listos que fuimos, de llegar y tirarnos al agua. Cuando llegó el momento de salir....todas las piedras resbaladizas por culpa del musgo y de las algas. Nos costó lo suyo conseguir salir y porque tuvimos suerte y encontramos unos resquicios en las rocas para salir del lago. Y la salida se las traía, no era una salida apta para gente en baja forma.

Tras el bañito de marras, nos fuimos a casa a ver la carrera junto con unos amigos suyos. Y luego un paseito de una hora hasta llegar a la estación, turnándonos para llevar mi bolsa de viaje que pesaba lo suyo (muchas gracias chicos!) y finalmente estación de tren. Y como casi siempre que vuelvo a Zurich, todo lo animado que he estado durante el finde, todo el buen rollo que llevo encima se va evaporando según me acerco a la ciudad.

Pero bueno, el finde mereció la pena. Volví a disfrutar de la compañia de mi buen amigo y conocí a un grupo de gente muy simpática a quienes mando un fuerte abrazo desde aquí. Así como agradecerles toda la hospitalidad que me han brindado desde que llegué.


PD: por cierto, se me olvidaba "t610yz600" forever!!!!!!!

domingo, 11 de septiembre de 2011

Erase un barquito chiquitito

Que navegaba entre las agitadas aguas del lago de Zurich en un tempestuoso domingo de Septiembre....10 años después de aquel fatídico y trágico atendado que sufrió EEUU y que repercutío en gran parte del mundo "civilizado" en forma de pánico, paranoia y desconfianza general. Pues eso, ahí estaba, en uno de los barcos de Zurich que circulan por el Limmat y un poco en la zona del lago cercana a la ciudad. Ya había visto estos barcos cuando llegué a Zurich, muy parecidos a las "péniches" que navegan por el Sena en París, pero más pequeñas. Pero no fue hasta principios de verano que empecé a utilizarlas.

Principalmente, estos barquitos me sirven para ir desde Zurich hasta una zona del lago en donde me suelo bañar, Zurichorn. Este sitio está al final del Jardín Chino, justo al final de uno de los grandes paseos que bordean el lago y, aunque se puede llegar mediante el tranvía y luego andando, el barco tiene su gracia. Y la frecuencia es alta, cada media hora, pero más o menos suelo llegar justo a cogerlo. Quizá sería más fácil bañarme en el Limmat como casi todo el mundo que conozco. Y es que al parecer el Limmat es super cool y super guay, el ambiente es...bueno, pero aún con tooodas esas bondades, está en pleno centro de la ciudad. Y para bañarme entre coches y edificios, para eso me voy al Manzanares. Prefiero irme a Zurichorn en donde puedo ponerme a nadar y sentirme claramente en mitad del agua, o nadar "lago" adentro que tiene su gracia.

Lo que me llevo dando cuenta desde hace un cierto tiempo, es que los suizos no saben hacer cola. Debe ser algo superior a sus fuerzas y cuando ven una cola, se plantan delante de todos como si hubiese nadie esperando. Llegan y aunque tú estés ahí esperando desde hace 10 minutos, se ponen a tu altura o incluso delante. Digo suizos, porque la mayoría de los que he visto hacer eso hablan kartoffel...así que suizos. Los turistas que he visto llegar a la cola, se ponen a la cola, como cualquier persona con un mínimo de educación y civilización y respeto por el prójimo. Y me pone aún de más mala hostia cuando por culpa de una panda de cretinos, uno se queda sin espacio.

Claro, por alguien que se cuele, no vas a montar un pollo, menuda chorrada, el mundo no te va en ello, es solo una persona, dos como mucho...o alguna familia XDD. Pero cuando te lo hacen una, y otra y otra...al final se te agota la paciencia. Pero te sigues callando, lo más seguro es que si montes el pollo, te miren como si fueses un bicho raro. Qué cosa más rara!! enfadarse con alguien por semejante tontería!!. La otra técnica de los suizos para "enfrentarse" a las colas, no es FIFO o LIFO, es "cuanto más empujes, antes entrarás". Y es que la técnica utilizada se basa en pegarse al culo del que hay por delante y achucharle para tratar de entrar antes en el sitio. Una gran técnica, sí señor. Tanto para subirse a tranvías, como a barcos, como a aviones.

De hecho, esa sensación se vuelve a sentir en los aeropuertos, cuando estás haciendo cola para embarcar. Antes de entrar en el avión, tanto en Madrid como en Zurich, la gente suele formar una cola más o menos ordenada. Y estoy seguro de que entraría perfectamente sin problemas si cada pasajero fuese entrando uno por uno. Pero la compañía de turno tiene la brillante idea de embarcar a la gente por asientos y entonces...a tomar por culo cola y Cristo que lo parió.

Uno de los aspectos que más me gusta de Zurich es el transporte público. Sobretodo el tranvía. Me lleva a cualquier parte de Zurich en nada de tiempo, no suele ir muy atestado de gente como puede ir el metro de Madrid...aunque también hay que tener en cuenta la diferencia bestial de habitantes de ambas ciudades. Y los tranvías suelen tener preferencia sobre el resto de la gente, con lo cual no suelen tener que esperar en exceso en comparación con los autobuses, por ejemplo. Su frecuencia es bastante buena, con lo cual no se suele esperar mucho. Pero llega el momento de salir del tranvía...en donde te vuelves a tropezar con esa educación y civismo del que tanto hemos oído hablar cuando salir del tram se vuelve un poco complicado. No imposible, tampoco hay que exagerar, pero algún codazo u hombrazo sí que repartes para salir.

Y luego ya, lo que es de traca, es cuando hay que echar a correr para coger un tram o un tren y claro, se accede a él por una sola puerta. El sentido común haría que la gente se fuese repartiendo por el medio de transporte que sea para que el resto de la gente pueda seguir entrando antes de que se vaya el vehículo en cuestión. Pero sorpresa!! ahí están todos, como borregos, apelotonados y sin hacer ningún ademán de moverse para facilitar tu acceso. Así que si hay suerte y aún te queda tiempo, consigues entrar por la siguiente puerta y sino, pues perderás el tren o el tram y a seguir esperando.

En fin, habrá que irse adaptando a las costumbres y saltarse unas cuantas normas de civismo, será divertido.