jueves, 20 de octubre de 2011

Otra visión de Suiza

Hoy estaba hablando con un compañero de trabajo suizo, vamos, de los que están empleados en la empresa suiza en la que curro. Hablando un poco de todo, hemos llegado a hablar de las bondades de Suiza y del relativo rechazo/desprecio que tienen hacia los ciudadanos norafricanos y de los balcanes. Pero que esto quede entre nosotros…. Está visto que gente de esas regiones lo tiene jodido o muy jodido para iniciar una vida aquí en Suiza.

Supongo que habrá versiones, y que otros suizos pensarán otra cosa de su país, y seguro que los suizos que se han ido a vivir a España, no pensarán lo mismo que éste compañero. Basándose en las estadísticas que había leído, me decía que suiza era uno de los países más ricos del mundo, sí,e so ya lo sabía yo…pero en qué se basan para decir eso. Aquí la mayoría de la gente vive alquilada porque los pisos son demasiado caros y hay que dar una entrada muy fuerte para entrar a comprar una casa. Si realmente fuese un país rico, la gente se compraría pisos como churros, no? Al menos ese es el concepto que tengo yo de país rico. En fin, además de esto, me decía que es un país tranquilo, organizado, limpio, sano, con unos paisajes preciosos, etc…vamos, poco más y aparece Heidi balanceándose en ese columpio por encima de los valles suizos (que siempre me pregunté de dónde colgaba ese columpio y que menudo vértigo…)

Ojo, no quiero entrar en comparaciones ni quiero criticar el país. Solo transmitir lo que me ha estado contando este hombre. Me resultó curioso cuando me comentó esa anivadversión hacía la gente proveniente del norte de Africa y de los paises balcánicos. Ya había oído comentarios de este último grupo por parte de otras personas, pero no pensaba que todo el mundo pensara así. Por lo que me contó, es como que suelen dedicarse a los pequeños hurtos. Sin embargo en Suiza, las penalizaciones se van agravando por cada hurto que cometen. Cosa que en España no ocurre. Por lo tanto también les suele ser complicado acceder a una vivienda o encontrar un trabajo. También me decía que suelen ser ruidosos, molestos…en fin, unas perlas.

Hablando de temas de seguridad, salió a relucir la policía. Yo le comentaba que las veces que he visto patrullas de policía, van fuértemente armados…incluso parecen militares. Pero que policías de calle, apenas se veían. Sin embargo, segú me contaba, cuando se trataba de hacer controles, tanto de calle, como de carretera, no se andan con chiquitas. Me acuerdo una vez en los billares a los que suelo ir, que hubo una redada digna de cualquier peli de polis de Hollywood. Este hombre me contaba también una vez que pasó por un control de polícia en la carretera. Habían puesto focos de luz (además de la propia iluminación de la autovía), clavos, metralletas…y se trataba de un "simple" control de papeles y demás. El caso es que me explicaba que tanto la administración como la policía suelen ser bastante "polites" con la gente, pero que en cuanto te pases y abuses de esa confianza….te crujen vivo. Con un 2,7% de paro, está claro que ne Suiza no son bienvenidos ni vagos ni aprovechados de la sociedad.

Es por eso me contaba otra de las bondades de suiza, y es el tema de la administración y el gobierno. Suiza es un estado federal, y me explicaba que por un lado están las leyes y normativas que se establecen a nivel general para todo el país, pero que luego cada cantón hace un deshace un poco a su manera (¿de qué me sonará a mí eso?) para adaptarse a las condiciones particulares de cada cantón, de demografía, geografía, etc…Otro aspecto positivo de la administración, es que no son tan tocacojones como en España. Si te pasas unos días del plazo para renovar tu permiso de residencia, o lo que sea, suelen hacer la vista gorda siempre y cuando no sea un canteo y te presentes para hacer el trámite un mes después de la fecha límite. Tal y como me está pasando ahora que me parece que estoy de ilegal en este país….uuuhhh, qué miedito!! Y que hasta ahora (toco madera) no me ha tocado lidiar con ningún Miura, la típica administrativa borde, que se ha levantado mal follá' o mal desayunada o mal dormida y lo paga con el primero que se le cruza en el camino. Han sido bastante amables, bueno, salvo una vez, que llegué y empecé a hablar directamente en inglés y al rato, la mujer con un cierto tono de molestia, me dijo que hay gente que no habla inglés, y que antes debería preguntar si hablan inglés o no. Y yo pensando "para qué? si siempre que pregunto eso la gran mayoría me contesta que no, pero si empiezo a hablar directamente en francés, entonces sí que hablan inglés….qué casualidad" Pero vale, me disculpé y asunto zanjado, la chica me volvió a sonreir y listo.

Y ya para terminar de ensalzar el país, estuvo comentando aspectos medio-ambientales de Suiza. Que si la limpieza por ahí, que si el amor por el campo por allá, que si paisajes magníficos. Pero lo que me hizo gracia cuando me comentó acerca de un riachuelo que pasa por un pueblo que suele visitar a menudo. Y que de un año para otro, se lo encontró aún más limpio que el año anterior. Y que de lo tan limpísimo que estaba, apenas quedaban peces….A ver, si un rio se depura y se limpia de mierdas varias, lo suyo es que la flora y fauna se regenere, no al revés!! Es como si me dice que en mitad del mar, por ser un espacio tan puro y natural, apenas quedan peces. Para mí que fue algún suizo pirado que se dedicó a verte litros y litros de lejía o algo por el estilo. Y claro, así se quedó el agua de limpia….Anda que no son exagerados ni nada a veces. Como cuando nos dijeron que de lo grande que es el lago de Zurich, hay veces en las que no sé el otro lado del lago. Claro, de noche y cuando hay niebla, jajaja.

Y bueno, poca cosa más me contó. Pero vamos, aún con eso, fue una conversación muy agradable, jejejeje.

viernes, 30 de septiembre de 2011

No es país para viejos

Este finde fue la segunda vez que iba a visitar a mi buen amigo Alex a.k.a Green. LA excusa era ver el GP de Fórmula 1 de Singapur, aunque ya que iba, pues así le veía otra vez, jeje. Una amistad que surgió de unos foros por internet en donde fui trabando amistad con un grupo muy variopinto, un vasco muy peculiar, un catalán cuya elocuencia y simpatía no tiene límites, un madrileño de Madrí' Madri' y este buen amigo asturiano, ahora emigrado en Suiza, como el dueño de este bazar, entre otros foreros con los que he tenido el placer de coincidir. Se trata de esos amigos que quizá no veas cada día, pero que cuando te juntas con ellos, te encuentras cómodo, a gusto, y con la libertad de contarles tus cosas y preguntarles qué tal les va la vida. Y siempre se puede contar con ellos.

Ya me pasó una vez, hace unos cuantos meses. Típico finde sin nada que hacer en Zurich, o quizá con demasiadas espectativas para hacer cosas y ya la noche del viernes pintó aún más negra que el cielo y el sábado por la mañana, me cogí el tren a Lugano a ver a Green. Casualmente, habían subido a verle Aketza y Cybertas y fue un finde cojonudo. Sin embargo fue un finde fugaz y no pasé mucho tiempo en Lugano. Visitamos Campeone d'Italia, nos echamos unas cuantas risas en la Greencueva, en fin, estuvo muy bien.

Y este finde tenía buena pinta también. Casi no pillo el tren el viernes y cuando me subí estaba hasta el culo de gente. Como no, todo el mundo por el medio...ya, sí, lo de andar por el medio gusta. Los planes era bastante deportivos: paseo por las montañas de los alrededores de Lugano el sábado y carrera de 10kms pero por suerte, cambiaron. Bueno, nada más subir al tren me acojoné un poco por lo lleno que estaba, incluso había gente de pie. Por suerte conseguí un hueco junto con una familia (madre, hija e hijo) con los que fui hasta Belinzona. Aunque no tuve mucho espacio para mis piernas, pero al menos pude estar sentado. Así que nada a disfrutar de cómo comían sus bocadillos, llenándolo todo de migas, hablando con la boca abierta..en fin, con razón me acabé durmiendo, esperando no tener pesadillas.

Llegó Bellinzona y por fin pude estirar las piernas!!! qué gusto!! ahora llegaba una parte mala, una zona de curvas en las que el tren se balancea y creo que me marée un poco, pero nada grave. Llegada a Lugano y reencuentro con Green y unos amigos suyos españoles que están viviendo en Lugano. Muy buena gente con la que no cuesta nada congeniar. La primera noche estuvo genial, "recepción" en casa de uno de ellos con cenita típica española, con productos de la tierra padre (que mi tierra madre es Francia, jeje).

Por suerte esa cena/fiesta terminó muy tarde, lo que hizo qué, muuuy a mi pesar, no pudiéramos levantarnos al día siguiente para estar listos a las 8h30 para realizar una travesía andando de más de 6 horas!!! sí, "6" y "horas". Hago yo eso y me pego un tiro, o me tiro por el primer barranco que vea. Me da igual hacer 5 o 10 o las horas que sean montado sobre una bici, pero senderismo?? antes muerto o a menos que me quiera tirar a la tía con la que vaya a hacer senderismo. A cambio, nos levantamos a una hora decente, como sobre las 11h, desayunamos en la amplia terra de la Greencueva y luego nos dimos un paseo por Lugano, viendo Villa Favorita, el borde del lago, unos jardines al borde del lago, un poco por el casco histórico que esa mañana estaba llena de puestos y bandas de música, hasta que nos volvimos a casa.

La noche siguiente pintaba de fiesta por locales de Lugano, pero al final el plan no salió como se esperaba, aunque lejos de quedar defraudado, me encantó. La segunda alternativa era buscar un bar en donde poder ver un partido de liga, pero ni con esas. Así que Green y yo nos fuimos a tomar algo a una terraza al borde del lago mientras esperábamos al resto de sus amigos. Mojitos en un puesto de "playa", con el lago justo en frente, solo a CHF 10 !!!! qué locura. Frente a los CHF 17 que fácilmente te pueden cobrar en cualquier antro de mala muerte de Zurich. Además del ambiente que había, cualquiera diría que estaba en suiza, por mucho sentido de patriotismo que tengan, ahí me sentía como en cualquier lugar menos en Suiza y se agradecía. La noche finalizó cenando unas pizzas tremendas en un restaurante frecuentado por Alonso. Una carta!!! qué carta!! había por lo menos cuatro páginas para poder elegir entre toda la variedad de pizzas que tenían.

El día siguiente me tocaba ya volver a Zurich, pero antes nos iba a cundir la mañana: desayuno rico rico con huevos revueltos y bacon, era un poco mi manera de agradecer a Green su hospitalidad y el haberme cedido la cama grande, en la que dormí estupendamente. Pero antes del desayuno, asistimos a una carrera de 10kms en la que participaba uno de los amigos de Green que vive allí en Lugano. Después nos fuimos a una especie de embarcadero abandonado que hay justo al lado de la entrada a Villa Favorita desde el cual vimos a unos chavales tirarse al lago durante nuestro paseo del sábado. El problema que tiene Lugano, alguna pega tenía que tener, es que la mayoría de los sitios de baño público son, curiosamente, de pago. No es como Zurich que salvo en dos sitios, en el resto de zonas en las que uno se puede bañar, no hace falta pagar. Así que vimos este sitio y decidimos ir. Es una especie de embarcader abandonado, desde el cual hay que tirarse desde la roca al borde del lago de dos niveles, uno que estará a unos 4 o 5 metros y otra desde más arriba que acojona bastante más. Pues bien listos que fuimos, de llegar y tirarnos al agua. Cuando llegó el momento de salir....todas las piedras resbaladizas por culpa del musgo y de las algas. Nos costó lo suyo conseguir salir y porque tuvimos suerte y encontramos unos resquicios en las rocas para salir del lago. Y la salida se las traía, no era una salida apta para gente en baja forma.

Tras el bañito de marras, nos fuimos a casa a ver la carrera junto con unos amigos suyos. Y luego un paseito de una hora hasta llegar a la estación, turnándonos para llevar mi bolsa de viaje que pesaba lo suyo (muchas gracias chicos!) y finalmente estación de tren. Y como casi siempre que vuelvo a Zurich, todo lo animado que he estado durante el finde, todo el buen rollo que llevo encima se va evaporando según me acerco a la ciudad.

Pero bueno, el finde mereció la pena. Volví a disfrutar de la compañia de mi buen amigo y conocí a un grupo de gente muy simpática a quienes mando un fuerte abrazo desde aquí. Así como agradecerles toda la hospitalidad que me han brindado desde que llegué.


PD: por cierto, se me olvidaba "t610yz600" forever!!!!!!!

domingo, 11 de septiembre de 2011

Erase un barquito chiquitito

Que navegaba entre las agitadas aguas del lago de Zurich en un tempestuoso domingo de Septiembre....10 años después de aquel fatídico y trágico atendado que sufrió EEUU y que repercutío en gran parte del mundo "civilizado" en forma de pánico, paranoia y desconfianza general. Pues eso, ahí estaba, en uno de los barcos de Zurich que circulan por el Limmat y un poco en la zona del lago cercana a la ciudad. Ya había visto estos barcos cuando llegué a Zurich, muy parecidos a las "péniches" que navegan por el Sena en París, pero más pequeñas. Pero no fue hasta principios de verano que empecé a utilizarlas.

Principalmente, estos barquitos me sirven para ir desde Zurich hasta una zona del lago en donde me suelo bañar, Zurichorn. Este sitio está al final del Jardín Chino, justo al final de uno de los grandes paseos que bordean el lago y, aunque se puede llegar mediante el tranvía y luego andando, el barco tiene su gracia. Y la frecuencia es alta, cada media hora, pero más o menos suelo llegar justo a cogerlo. Quizá sería más fácil bañarme en el Limmat como casi todo el mundo que conozco. Y es que al parecer el Limmat es super cool y super guay, el ambiente es...bueno, pero aún con tooodas esas bondades, está en pleno centro de la ciudad. Y para bañarme entre coches y edificios, para eso me voy al Manzanares. Prefiero irme a Zurichorn en donde puedo ponerme a nadar y sentirme claramente en mitad del agua, o nadar "lago" adentro que tiene su gracia.

Lo que me llevo dando cuenta desde hace un cierto tiempo, es que los suizos no saben hacer cola. Debe ser algo superior a sus fuerzas y cuando ven una cola, se plantan delante de todos como si hubiese nadie esperando. Llegan y aunque tú estés ahí esperando desde hace 10 minutos, se ponen a tu altura o incluso delante. Digo suizos, porque la mayoría de los que he visto hacer eso hablan kartoffel...así que suizos. Los turistas que he visto llegar a la cola, se ponen a la cola, como cualquier persona con un mínimo de educación y civilización y respeto por el prójimo. Y me pone aún de más mala hostia cuando por culpa de una panda de cretinos, uno se queda sin espacio.

Claro, por alguien que se cuele, no vas a montar un pollo, menuda chorrada, el mundo no te va en ello, es solo una persona, dos como mucho...o alguna familia XDD. Pero cuando te lo hacen una, y otra y otra...al final se te agota la paciencia. Pero te sigues callando, lo más seguro es que si montes el pollo, te miren como si fueses un bicho raro. Qué cosa más rara!! enfadarse con alguien por semejante tontería!!. La otra técnica de los suizos para "enfrentarse" a las colas, no es FIFO o LIFO, es "cuanto más empujes, antes entrarás". Y es que la técnica utilizada se basa en pegarse al culo del que hay por delante y achucharle para tratar de entrar antes en el sitio. Una gran técnica, sí señor. Tanto para subirse a tranvías, como a barcos, como a aviones.

De hecho, esa sensación se vuelve a sentir en los aeropuertos, cuando estás haciendo cola para embarcar. Antes de entrar en el avión, tanto en Madrid como en Zurich, la gente suele formar una cola más o menos ordenada. Y estoy seguro de que entraría perfectamente sin problemas si cada pasajero fuese entrando uno por uno. Pero la compañía de turno tiene la brillante idea de embarcar a la gente por asientos y entonces...a tomar por culo cola y Cristo que lo parió.

Uno de los aspectos que más me gusta de Zurich es el transporte público. Sobretodo el tranvía. Me lleva a cualquier parte de Zurich en nada de tiempo, no suele ir muy atestado de gente como puede ir el metro de Madrid...aunque también hay que tener en cuenta la diferencia bestial de habitantes de ambas ciudades. Y los tranvías suelen tener preferencia sobre el resto de la gente, con lo cual no suelen tener que esperar en exceso en comparación con los autobuses, por ejemplo. Su frecuencia es bastante buena, con lo cual no se suele esperar mucho. Pero llega el momento de salir del tranvía...en donde te vuelves a tropezar con esa educación y civismo del que tanto hemos oído hablar cuando salir del tram se vuelve un poco complicado. No imposible, tampoco hay que exagerar, pero algún codazo u hombrazo sí que repartes para salir.

Y luego ya, lo que es de traca, es cuando hay que echar a correr para coger un tram o un tren y claro, se accede a él por una sola puerta. El sentido común haría que la gente se fuese repartiendo por el medio de transporte que sea para que el resto de la gente pueda seguir entrando antes de que se vaya el vehículo en cuestión. Pero sorpresa!! ahí están todos, como borregos, apelotonados y sin hacer ningún ademán de moverse para facilitar tu acceso. Así que si hay suerte y aún te queda tiempo, consigues entrar por la siguiente puerta y sino, pues perderás el tren o el tram y a seguir esperando.

En fin, habrá que irse adaptando a las costumbres y saltarse unas cuantas normas de civismo, será divertido.

viernes, 21 de enero de 2011

Feliz año a todos!!!!

Muy buenas, primera entrada de un año que tiene de pinta de ir a ser muuuy largo, o muy corto. La gente dice que el tiempo pasa muy rápido, depende si se mira desde la barrera o desde la arena. De momento llevo ya dos viajes de ida y vuelta a Madrid en lo que llevamos de año y ojo, que no me quejo en absoluto, estoy encantado. Y en el último que hice, descubrí (bueno, ya los conocía, pero nunca había caído en pillármelos) los asientos de las salidas de emergencia.

Recuerdo cuando iba a Francia que por aquel entonces, los aviones eran aviones y las compañías no eran tan cutres y ratas como lo son ahora. Para un vuelo de unas dos horas aproximádamente, los aviones eran aviones quatrimotores y por dentro, con dos pasillos. Es decir, 2 asientos, pasillo, 3 asientos, pasillo y 2 asientos. Y había espacio de sobra para los asientos. Ahora son tres asientos, pasillo y tras asientos, con un avión bimotor, que uno se pregunta por dónde han pasado los otros dos motores. Vamos, avioncitos de juguete. Que recuerdo cuando vinimos a Zurich, que me tocó el último asiento de todos, el 37D y desde atrás se veía como toda la cabina se retorcía en el momento del despegue y en los cambios de rumbo. Era curioso. Eso sí, como lo vea alguien con cierto temor a volar en avión, ríete tú del momento "vamos a palmar!!!!!" del gamberro de Homer en pleno vuelo (anda que no me gustaría a mí hacer eso, jejeje).

Y durante mi último viaje a Madrid, mientras esperaba en la sala de embarque de Zurich, y durante el corto trayecto en bus desde la terminal al avión, me fijé en la fauna que había ese día. No sé si porque otras veces no me he fijado e iba pensando en mis cosas, o porque esta vez estaba más distraído y me dio por mirar a la gente con más atención, pero había de to'. Para empezar, hay que decir que el avión tenía algo de retraso, cosa normal en el último vuelo de Iberia a Madrid de por las noches. El caso es que tenía al lado a un chileno que no paró de farfullar en el tiempo que hay desde la espera para embarcar hasta que le perdí de vista entrando en el avión. Qué tio!!! no callaba, y venga, erre que erre con que iba a llegar tarde, que si lo otro, que si aquello....En la fila de bancos en frente mía, una madre suiza con sus hijos, sus odiosos hijos. Curioso cuando ella les hablaba en kartofel y ellos le contestaban en español, jeje. Pero la lata que dieron y darán!!! Por otra parte, había un grupo de españoles que al ver una estantería con revistas gratis para los viajeros, se llevaron las manos a la cabeza "¡¡¡revistas gratis!!!!" y ahí empezaron a rapiñar revistas como si la vida les fuese en ello. En fin....

Se oye por megafonía la voz de la azafata anunciando que el embarque va a dar comienzo. Raudo y veloz, el chileno se levanta de un respingo y no duda en empujarme para pasar por delante de mí, no vaya a ser que el avión se vaya dejándole en tierra, no, por Dios. Pero mi pachorra y yo, a lo nuestro. Llegamos a la fila del embarque. Como casi siempre, carritos y familias con bebés primero. La azafata que nos recuerdas que debemos presentar nuestra identificación junto con nuestro billete. Detrás de mí, una chica joven hablando por el móvil que por el tono de voz, parecía bastante nerviosa y agobiada. Parecía estar hablando con alguien de Madrid, con el consecuente coste de la llamada. Vamos, que ni estaba hablando del tiempo ni de si iban a quedar para salir por la noche, parecía una llamada que debía de hacer ya o ya. Y delante de mí, una vieja, que como la mayoría de gente de su edad, con una habilidad innata para colarse delante de todo el mundo por el simple hecho de superar la media de la tercera edad. Señora, ni le van a robar su asiento, ni el avión va a salir antes porque se suba antes y es más, va a tener que esperar de pie más tiempo hasta que se llene el autobús, pero bueno...se ve que a esos niveles, da igual una vieja suiza que una vieja española, son todas iguales.

Pues mientras oíamos a la azafata hablar en estéreo (la teníamos a escasos metros y la oíamos tanto de su boca como desde la megafonía), la entrañable abuelilla no dudó en girar la cabeza y espetarle a la joven chica en un español-suizo que se callara la boca porque no podía oir a la azafata. La chica siguió hablando, obviamente, como haría cualquier persona normal y luego le llamó la atención a la simpática abuelilla, que qué quería, qué ocurría. Y entonces la tercera edad pasó de ser suiza a sueca. Fue curioso.

Lo mejor llegó cuando por fin nos subimos al autobús que nos acerca al avión. Lo primero fue uno que llegó con su jersey de Armani (lo ponía bien grande en el pecho para que se viera) que debía de ser de cuando su proprietario tendría 15 años, o eso o que lo había metido en una secadora, porque las mangas no le llegaban ni a la muñeca. Chiquillo, la ropa se tira cuando le queda a uno pequeña o está rota. Igual es que le tenía mucho cariño al jersey, jeje. Después entró uno que tenía roña en las uñas como para parar un tren. Ya sé que ahora volar en avión no es la novedad que era hace años, que ahora con las low cost todo el mundo puede volar y que al perder la novedad, ya la gente va en avión como puede ir uno a hacer la compra o a tomarse unas cañas, vamos, que no hace falta ir de punta en blanco....pero un poco de higiene personal no viene nada mal en según qué casos. "Oye, igual es un mecánico que ha salido pitando del trabajo porque no llegaba al avión", vale, pero hay baños en la misma sala de embarque. Seguimos en el terreno "uñil" con una pareja que entró al rato, de edad avanzada, y ella operada de bastantes sitios, apenas con expresividad en su rostro. Quizá fuese por eso por lo que había decidido pintarse los morros con brocha gorda porque le llegaba el carmín hasta medio bigote por encima del labio y, por debajo, rozando el mentón. Y ya lo que fue de traca, fueron sus uñas kilométricas, de al menos unos 3/4cms REALES. No eran de porcelana ni postizas ni nada, eran de verdad!!! cómo abres una cremallera? cómo marcas un número en el móvil? eso sí, para esnifar coca o hurgarte la nariz, ideal.

Al rato llegó una chica de mediana edad, de esas que necesitan hablar con cualquiera que se le cruce por delante. Creo que intentó hacer el amago conmigo pero desistió, al ver que no le hacía caso y que ni la miraba (la tenía localizada gracias al reflejo de la ventana) ni la oía (o eso debió de pensar ella al verme con los cascos puestos, auque le oí perfectamente). "Señora, déjeme en paz, no me hable, ni me mire, no le conozco, no sé quién es, olvídeme, siga su camino....", decirle eso habría sido borde y descortés por mi parte, jeje. Así que acabó hablando con el que estaba a mi lado que, casualmente, resultó ser el chileno espídico de la sala de embarque....obviamente, seguía refunfuñando para sí mismo, jajaja. Subieron un grupo de amigos de unos 30 y tantos, de entre los cuales había una chica que había heredado los pechos de su abuela, por lo menos. Y sí, lo digo literalmente, porque las llevaba arrastrando, menos mal que no era verano y no iba con camiseta corta, porque sino se le habrían visto asomar por debajo. Además, parecía orgullosa de sus amigas, ya que la camiseta blanca que llevaba estaba ya lo suficientemente gastada como para transparentar ligeramente. No mires, no mires, que es como Medusa, que te vas a quedar de piedra!!!!

Bueno, llegamos al avión. He perdido de vista a la mayoría de gente del bus, saludo a las azafatas en español "hola, muy buenas tardes" y voy directo a mi asiento, sin necesidad de mirar qué fila es, se reconoce a la legua. Síiii!!!! es un asiento al lado de la puerta de emergencia!!! por fin voy a poder estirar la pata y dormir tranquilamente en el vuelo!!! qué gustazo, esto es como estar en el salón de mi casa, además, igualito, tanto que ni siquiera puedo echar para atrás el asiento, así que sí, como en mi salón de casa. Pero lo mejor es no estar encajado literalmente contra el asiento delantero.

El asiento delantero....mierda!! ahí están!! me cago en su ..... Ahí volvían a estar los dos malditos niños odiosos de la sala de embarque. Saltando de asiento en asiento, botando sin que la madre les llamara la atención, descolgándose de los asientos delanteros, con las consiguientes molestias a sus ocupantes. Pero ya lo peor fue cuando descubrieron el apoyabrazos. Se parecían a Homer con la cama de hospital "apoyabrazos arriba, apoyabrazos abajo, apoyabrazos arriba, apoyabrazos abajo..." y así seguían, y así seguían. Y encima la gente es gilipollas, porque en vez de o ignorarlos, o decirle algo a la madre o lo que fuera, les sonreían y las guiñaban un ojo. Noooo....a esos niños habría que amarrarlos al asiento, previa bofetada, y lo mismo para la madre!! Yo me puse a mi Stromae y, como siempre, creo que ya me quedé dormido antes del despegue o muy poco después.

Otra cosa que me llamó poderosamente la atención, fue la dichosa manía que tienen los lugareños en descalzarse en cualquier medio de transporte, ya se tranvía, tren o avión. Ahora entiendo la fama que tiene el "queso" suizo. Pero a ver, cacho de guarro!!! uno se descalza en su casa, o en el campo, pero no en el avión con más gente alrededor suya. Que esta vez porque tenía calcetines, pero no sería la primera vez que veo la colección de mejillones en pleno apogeo. Y aquí, pues otra vez igual, un par de filas más alante, ya estaba el típico tio con los pies al aire. Cojonudo, oiga!!

Me vais a disculpar que en este blog no haya fotos, pero tampoco era plan ir haciendo fotos a diestro y siniestro por la sala de embarque y avión, que quizá alguien se lo acabaría tomando mal. Pero aún así, fue curioso observar toda esta fauna, jejeje. Tengo ganas de volver a pillar otro vuelo de esos, que dan para mucho.