sábado, 30 de mayo de 2015

Con la Oiz por senderos de Cercedilla

"Segundas partes nunca fueron buenas", "las comparaciones son odiosas"...creo que son unos dichos que se podrían aplicar a las sensaciones que tuve al probar la Oiz. Llegué justito, porque la ruta de BMC se nos alargó un poco de tiempo. Además no les quedaban pedales para los modelos que tenían en el stand (de las cinco marcas que probé, fueron los únicos en tener ese problema) y me tuve que pegar una carrera hasta el coche a por los 525 que me había traído por si acaso. Y encima, me pidieron la tarjeta de crédito como resguardo, cuando en el resto de marca pedían simplemente el DNI y en el reglamento del Test The Best no especificaban nada respecto al tema, solo llevar el DNI y el mail de confirmación de reserva ¿Quién me dice que no le han hecho una copia a la tarjeta? han tenido tiempo de sobra... Tampoco había guía. La verdad es que fui gilipollas...tendría que haberles dicho que no dejaba la tarjeta, que si me querían dejar la bici bien, y sino adios muy buenas. En fin, al final acepté.

El modelo en concreto era una Oiz 29 M Team, montada con 2x10 full XTR y unas llantas Syncros. Un montaje muy bueno. Era la única doble que probaba en el finde, este año quería centrarme en las rígidas, que es lo que me gusta y lo que me interesa. El tema es que no había plazas para otras marcas que me interesaran y acabé cogiendo la Oiz por probar una doble orientada hacia el rally/XC.



Los primeros metros cruzando el pueblo me notaba raro, como encogido. Como siempre, el eterno problema de las tallas. Esta Oiz era una L, cuando la talla que llevo en la Alma es una XL. Así que vale, la tija se puede sacar un poco más, pero al final la distancia entre sillín y manillar no se puede cambiar en exceso y ahí es donde me notaba raro. Notaba como que no podía explotar toda mi fuerza al pedalear. La posición tampoco me estaba convenciendo mucho. No sé, la combinación manillar, potencia, puños, la vista de la rueda delantera desde el sillín, lo veía como más "engorroso" en comparación con la limpieza y finura de la BMC que había probado anteriormente.

Quise probar las diferencias entre el modo trail, abierto y cerrado. Puse el trail para las primeras rampas que salen del pueblo de Cercedilla por el empedrado, cruzando las vías del funicular por un tunelcillo que hay y la suspensión en general funcionaba muy bien, notaba un ligero vaivén en el tren trasero, pero iba bastante cómodo, dentro de las pegas que he comentado antes. La amortiguación absorbía muy bien las irregularidades del terreno con muy buena sensibilidad. El recubrimiento kashima también hacía de las suyas.

El circuito deja de subir con tanta inclinación, y empieza un falso llano con raices, algunas piedras en el camino, así que continuo con el modo trail. Joder, sigo sin notarme cómodo, por muy bien que absorba las irregularidades. Siento como que la bici falsea el terreno. Igual soy raro, pero me gusta el tacto que tiene la rígida en el tren trasero, con una doble, siento esa sensación rara de pedalear en falso, que en algún momento va a perder tracción. La bici va subiendo por los tramos de raices sin problemas, pero en algunos momentos me da la impresión de que la rueda trasera me hace algún extraño. Al ponerme de pie para subir algunos tramos, la bici responde bien.



Llegamos a uno de los tramos que pican más arriba, con mayor inclinación. Giro cerrado y nos enfrentamos a una pared de raices y piedras. Sigo en modo trail, y la bici trepa sin problemas. Las 29" no se atascan, por mucho que digan por allí. En mi 26" debería adelantarme sobre el sillín, pero con ésta no lo necesito. Será porque es una 29"? La inclinación va desapareciendo y me adentro en un sendero que pica un poco hacia arriba, pero muy rápido y sinuoso. Voy bajando piñones, la suspensión hace lo suyo amortiguando las piedras que me encuentro. Y finalmente llego a un claro. Foto de rigor y continuamos. A partir de ahora, todo bajada. Toca abrir el mando de la amortiguación y dejarlo en abierto.

Algo que me ha llamado mucho la atención en los tramos de subida y llano en los que me he puesto de pie para pedalear es que en ciertas pedaladas, he golpeado la parte interior del talón de las zapatillas con la parte externa del basculante. Pero cómo puede ser eso??!! A ver, yo pedaleo (o considero) que tengo un pedaleo relativamente normal. Ni las rodillas muy para dentro, ni hacia fuera...vamos, que no debería de chocarme con el basculante. No sé, es algo que no me gustó en absoluto. No me ocurrió nada similar cuando probé la Spark. Vamos, no me plantearía nunca pillarme esta doble.



En fin, empezamos el descenso, una zona ancha, con una pequeña trazada, con algunas ondulaciones, que hacen que la amortiguación se comprima...comodidad 100% bajando. La horquilla va de lujo y el amortiguador también. Y lo que más me gustó, el característico sonido de los trinquetes de las Mavic SL que monta la Oiz. Lo mejor para avisar a quien tengas delante de que bajas más rápido que él. Me pasó con un par de ciclistas que también estaban de prueba. "Quieres pasar?" "nada! nada! no hay prisa", aunque llegando a unos tramos más técnicos del descenso, la Oiz trabaja muy bien y absorbe cualquier irregularidad. Un par de escalones no son problema para ella, aún siendo una doble enfocada al rally y no al descenso...huy, perdón! que ahora se llama Enduro, jejej.

Después del primer sendero de bajada con secciones técnicas, llegamos a un sendero con unos cuantos toboganes. Es un sendero que he pasado antes con rígida y en algunos tramos he tenido que ponerme de pie, pero con la Oiz voy sentado sin problemas. Las primeras ondulaciones bien, la suspensión hace su trabajo, pero la velocidad aumenta y el vaivén aumenta. Noto como se va comprimiendo más y más el amortiguador...joder, o estoy muy gordo o voy a acabar haciendo tope, así que me pongo en pie para tranquilizar la suspensión. El sendero pica un poco para arriba, así que pongo el modo trail y me pongo de pie...otra vez el dichoso basculante!! En fin, llego a una valla, para pillar el último tramo divertido del recorrido.


Me meto por un sendero revirado, con algunas curvas enlazadas, estrechito, muy muy divertido, pero con una buena sorpresa a mitad de bajada. De repente, tras un par de curvas, un cortado, unos escalones a la derecha y por la izquierda, unas raices. Hay que dejar la bici que baje sola, agarrar bien el manillar para que las raíces no desvien la rueda delantera y agacharse...al menos yo. No es un paso apto para bikers altos. Pero con una 29" y encima doble, no es ningún problema. Recuerdo la primera vez que pasé por ahí, sin conocer el cortado, con la Spark...Quiero pensar que con la Alma habría podido sortear el cortado sin irme al suelo.

La adrenalina te sube al momento, una serie de curvas enlazadas más y llegamos a una esplanada. A partir de ahí, bajada hasta el pueblo, y bajada por una sección de escalones. Grupos de dos o tres escalones separados por unos 5 metros de tramo liso, otros dos escalones y tramo liso...así hasta llegar a la calle principal de Cercedilla. Se nota mucho la diferencia a bajar por ahí con una rígida o una doble. Con una rígida controlas el aterizaje con el freno delantero, levantando un poco el tren trasero para que no rebote con los escalones. Mejor levantar tú el tren trasero de la bici que no se levante él solo por sorpresa y te haga salir por orejas. Sin embargo con una doble, mando de la suspensión abierto, tirar un poco de manillar para levantar el tren delantero, y para abajo. Así de sencillo.



Como aún me quedaba un poco de tiempo, intento una última prueba. Subir por la calle que va paralela a las vías del funicular. Bloqueo total de la amortigacíón y de pie dando pedales. Salvo los consabidos golpes en el basculante, la bici sube de lujo. Se nota el bloqueo, pero no es un bloqueo al 100%. No sé si será bueno o no, pero me gusta esa sensación. Firmeza, pero sin parecer que vas con una rígida o una flaca.

En fin, luego vuelta al stand con una sensación agridulce. Mala bici no es, por supuesto. Estéticamente me parece preciosa, con ese carbono negro mate, es alucinante. Es un pepino que viene montado con el full XTR, que por cierto, no noté nada bueno ni malo...vamos, ni fu ni fá. Suspensiones con kashima, cuadro de carbono, ruedas syncros Mavic SL (corrección cortesía de Al3jandro que ha tenido a bien avisarme de la columpiada...tenía la Spark en la mente, jejej) con ese sonido de trinquetes que me chifla, montadas con Maxxis Ikon que me dieron muchísima seguridad en las bajadas, tras ese puntito flaco que, para mí, tenía la BMC con sus gomas. Pero no sé, no tuvo ese encanto especial que tiene una bici que hace que te enamores de ella. Aprobado, por supuestísimo, notable, sí...pero ya.

viernes, 29 de mayo de 2015

Siguiendo los pasos de Absalon

Vais a pensar que soy un fanboy de Julien Absalon y salvo que los dos somos franceses y los dos hemos llevado Orbea Alma, poca cosa más, jeje. Y hoy tocaba probar una BMC TE1 XX1 en el evento del Test The Best. Creo que de todas las que he elegido en este fin de semana, ésta ha sido la que más se ajustaba a mi talla. Nos explicaron que la L era la más grande. Y a fecha de hoy, y a falta de probar la Cannondale del domingo, es con la que más cómodo he ido.

Al principio no me entraba mucho por los ojos. Soy de la vieja escuela, me gustan las bicis con diseños básico, tirantes que parten de la unión del tubo horizontal con el tubo del sillín. Pero este modelo de BMC al final me ha ido gustando cada vez más y oye....no me importaría hacerme con este modelo de cuadro. El cuadro es de carbono, el de más alta calidad/clase que fabrica BMC. Hay tres: TE3, TE2 y el superior, el que probé, el TE1.

Montada con Fox con recubrimiento Kashima, he de confesar que no sentí mucho la diferencia con respecto a mi Fox de 2011 que no lleva dicho recubrimiento. No está hecha la miel para la boca del asno? quizá. Quizá no la tenía bien afinada de precarga, no sé. A ver, no fui incómodo y en las bajadas fui muy fino, muy cómodo. Quizá se note en eso, en que "no se nota" la diferencia con una horquilla normal y lo que sí se nota es que va de lujo bajando. Lleva un mando de bloqueo con tres posiciones, abierto, trail y cerrado. El cerrado apenas lo usé. Ni en mi horquilla suelo bloquear la horquilla, salvo en raras ocasiones en algún tramo de carretera, pero no suelo. Con lo más que jugué, fue entre el modo trail y abierto completo. El trail, como podréis imaginar, se emplea en zonas de llaneo y subidas rotas, con raices y piedras. Y el abierto, pues para bajadas, obviamente. Personalmente, anularía el modo cerrado, con el trail y el abierto iría sobrado de configuración para la horquilla. Hombre, ya que está y es de fácil acceso, vamos a utilizarlo, no? Pero si no tuviese el control remoto de la horquilla, tampoco me importaría en exceso.

Otro de los puntos nuevos para mi experiencia, era probar un monoplato. Probé la versión que va montada con el XX1, con un plato de 30 dientes y un cassete 10-42 y creo que utilicé todas las coronas, quizá no la última, pero sí la mayoría y no noté que me faltara desarrollo ni me quedé corto. Y eso que bajamos por un tramo de asfalto. Será que yo un acojonado bajando, jejeje. Y tramos de subida, tuvimos unos cuantos, de distinto calibre: tramos hormigonados con bastante denivel, sendero técnico de nivel medio, tramos con piedras y rocas, otro repecho con bastante inclinación y raices y escalones y perfecto en todo momento. Los pulsadores tienen una especie de muescas que hacen que no pierdas aderencia al pulsarlos. Me imagino que viene bien en días lluviosos y cuando vas sudoroso. Yo la verdad, lo vi bien. La única pega, me imagino que será propio de una bici de test, es que no estaba muy fino el cambio a la hora de bajar coronas. Pero subir, subía sin problemas, en esos tramos de subida que comento, con piedras y raíces en los que si no entras con un desarrollo apto, te ves en la situación comprometida de tener que cambiar en mitad del esfuerzo pedaleando, engranaba las coronas superiores a la perfección.


Y con el plato, pues ningún problema, quizá me podría quedar corto de desarrollo en bajadas a altas velocidades (que no son muy fuerte precisamente), pero mientras no me quede sin desarrollo cuando estoy subiendo o cuando estoy en las últimas de fuerzas, me doy por satisfecho. En un circuito de 8kms que haces una vez, no da tiempo a cansarse, así que no noté que me faltara desarrollo. Habría que verlo en una ruta de 80kms, con un desnivel acumulado considerable, a ver si en las últimas rampas voy igual de fresco y sigo pensando lo mismo. Pero así de primeras, me parece una opción muy acertada...y eso que siempre he pensado que para llevar un monoplato hay que estar muy fuerte. Supongo que la cosa cambias si le metes un plato de 32 o 34 dientes. Pero para mi nivel, me ví comodísimo.

La postura, algo de lo que pecan la mayoría de las bicis de test dado que no suelen traer tallas grandes, en esta BMC me fue de fábula. Conseguí reservar una talla L, según su web, la talla más grande. No sé cómo de sacada estaba la tija, pero la distancia sillín-pedal, perfecta. Sentía que aprovechaba toda la palanca de mis piernas a la hora de pedalear. Y luego la distancia con respecto al manillar, como anillo al dedo. En la mayoría de bicis de test, aún pillando la L, me siento como comprimido, como si fuese con una bici una talla más pequeña. Pero en esta ocasión, llegaba al manillar sin problemas y ni me quedaba pequeña ni grande. Una potencia corta, una pipa de dirección también corta hacía que fuese muy manejable y no da esa sensación, en bajadas comprometidas, que vayas a pasar por encima del manillar. Muy noble bajando y en los tramos de bajada, había un par de escalones cabroncetes.

Como punto negativo, pero que eso se cambia sin ningún problema, son las cubiertas que lleva montadas. Para mi gusto, un balón un poco estrecho en comparación con las Ardent Race que llevo. Unas Continental Race King que quizá para un rodar sencillo, por pistas, sin complicaciones, puede venir bien. Pero si vas a bajar un poco fuerte, entonces toca cambiar de cubierta. El sillín...pues hombre, cada culo es un mundo y yo estoy encantado con mi Specialized Avatar Gel. Sin embargo, de tracción, ningún problema.

En fin, para ser la primera bici que probaba en el fin de semana del "Test the best", dejó el listo muy alto para las demás, y la que peor lo ha pagado de entre todas las que he probado, fue la Oiz a la que subí acto seguiro de dejar la BMC. Como anécdota, el mecánico de BMC era francés, así que estuvimos un buen rato de cháchara. Un tio muy majete.
 

sábado, 2 de mayo de 2015

Pedaleando por Monegros 2015

He tardado un poco en escribir la crónica porque los días después de la Monegros estuve bastante jodido. Ya el viernes y sábado andaba con la nariz moqueando, pero lo achaqué a la alergia...pero la vuelta en coche del domingo lo pasé francamente mal. Al llegar a Madrid estuve con fiebre y he pasado dos días bastante jodido. El deporte es sano que decían, sí, sí... El viaje empezaba en Madrid, quedando con Alejandro para montar las bicis en el portabicis y emprender viaje hasta Sariñena. Llegamos justitos a por el dorsal y saludar a Alfonso y dos foreros de la plataforma: Sinister e Hipnotyze, que iban a participar en la media maratón. Después de un ratín de charleta, directos a casa a cenar, dejar todo listo para mañana e irme a la piltra, que estaba destrozado.

 

 Al día siguiente, desayuno más ligero que el año anterior y prepararme un pequeño tupper para la comida, en vez de llevarme el tupper principal de pasta que fue un error que cometí el año pasado: comer demasiado. Salida de casa a las 9h, llegada al pueblo tras un considerable atasco y con el coche aparcado...a las afueras del pueblo. Es lo que tiene que la prueba haya aumentado de 6000 participantes a unos 8000, que aún habiendo llegado más pronto que el año pasado, la Guardia Civil ya nos estaba redirigiendo a aparcamientos alternativos, con lo cual no pudimos aparcar al lado de Alfonso como en años anteriores. Así que nada, preparar las bicis, vestirnos de romano, cargar la comida e irnos a buscar a Alfonso para comer. Allí nos juntamos con Pedro para comer los cuatro e irnos a nuestros respectivos cajones de meta.

Una de las grandes cagadas de Orbea al organizar los cajones fue que...practicamente lo organizaron como el culo, metiendo a 2000 personas en cada cajón, no teniendo en cuenta los tiempos de anteriores ediciones...en fin, un caos. Para mí no suponía una gran putada porque nunca he salido de los primeros, pero para mis compañeros que sí andan fuerte y pueden rozar o incluso bajar de las 4h, salir entre los primeros 500 o más atrás de los primeros 1000 supone una gran diferencia. Así que con cajones de 2000 personas, tuvimos que irnos con mucha antelación a situarnos, lo cual hizo que tuviéramos que comer apresurados. Ya colocado en el cajón...a esperar más de 1h30 hasta la salida. Veía cómo iba creciendo el primer cajón, formando una L y el final del mío se perdía de la vista. Llegó las 12h y dieron el pistoletazo de salida...5 minutos más tarde, salía el mío.
Fue una salida más tranquila. Salimos menos apretados que en años anteriores, así que pude aprovechar para ir ganando posiciones sin arriesgar ni tirar a gente como hacen algunos (debe ser que al vencedor le dan pasta gansa...oh, wait!). Llegamos al estrechamiento del pueblo en donde esta vez hubo que poner pie a tierra, salimos de él para enganchar las primeras pistas entre cultivos. Ahí vimos las primeras caídas fuertes, atendidas por gente del samur. Y cuando estaba llegando al km 10, me encontré con Alejandro parado, al un lado de la pista. Como siempre salgo después de mis compañeros, suelo ir pendiente cuando veo alguien en el borde, por si es alguno de ellos y está en mi mano echarles un cable: bomba, cámara de aire, troncha... Pero en este caso se le había partido el manillar, no podia hacer nada. Me dijo que siguiera adelante, así que continué con el grupo.

Fui casi todo el rato con plato grande, piñones pequeños, por ahora las sensaciones eran buenas, igual que el principio de carrera del año pasado. Poco viento, así que bien, seguía tirando, sin forzar demasiado. Si alguien me adelantaba, no iba a picarme con él, si veía que podía seguir un grupo, iba con ellos, trataba de llevar mi ritmo. Los primeros kms eran complicados para adelantar, entre el polvo, algún loco que otro, la gente que se salía de su trazada para adelantar sin mirar por detrás (espero que no conduzcan como pedalean), había que ir con ojo.


Llegada al primer avituallamiento, y pasada de largo, para afrontar la subida al pilón, nueva para mí este año. Nueva en parte, porque una primera parte de la ascensión ya la había hecho el primer año que hice la Monegros, e iba bastante jodido. Pero este año iba bien, suelto, a molinillo, sin forzar, pero avanzando, adelantando a gente. Al menos esta vez la cosa estaba un poco más Igualada, no como en la Scott Challenge del fin de semana anterior en el que me adelantó todo Dios. Empezó siento una subida con rampas moderadas hasta que, llegando al final, las rampas se endurecieron y no dudé en pasar al plato pequeño, no quería agotarme y quería reservar fuerzas para la segunda mitad. El tramo final de la subida del Pilón debía de ser muy técnica porque vi bastantes caídas de gente que se quedaba enganchada al pedal. Yo fui subiendo, piano piano...va lontano. Llegué a la cima, una miniparada en el avituallamiento de arriba para pillar un par de vasos y ya todo recto hacia la "bajada" al avituallamiento de Peñalba.



Digo "bajada" porque aún siendo un perfil favorable, había que seguir pedaleando o la gente te adelantaba. Y eso me pasó en ciertos tramos, pero bueno, cuando ya me recuperé de la subida del Pilón, ya me puse otra vez a pedalear y al menos pude mantener el ritmo. Llegando a la zona llana me alcanzó Pedro, que me comentó sus problemas con el buje delantero, pero luego siguió a su ritmo hacia Peñalba. Ahí parada en el avituallamiento, hice caso a Alfonso y solo llené un poco el camelbak, para no tener que enfrentarme al falso llano con todo el depósito lleno de agua. Un poco de powerade, trocitos de plátano al maillot y a tirar para alante. Plato grande y gass!!!

Me iba creciendo según iba adelantando gente. Creo que conseguí recuperar la mayoría de los puestos que perdí en la bajada anterior e incluso algunos más. Esta vez pude engancharme a varios grupos. Había un tio con una fat que tiraba bastante. Llegamos a la zona de los toboganes y ahí continué adelantando a varios grupos. Estaba muy contento, nada que ver con el año pasado y los retortijones que me dieron en esa zona y me obligaron a pararme en varias ocasiones. Sin embargo no me acordaba al 100% del recorrido hasta el tercer avituallamiento y me llevé un par de sustos en forma de repechos, subidas que que no recordaba. Pero nada grave. Algunos me adelantaron, pero en ese tramo sí que luché por el puesto y luego se la devolví. Llegué a la zona de las plantaciones, afrontando la subida final hacia el tercer avituallamiento y allí conseguí ganar unos cuantos puestos más.



La verdad es que iba crecido, muy contento. De hecho, casi llegando al avituallamiento, me encontré con Spielberg, un colega de la peña. Saludo, unas coñas, un poco de charleta y luego cada uno a lo suyo. El paró en el tercer avituallamiento y yo esta vez pude seguir pedaleando con fuerzas hacia el cuarto en donde tenía pensado parar. Un poco de descanso y aproveché para chutarme un gel. La barrita la tenía a medio comer, pero el último mordisco que le pegué me costó tragarlo...de hecho lo acapé por escupir. No sé si esta vez tardé un poco de más en ir comiéndome los trocitos y cuando ya quise probar bocado, era tarde. Pero lo que sí me sentó bien fueron los trocitos de plátano que me pillé en el segundo avituallamiento. Tras pillar el gel...otra vez gas de camino al cuarto avituallamiento. En breve nos juntamos con el recorrido de la media maratón. De ahí enfilé al cuatro avituallamiento, arriesgando un poco en las bajadas, pero con buenos resultados. Llegada al avituallamiento y sorpresa por el mogollón de gente que había en comparación con el año pasado. Un poco de isotónica y más plátano. Mira que la barrita que llevaba era de plátano, pero no había forma de comérmela. Le eché un poco de agua al camel y listo...ultimo tramo hacia la meta. Y aún quedaban unos 15kms, que se podían hacer muy duros.

El culo ya se me resentía un poco, y el cansancio acechaba, pero ya quedaba poco. Ahora llegaba un tramo jodidillo...el mismo que había hecho a la ida, pero ahora en subida. Ahí vas adelantando a gente, pero no sabes si son de la corta o la larga...es un poco mezcla. También hay que ir avisando más de la cuenta, porque te cruzas con gente que va de paseo, ocupando todo el ancho del camino. A ver, como he mencionado al principio, aquí no hay premio, pero sí hay diferencias de ritmo y no estaría de mal que la gente no pensara que va sola por la vida. Misma pista polvorienta que el principio, llegamos al asfalto en donde Alejandro tuvo el accidente y encaramos el ultimo tramo de falso llano. El primer año que la hice, fue un auténtico patatal y sufrimiento para el culo, pero en los últimos años lo han ido allanando y es una pista muy decente.



Ahí tuve un cierto pique con un tio enorme, a lomos de una Alma, que iba con muchísimo desarrollo. El tio debía de pesar más de 100kgs. Era como una locomotora, me puse detrás de él y fuimos adelantando a todo el que se nos pusiera por delante...yo flipando de poder estar siguiendo su ritmo a estas alturas. Pero el tramo era bastante largo y me descolgué durante unos kms. Pero conseguí volver a cogerle unos kms antes de meta, en donde se nos juntaron una pareja de andaluces, que le daban caña, voceando, pidiendo paso. Eso motivo a la "locomotora" para apretar más y dejar atrás a los dos andaluces. Le dí relevo porque quedaba ya poco, dejamos atrás a los andaluces y conseguimos atrapar a uno que me adelantó como una bala pasado el cuarto avituallamiento. Y ya cuando veía que faltaban menos de 1km, bajé ya unos cuantos piñones para darlo todo y descolgarme de él y entré solo en meta. Bueno, solo no, adelantando a unos que tenía por delante, pero ya ninguno me seguía.

Las sensaciones han sido mucho mejores que el año pasado, sin retortijones, con fuerzas durante casi toda la carrera. Con altibajos, claro, pero no ha sido como otras veces en donde los últimos kms eran un calvario, o en donde el inicio de la carrera iba un poco flojo. Este año he podido ir bastante regular. No he hecho top-1000 como pretendía, pero saliendo del segundo cajón de los 2000 como en 20ª fila y habiendo llegado el 1495, creo que es una buena clasificación. Y más teniendo en cuenta que este año era más larga y más dura. Para el año que viene, tendré que entrenar con rutas más largas. No basta con hacer más kms, tienen que ser rutas largas para entrenar el aguante. Así que nada, de cara a la próxima monegros, ya sé lo que toca.