viernes, 26 de junio de 2015

Casi casi como Tinker Juárez - Cannondale FSI Team

El domingo tocó otro de los platos fuertes del fin de semana. Iba a probar una de las marcas míticas del MTB y con su propia seña de identidad: esa horquilla de suspensión con los brazos rígidos y los elastómeros en la barra de la dirección. Un clásico aquellas "fatty". Bicis elegantes, sin el engorro de las horquillas bastas de aquella época. Y uno de los exponentes de esa marca, fue Tinker Juárez. Un crack de persona, pude coincidir con él en algunas Grundig que se celebraron por Madrid y El Escorial y me pareció un tio muy humilde, muy atento a sus fans.



Pero a lo que vamos....estaba que no cabía en mí de gozo, por fin iba a tener el placer de probar una Flash y su famosa Lefty. La mayoría de los compañeros de test se fueron a por las Jekyll y las Trigger....lo cual dejaba libre la FSI para otro chaval y yo que decidimos irnos por el lado racing. Va con un montaje tope de gama, obviamente. Además del cuadro de carbono de alto módulo y la mencionada Lefty de 100, va montada íntegramente con el XX1 y unos Avid XX. Monoplato de 32 dientes y cassette de 10-42. Era el segundo monoplato que probaba en el finde, tras el de la BMC, con la diferencia de que éste era de 32 y el de la suzia de 30 dientes. Tal y como dicen los de Cannondale, sus bicis vienen sin pedales ya que ellos consideran que es un objeto muy personal, y que prefieran que sea el cliente quien decida qué pedales usar...vamos, que si te compras una Cannondale, una marca que no es precísamente barata, no viene ni con unos míseros SPD-M520 para salir del paso. Sabiendo eso ya, yo me traje mis "oldschool" SPD-525. Quien no sepa qué pedales son esos, que no se moleste en seguir leyendo este blog, jajajaj

La bici es preciosa, elegante, sencilla....me vienen a la mente un montón de adjetivos para una de las Hardtails que más me gustan. Una de las pegas que le pondría es el tema económico, pero no me refiero a los 8000€ que cuesta el pepino, sino al precio de revisión que tiene la Lefty, que se aleja bastante de los 50/60€ anuales que suelo pagar por mi Fox, aunque también es cierto que si tienes dinero para comprarte semejante pepino.....poco te costará pagar la revisión de la Lefty, así que corrigiendo lo que estaba comentando, no, no le veo ninguna pega. Es una máquina de competición pura y dura, un verdadero capricho para quien se lo pueda permitir. Una rígida 29", por supuesto. Mi próxima elección a la hora de cambiar de montura.



Tras ajustar presiones de neumáticos y presión de la horquilla, ponerme los pedales y ajustar la altura del sillín, me la dieron para que la probase un poco en el parque cerrado y bueno, como tónica general del finde, una talla más hubiese ido de perlas. De hecho, tuve que subir un poco la tija, pero la altura de la potencia quedaba un pelín más baja de lo normal, pero bueno, para un recorrido de poco más de 7kms no era grave. La bici se ve y se siente super ligera y ágil, un auténtico misil. Ibamos con guía y la ruta se preveía más bien endurera por la cantidad de Jekyll's y Triggers que iban. Obviamente, lo primero que llama la atención una vez te subes a ella, es que solo ves una botella, la parte izquierda queda libre y eso da un "no sé qué" cuando te pones a pedalear de pie y "bailas" la bici de un lado a otro. Da una cierta sensación de fragilidad, como si se fuese a partir el buje por la torsión, para nada más lejos de la realidad. Ni un roce, ni un leve chirrido del disco con las pinzas debido a la flexión.



El buje delantero mantiene la rigidez perfectamente. Además de la rigidez, otro gran punto de la Lefty es su sensibilidad. Las calles por donde pedaleábamos para ir desde el centro neurálgico de la feria hasta los primeros metros de tierra era todo empedrado y la Lefty iba absorbiendo cualquier irregularidad por mínima que fuera. Y volvía a recuperar su recorrido enseguida, sin resultar nada brusca. Ya había pasado antes con otras horquillas y ninguna con una sensación igual. Una maravilla. Y el bloqueo, pues perfecto, nada de bailoteo ni sensación rara. Ni un ligero hundimiento al ponerse de pie, bloqueada del todo. Los primeros tramos de callejeo por Cercedilla tienen sus curvitas cerradas, algunos tramos de sendero entre fincas, zonas de piedras...pero nada a lo que una 29 no pueda enfrentarse.

Tras salir de esos senderos revirados en donde la 29" se defiende sin problemas, y que permite sobre pasar cualquier escalón y piedra que haya, llegamos a la primera valla que nos abre paso al pinar por el cual discurre la mayor parte del trazado. Obligado reagrupamiento y muestras de fuerza de los bikers que ahí se reunen, enfrentándose a un fuerte repecho lleno de pinochas y piñas de pinos. Con la fatbike lo había ascendido sin problemas, pero sería capaz de hacerlo con la Flash? Pues a comprobarlo! Fui subiendo coronas hasta que encontré una que permitiese subir tranquilamente, me avancé sobre el sillín y a pedalear sin mayor complicación. Su ligereza y el tamaño de las ruedas daba ese extra de tracción y subí perfectísimamente...menos mal, sino iba a quedar como el culo delante de la galería.

El resto de la ruta discurría por el habitual sendero, era ya la 7ª u 8ª vez que pasaba por ahí, me conocía las piedras de memoria. Cada raíz, cada resalto, cada irregularidad y los pasaba comodísimamente gracias a la ligereza de la Flash, una maravilla mover esta bici sin apenas dificultad. Lástima de la talla, estoy seguro que con una XL me habría sentido perfecto. Subidita técnica por raices y el plato 32 se hace un pelín más duro que el 30 de la BMC. Para mí se me antoja quizá demasiado grande, casi que me quedo con el 30. Es decir, puedo moverlo, sí, pero cuando llevas una ruta de 60/70kms y toca hacer frente a una subida importante...creo que esos dos dientes de diferencia pueden ser claves. Personalmente, me quedaría con un 30. Llegamos al claro en donde el guía nos da una breve explicación a los de las Jekkyl y Trigger y empezamos la bajada. Una bajada que no conocía hasta ahora, algo más endurera que las demás.



Me coloco tras el guía para bajar siguiéndole, no me gustaría ir detrás de alguien y que me chafara la bajada. Por ahora no me cuesta mucho seguirle. Llegamos a una zona de curvas con grandes peraltes, de esas curvas de "flow" como llaman los endureros. Pero aún no siendo una bici de enduro, la FSI se defiende estupendamente. La Lefty absorbe perfectamente cualquier irregularidad, las recepciones tras los saltos van como la seda y no se nota ninguna falta de rigidez en el tren delantero. Llegamos a un punto crítico, el peralte acaba en un pedrolo considerable, tras el cual hay un escalón aún más considerable, pero demasiado tarde para frenar. El guía lleva una Jekkyl y lo salta sin problemas....yo le sigo y cero problemas. Buena caída, amortiguar con los brazos y piernas y a seguir bajando. Qué lujazo de bici!!!! baja igual de bien que sube. Dejamos atrás la zona de peraltes para seguir por un sendero bastante estrechito. Es en momentos así que viene bien seguir a alguien que se conoce el camino, no has de "perder" el tiempo eligiendo la trazada buena, sigues al guía (que para eso es el guía) que nos lleva a buen puerto y llegamos a la otra valla de salida del pinar. Emocionado estoy, esta bici es una auténtica maravilla, se nota muy ligera en todos los movimientos que haces.

Empredemos el último tramo divertido de la ruta, ese sendero que va paralelo a la carreterita de las vías del funicular de Cotos. Vamos bajando hacia Cercedilla. Las curvas se enlazan una tras otra y la rueda tiene muy buen agarre. Un par de curvas cerradas con contraparalte no suponen ningún problema. El ruido de los trinquetes de las Enve de carbono suena con ese "cla cla cla" que tanto me gusta de las llantas "premium". No hace falta pedalear. Llegamos al tramo de las raíces y el escalón y ningún problema para estas 29"...no sé qué tal lo pasaría con la Alma. Llegamos a una zona de saltos en donde la gente se divierte pegando buenos vuelos y al rato empredemos el regreso a la zona central de la feria.



No sin antes pegarle un buen arreón. Llegamos a una zona de falso llano en donde le pido permiso al guía para apretarle un poco a la FSI. Luz verde...empiezo a bajar piñones, me pongo de pie sobre los pedales y es impresionante lo rápido que coges velocidad. Parece llevar un motorcillo. Es una auténtica pasada, una bici que te pide más y más. Ya entramos en al zona rápida de pista antes de llegar a las calles del pueblo, me dejo un poco llevar, me adelantan varios. La verdad es que estas bajadas son las que menos me gustan, pistas anchas, con suelo resbaladizo en donde se alcanzan grandes velocidades y en las que la hostia puede ser fina. Llegada a los escalones finales para desembocar en la feria. La Lefty no defrauda, voy bajando los escalones de tres en tres, y la sensibilidad y "esponjosidad" de la horquilla es una auténtica pasada. Así da gusto!!!


Y aún quedaba una última sorpresa. Fue la única marca de todas las que probé en el fin de semana que tuvo este detallazo. La gente de Cannondale nos tenía preparada una zona de "chill out" con unas banquetitas, mesas y coca colas y cervezas para todos, acompañados de unas patatitas fritas. Qué más se puede pedir!!! sí, tener unos 8000€ en la cuenta para darse el capricho de decirles "pues si la tiene en XL, me la llevo puesta", jejeje.
 



miércoles, 3 de junio de 2015

Canyoneeerroooo!!!!! Canyonerooooo!!!!

No puedo evitar recordar el anuncio de aquel fabuloso 4x4 que conducía Krusty en los Simpsons, jejeje. Ahora que pienso, elegí un poco mal el orden de prueba de las bicis y las segundas siempre salieron perdiendo. La Oiz frente a la BMC y la Canyon frente a la "FatStevens", aunque bueno, en el caso de la austriaca, no es comparable ya que son dos conceptos distintos y si me hubiesen pedido que eligiera entre la Stevens o la Canyon, creo que habría elegido la Canyon. De todas las que probé este laaargo finde, la Canyon era la única bici terrenal (aún estando por encima de los 2.000€) si la compramos a los otros pepinos que probé, cuyos precios no bajaban de los 5.000€. Y era la única bici que se aproximaba al tipo de bici que podría llegar a comprar tras un bien tiempo de ahorro.




Como siempre en estos días de tests, las marcas traen bicis de las tallas más demandadas, es decir, M y L...los que nos salimos de la media nos tenemos que conformar con lo que hay y cruzar los dedos por que la talla más grande que traigan, sea compatible conmigo. Tuve suerte con la BMC, que la talla me iba al pelo, y con la fatbike, pero no así con la Oiz ni con esta Grand Canyon CF SL 8.9. Creo que no es la más alta de gama de carbono, de ahí el precio "más o menos asequible". El montaje estaba muy chulo, Rock Shox SID (ahora con los nuevos nombres de las Rock Shox siempre me lio, pero de mis tiempos mozos sé que la SID es la tope-guay de la cama rally), con bloqueo remoto, que usé bien poco. Transmisión full XT de 2x10 y unos Formula R1 que frenaron muy bien. Las gomas, unas Continental X-King, exactamente las mismas que montaba la BMC, curiosamente me dieron un mejor feeling en curvas. No sé, quizá estaban un poco menos hinchadas que las de la BMC o que con la BMC me relajé. Pero me dio sensación de dar más agarre, pero vamos..sigo fiel a mis Maxxis Ardent Race delante, muy contento con ellas.

Lo primero que tuve que hacer fue regular un poco el sillín, un Fizik Tundra...un pelín estrecho para mí, en comparación con el Avatar Gel de 143mm que tengo en mi Alma. A ver, bonito y estilo es, eso sin duda. O al menos a mí me gustó, pero no me resultó muy cómodo. De hecho, tuve que retrasarlo un poco para ir mejor sentado dada la talla de la bici.




Las primeras rampas de salida del pueblo me resultaron cómodas, la bici sube bien, se maneja bien cuando te pones de pie sobre los pedales. La horquilla absorbe bien las irreguladirades y raices en los tramos de subida y la 29" ofrece esa "facilidad" de trepar por sitios complicados. Y eso que las primeras subidas son algo reviradas, pero la 29" permite salir correctamente del paso. Sigo pensando que noto más las bondades de la 29" que sus defectos de torpeza, lentitud de reacciones, etc y todo lo que se critica de ellas. También es que mi nivel no es el de un pro que sí puede notar esos detalles. Pero para un usuario medio como yo, bienvenida sea.

En los tramos de llaneo es donde más noto esa falta de talla, no llego a ir del todo cómodo, quizá por eso me levanto a la mínima o frente a un tramo delicado. Llegamos a la subida principal, esa que empieza con un giro muy cerrado y a continuación una zona de raices. Se muestra muy noble, sin encabritarse ni nada. Seguro que la fatbike hubiese subido muy bien por aquí, pero la Canyon va bastante bien y no me hace extraños. Obviamente, se ve más limpia, acostumbrado a ver un ruedón ahí delante, un eje de pedalier sobredimensionado, ahora va todo más fino, jeje.



Intenté jugar con los cambios, al ser un 2x10, mi idea era poder utilizar todo el abanico de cambios posibles, combinar todas las coronas con los dos platos y el 24/38 no me acababa de convencer. Usar el 38 con coronas medias-bajas me hacía ir muy atrancado, y usarlo con las coronas grandes, dejaba la pata de cambio muy estirada, tal y como sale en la foto. Y no sé, me dio la sensación como de que no era lo ideal llevar esa combinación de plato-corona. Y después de haber probado la BMC con monoplato, preferí la facilidad de uso de la suiza frente a la austriaca. Al final creo que estuve la mayor parte de la ruta con la plato pequeño y jugando con el resto de coronas, exceptuando las pequeñas. También he de decir que el terreno era más bien tirando a técnico, no había tramos de pista en donde seguramente hubiese engranado el plato grande. En mi Alma llevo un 43-32-24 y pongo el plato grande cuando ya voy algo lanzado. No sé, este 38 era algo a medio término con lo que suelo llevar y estaba como en tierra de nadie.


Será que los suizos son más discretos que los franceses, y por eso los bujes de las DT Swiss que monta esta Canyon sonaba un poco menos que las Mavic de la Oiz. Con lo que me mola ese "cla cla cla" que suena cuando va a piñón libre, jejee. Para bajar...pues la verdad es que nada que no haya dicho antes de una 29". Noble, buenas trazadas, ese tamaño de rueda de permite salvar escalones  en los cuales el paso sería algo más delicado (que no imposible) con una 26". En la zona del senderito de bajada estrecho, con escalones, como iba solo sin guía, pude dejar bajar la bici sola y pude pasar por los tramos en los que tuve que poner el pie en anteriores tests. Y ahí es donde oí ciertos ruidos en el cuadro.

Era una especie como de crujido interno en el cuadro, como si se retorciera de alguna forma o flexara. Me asustó un poco, pensé que se habría partido o pudiera estar fisurado. Y a ver, no soy un Misser de la vida, pero tampoco bajo partiendo piedras. Vamos, la Alma está en buen estado y le he metido bastante caña. Pero fue bajar un par de escalones y un tramito de rocas y me sonaron esos crujidos. Me rayó un poco pero continué con la bajada, con un poco más de cuidado, iba con algo de miedo. Llegué a la zona del senderito con las curvas enlazadas y muy bien. Conservaba muy bien la trazada, de una curva a otra, inclinas un poco la bici y toma bien la curva, no se sale de la trazada. Ultimo tramo de bajada, ese senderito que va bordeando la carreterita que va al lado de las vías del funicular. Muy divertido, sinuoso, con algunas trampas, pero ya me lo conozco de memoria, jeje. Llegamos al tramo del cortado con las raices. La 29" pasa sin ningún problema, aunque a diferencia de la fat, hay que ir con ojo de que no se quede la rueda trabada entre alguna de las raíces.




Finalmente llego al recinto ferial tras bajar ese tramito de escalones que había recorrido en sentido inverso previamente con la fat. Pero pretender hacer lo mismo con una 29", por mucho diámetro de rueda y poco ángulo de ataque de los obstáculo se me antoja excesivo para mí. Al entregar la bici en el puesto de Canyon, charlo un rato con uno de los responsables. Un tio alto como yo, que me comenta que la talla ideal para mí habría sido la XL. Le comento también esos ruidos/crujidos que he oído en el cuadro al bajar y me explica algo relativo a que el carbono absorbe y distribuye las vibraciones por todo el cuadro, y que por eso ha sonado. Pero que es normal. No sé...en la BMC no me sonó nada, y en la Cannondale que probé al día siguiente tampoco. Así que a saber.... Pero vamos, quedé contento con la prueba, con la talla adecuada creo que sería una bici muy interesante, aunque si tuviese que cambiarle algo sería la transmisión. Y aprovechando que Shimano a sacado su cassette de 11 coronas, más barato que el del SRAM, sería una buena opción a tener en cuenta y no se encarecería tanto el conjunto.
 

lunes, 1 de junio de 2015

Gordas, gordas, muy muy gordas... #fatbikes

Ya lo decía la canción de La Orquesta Mondragón, y es que ellos las prefieren gordas. Creo que es la única prueba en la que he ido con una sonrisa de oreja a oreja desde el inicio hasta el final. Una pasada, fue como un juguete grande, una sensación indescriptible...que voy a tratar de transmitiros en esta entrada. Ya sabréis que tras las medidas 29" vs 27,5", la última moda en el ciclismo han sido las fatbikes. Que ciertas marcas han intentado eclipsar con una medida de rueda denominada '27+'. Aquí en España, desde mi punto de vista, quien ha estado metiendo las fatbike con calzador ha sido Josef Ajram, que incluso ha montado una marca para comercializar este tipo de bicis. Junto con Santi Millán y un clásico del MTB como Tomás Misser, montaron un equipo para participar en la Snow Epic, una carrera de varios días en la nieve suiza dedicada exclusivamente a las bicis de ruedas gordas.



Había leído y oído de todo acerca de ellas. Que si lastran mucho, que menudo muerto, que eso pesa un quintal, que solo vale para ir por dunas o por nieve...de todo. Luego me las había encontrado por algunos senderos de la sierra y en la Monegros, que durante un buen rato fui en un grupo liderado por una fatbike y a muy buen ritmo. Un colega del foro tiene una fatbike y parece estar muy contento con ella, así que cuando ví la oportunidad de poder probar una, no lo dudé y me apunté. Una Stevens, modelo Mobster Angled, un bicho de 14kg con cuadro de aluminio y horquilla rígida, con unas Schwalbe Jumbo Jim de 4" de anchura. En la transmisión, un XT 2x10 con bielas race face 36-22. En esta prueba, no recuerdo haber metido el plato grande, fui casi todo el rato con el pequeño. También es que el recorrido del test no tiene demasiada pista, ni es propenso a alcanzar grandes velocidades.

Lo primero: todo el mundo se gira para verte, no falla. Por mucho que sean aficionados al ciclismo que conocen las fatbike, nadie (entre los que me incluyo) puede no girarse al ver pasar una fatbike. Y encima, para mi talla de biker, creo que es la bici ideal, jejeje. Biker grande, bici grande...ande o no ande. Pero en este caso, sí que anda y cómo!!! Las primeras sensaciones al probar la bici en el recinto ferial, a velocidad lenta, giros cerrados, es que las ruedas tan anchas tan mucha estabilidad. Parece que la bici no va a girar, pero sí, la rueda realiza el giro correctamente y no resbala ni pierde adherencia. Las sensaciones fueron muy buenas. Una extraña sensación de finura dentro de lo basta que parece la bici a simple vista.



Salida del pueblo por el empedrado y no se notaba nada. Salvo algún badén o irregularidades de desnivel, el empedrado no se sentía bajo las ruedas. Incluso yendo con horquilla rígida. Me puse un rato de pie sobre los pedales, y trepaba sin problemas, no se notaba demasiado pesada ni que lastrara en exceso. A ver, la bici tiene sus 14kg...ligera no es, no estoy llevando una rígida carbónica con monoplato, pero sorprendía muchísimo la ligereza con la que avanzaba. Y hay otras dobles que pesa fácilmente esos 14kgs.

Llegamos a un primer tramo en donde iba a probar una de las mejores virtudes de la bici: la tracción. El sendero va bordeando la tapia de una casa y tras un giro ciego, te encuentras con un corto repecho con algo de desnivel, lleno de piedras sueltas, y otras clavadas en el suelo. Las veces que pasé con la 29" lo hice no sin ciertas complicaciones, hay que pillar bien la trazada en ese tramo, pero ni punto de comparación a hacerlo con una fatbike. Da igual la trayectoria que elijas, que sube sin problemas. La grandísima ventaja que tiene la fatbike es que no das ninguna pedalada en falso. En ningún momento se pierde la tracción y creo que eso es un plus para el cansancio del ciclista. Me refiero a que con una bici normal, cuando se sube por un terreno roto, además del obvio esfuerzo de pedalear, hay que jugar con los pesos, tirar de manillar, ajustar la fuerza del golpe de pedal para evitar perder agarre, colocarse sobre el sillín. Sin embargo con la fatbike, lo único que has de hacer es ajustar el desarrollo a la inclinación que tienes que salvar, y pedalear. El firme es irrevelante.



Un poco más adelante en el trazado, el sendero se inclina hacia arriba, una trialera por donde se ha de elegir bien la trazada para no tener que poner pie a tierra. Además que tiene bastante desnivel, en varios sitios hay que tirar del manillar para salvar el desnivel que hay. Vamos, que no es una ascención cómoda. Iba siguiendo al guía, y de repente aminoró la marcha y acabó poniendo pie a tierra por culpa de un rezagado del grupo de test que nos precedía. Con una bici normal, me habría tocado poner pie a tierra, fijo. Pero con la fat, fue cuestión de girar el manillar y buscar una zona libre para subir y zas! daba igual que hubiese raices, o piedras!! Eso era como un tractor, vas subiendo, al tran tran, pedaleando con cadencia, y eso sube todo. Es una maravilla. Además de aprovechar toda la fuerza de la pedalada, te sientes seguro, sabes que la rueda trasera no te va a hacer ningún extraño, ni se va a desplazar lateralmente ni nada. Es una auténtica pasada.

Otro detalle que me gustó fue la adherencia que da el neumático delantero. Poneos en la típica situación en la que vais subiendo, con vuestra bici con neumáticos normales y llegáis a un giro. Para evitar que, en pleno giro, la rueda delantera derrape en el sentido de la marcha y se vaya, habrá que avanzar el tronco para cargar peso sobre la rueda delantera y ganar adherencia. Con la fat eso no es necesario, la bici responde sin problemas al grado de giro del manillar y hará el giro que el ciclista quiera. Realmente es muy sencillo llevarla, y creo que donde más gana, es en velocidades bajas.



Después de probarla en varios tramos de subida con varios grados de dificultad, tanto técnica como física, llegaba una zona de llaneo. Sinceramente, no lastra tanto como pensaba. Creo que el doble plato le sobra, con un monoplato me parece que iría sobrada. Es una pena que el circuito de la prueba no tuviera un tramo de pista ancha para ver qué tal se comporta, pero sí, no es una bici para realizar grandes distancias, la veo más como una bici para hacerse una rutita de 30/40kms, sin preocuparse del terreno por el que va a discurrir el paseo. En la bajada penalizaba un poco el no llevar horquilla de suspensión. Como primera toma de contacto, me llevé un par de sustos en las primeras curvas con algo de peralte, pero una vez acostumbrado a llevar una rígida, ningún problema. Otro punto negativo era el ruido que hacían los frenos, no sé si por el hecho de ir con horquilla rígida o por que fuesen nuevos.

Al circuito que hice con la fatbike fue el corto, evitando uno de los tramos "delicados" de bajada. Directamente cogimos un sendero que va enlazando curvas entre pinos y la fatbike te permite ir a una velocidad bastante alta sin que la rueda pierda agarre en cada giro. Obviamente no iba a la velocidad del rayo, pero la seguridad que daba en los giros era alta. Tras esto, otro senderito con un par de cortados y unos saltos en los que no me costó mucho hacer saltar a la bici. Realmente, una vez está en movimiento, es más ligera de lo que pueda parecer. Uno de los cortados tiene unas raices, que con una bici convencional puede ser fácil encajar la rueda entre un par de raíces, sin embargo con la fatbike, uno está por encima de todo eso. Pasas por encima de las raíces sin ninguna preocupación.


Llegando al recinto ferial, bajamos por uno de los tramos que más juego me dio con la fatbike. Bajada con una ligera inclinación, con grupos de 2 o 3 escalones cada 10mts. Para bajar, pues bien, con tacto y cuidado...que la horquilla es rígida, no hay que olvidar eso. Aunque la rueda delantera amortigüe bastante las irregularidades, cuando son desniveles, hay que ir con ojo. Pero llegué abajo sin problemas. Pero ahora llegaba lo bueno, me surgió la idea de bombero de subir por el mismo tramo. Con una bici normal ni me lo habría planteado, pero con la fatbike...dicho y hecho. Un ligero tirón de manillar para que la rueda delantera salve los escalones, y la trasera sigue sin problemas. Pedaleando redondo, sin hacer demasiado esfuerzo, la bici va salvando los grupos de 2 ó 3 escalones que me voy encontrando, hasta llegar hasta arriba. Prueba superada.

En resumidas cuentas. Para el ciclismo que practico, una fatbike no sustituiría una XC rígida de 29", pero como bici de recreo/entretenimiento, iría perfecta. Una bici ideal para rutas de 30/40kms, para ir al tran tran, sin piques ni hostilidades. Una bici para ir tranquilamente. Su principal fuerte son las subidas, sin importar la dificultad técnica. En llaneo, normal, sin problemas. Penalizará un poco frente a una bici normal, pero tampoco es una bici para competir. Y en bajadas, pues equipando la fatbike con una horquilla de suspensión, bajarás por los mismos sitios por los que bajarías con una 29" con menos problemas. No es una doble tampoco y no bajarás a la misma velocidad que una doble, pero la confianza que da bajando merece la pena. En fin, una prueba que me gustó muchísimo, una pena que no hubiese durado más.