viernes, 26 de junio de 2015

Casi casi como Tinker Juárez - Cannondale FSI Team

El domingo tocó otro de los platos fuertes del fin de semana. Iba a probar una de las marcas míticas del MTB y con su propia seña de identidad: esa horquilla de suspensión con los brazos rígidos y los elastómeros en la barra de la dirección. Un clásico aquellas "fatty". Bicis elegantes, sin el engorro de las horquillas bastas de aquella época. Y uno de los exponentes de esa marca, fue Tinker Juárez. Un crack de persona, pude coincidir con él en algunas Grundig que se celebraron por Madrid y El Escorial y me pareció un tio muy humilde, muy atento a sus fans.



Pero a lo que vamos....estaba que no cabía en mí de gozo, por fin iba a tener el placer de probar una Flash y su famosa Lefty. La mayoría de los compañeros de test se fueron a por las Jekyll y las Trigger....lo cual dejaba libre la FSI para otro chaval y yo que decidimos irnos por el lado racing. Va con un montaje tope de gama, obviamente. Además del cuadro de carbono de alto módulo y la mencionada Lefty de 100, va montada íntegramente con el XX1 y unos Avid XX. Monoplato de 32 dientes y cassette de 10-42. Era el segundo monoplato que probaba en el finde, tras el de la BMC, con la diferencia de que éste era de 32 y el de la suzia de 30 dientes. Tal y como dicen los de Cannondale, sus bicis vienen sin pedales ya que ellos consideran que es un objeto muy personal, y que prefieran que sea el cliente quien decida qué pedales usar...vamos, que si te compras una Cannondale, una marca que no es precísamente barata, no viene ni con unos míseros SPD-M520 para salir del paso. Sabiendo eso ya, yo me traje mis "oldschool" SPD-525. Quien no sepa qué pedales son esos, que no se moleste en seguir leyendo este blog, jajajaj

La bici es preciosa, elegante, sencilla....me vienen a la mente un montón de adjetivos para una de las Hardtails que más me gustan. Una de las pegas que le pondría es el tema económico, pero no me refiero a los 8000€ que cuesta el pepino, sino al precio de revisión que tiene la Lefty, que se aleja bastante de los 50/60€ anuales que suelo pagar por mi Fox, aunque también es cierto que si tienes dinero para comprarte semejante pepino.....poco te costará pagar la revisión de la Lefty, así que corrigiendo lo que estaba comentando, no, no le veo ninguna pega. Es una máquina de competición pura y dura, un verdadero capricho para quien se lo pueda permitir. Una rígida 29", por supuesto. Mi próxima elección a la hora de cambiar de montura.



Tras ajustar presiones de neumáticos y presión de la horquilla, ponerme los pedales y ajustar la altura del sillín, me la dieron para que la probase un poco en el parque cerrado y bueno, como tónica general del finde, una talla más hubiese ido de perlas. De hecho, tuve que subir un poco la tija, pero la altura de la potencia quedaba un pelín más baja de lo normal, pero bueno, para un recorrido de poco más de 7kms no era grave. La bici se ve y se siente super ligera y ágil, un auténtico misil. Ibamos con guía y la ruta se preveía más bien endurera por la cantidad de Jekyll's y Triggers que iban. Obviamente, lo primero que llama la atención una vez te subes a ella, es que solo ves una botella, la parte izquierda queda libre y eso da un "no sé qué" cuando te pones a pedalear de pie y "bailas" la bici de un lado a otro. Da una cierta sensación de fragilidad, como si se fuese a partir el buje por la torsión, para nada más lejos de la realidad. Ni un roce, ni un leve chirrido del disco con las pinzas debido a la flexión.



El buje delantero mantiene la rigidez perfectamente. Además de la rigidez, otro gran punto de la Lefty es su sensibilidad. Las calles por donde pedaleábamos para ir desde el centro neurálgico de la feria hasta los primeros metros de tierra era todo empedrado y la Lefty iba absorbiendo cualquier irregularidad por mínima que fuera. Y volvía a recuperar su recorrido enseguida, sin resultar nada brusca. Ya había pasado antes con otras horquillas y ninguna con una sensación igual. Una maravilla. Y el bloqueo, pues perfecto, nada de bailoteo ni sensación rara. Ni un ligero hundimiento al ponerse de pie, bloqueada del todo. Los primeros tramos de callejeo por Cercedilla tienen sus curvitas cerradas, algunos tramos de sendero entre fincas, zonas de piedras...pero nada a lo que una 29 no pueda enfrentarse.

Tras salir de esos senderos revirados en donde la 29" se defiende sin problemas, y que permite sobre pasar cualquier escalón y piedra que haya, llegamos a la primera valla que nos abre paso al pinar por el cual discurre la mayor parte del trazado. Obligado reagrupamiento y muestras de fuerza de los bikers que ahí se reunen, enfrentándose a un fuerte repecho lleno de pinochas y piñas de pinos. Con la fatbike lo había ascendido sin problemas, pero sería capaz de hacerlo con la Flash? Pues a comprobarlo! Fui subiendo coronas hasta que encontré una que permitiese subir tranquilamente, me avancé sobre el sillín y a pedalear sin mayor complicación. Su ligereza y el tamaño de las ruedas daba ese extra de tracción y subí perfectísimamente...menos mal, sino iba a quedar como el culo delante de la galería.

El resto de la ruta discurría por el habitual sendero, era ya la 7ª u 8ª vez que pasaba por ahí, me conocía las piedras de memoria. Cada raíz, cada resalto, cada irregularidad y los pasaba comodísimamente gracias a la ligereza de la Flash, una maravilla mover esta bici sin apenas dificultad. Lástima de la talla, estoy seguro que con una XL me habría sentido perfecto. Subidita técnica por raices y el plato 32 se hace un pelín más duro que el 30 de la BMC. Para mí se me antoja quizá demasiado grande, casi que me quedo con el 30. Es decir, puedo moverlo, sí, pero cuando llevas una ruta de 60/70kms y toca hacer frente a una subida importante...creo que esos dos dientes de diferencia pueden ser claves. Personalmente, me quedaría con un 30. Llegamos al claro en donde el guía nos da una breve explicación a los de las Jekkyl y Trigger y empezamos la bajada. Una bajada que no conocía hasta ahora, algo más endurera que las demás.



Me coloco tras el guía para bajar siguiéndole, no me gustaría ir detrás de alguien y que me chafara la bajada. Por ahora no me cuesta mucho seguirle. Llegamos a una zona de curvas con grandes peraltes, de esas curvas de "flow" como llaman los endureros. Pero aún no siendo una bici de enduro, la FSI se defiende estupendamente. La Lefty absorbe perfectamente cualquier irregularidad, las recepciones tras los saltos van como la seda y no se nota ninguna falta de rigidez en el tren delantero. Llegamos a un punto crítico, el peralte acaba en un pedrolo considerable, tras el cual hay un escalón aún más considerable, pero demasiado tarde para frenar. El guía lleva una Jekkyl y lo salta sin problemas....yo le sigo y cero problemas. Buena caída, amortiguar con los brazos y piernas y a seguir bajando. Qué lujazo de bici!!!! baja igual de bien que sube. Dejamos atrás la zona de peraltes para seguir por un sendero bastante estrechito. Es en momentos así que viene bien seguir a alguien que se conoce el camino, no has de "perder" el tiempo eligiendo la trazada buena, sigues al guía (que para eso es el guía) que nos lleva a buen puerto y llegamos a la otra valla de salida del pinar. Emocionado estoy, esta bici es una auténtica maravilla, se nota muy ligera en todos los movimientos que haces.

Empredemos el último tramo divertido de la ruta, ese sendero que va paralelo a la carreterita de las vías del funicular de Cotos. Vamos bajando hacia Cercedilla. Las curvas se enlazan una tras otra y la rueda tiene muy buen agarre. Un par de curvas cerradas con contraparalte no suponen ningún problema. El ruido de los trinquetes de las Enve de carbono suena con ese "cla cla cla" que tanto me gusta de las llantas "premium". No hace falta pedalear. Llegamos al tramo de las raíces y el escalón y ningún problema para estas 29"...no sé qué tal lo pasaría con la Alma. Llegamos a una zona de saltos en donde la gente se divierte pegando buenos vuelos y al rato empredemos el regreso a la zona central de la feria.



No sin antes pegarle un buen arreón. Llegamos a una zona de falso llano en donde le pido permiso al guía para apretarle un poco a la FSI. Luz verde...empiezo a bajar piñones, me pongo de pie sobre los pedales y es impresionante lo rápido que coges velocidad. Parece llevar un motorcillo. Es una auténtica pasada, una bici que te pide más y más. Ya entramos en al zona rápida de pista antes de llegar a las calles del pueblo, me dejo un poco llevar, me adelantan varios. La verdad es que estas bajadas son las que menos me gustan, pistas anchas, con suelo resbaladizo en donde se alcanzan grandes velocidades y en las que la hostia puede ser fina. Llegada a los escalones finales para desembocar en la feria. La Lefty no defrauda, voy bajando los escalones de tres en tres, y la sensibilidad y "esponjosidad" de la horquilla es una auténtica pasada. Así da gusto!!!


Y aún quedaba una última sorpresa. Fue la única marca de todas las que probé en el fin de semana que tuvo este detallazo. La gente de Cannondale nos tenía preparada una zona de "chill out" con unas banquetitas, mesas y coca colas y cervezas para todos, acompañados de unas patatitas fritas. Qué más se puede pedir!!! sí, tener unos 8000€ en la cuenta para darse el capricho de decirles "pues si la tiene en XL, me la llevo puesta", jejeje.
 



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