domingo, 7 de noviembre de 2010

Las aparaciencias engañan


Tras un vuelo con media hora de retraso (puntualidad Suiza, por supuesto era culpa de Barajas) llegamos a Zurich y ya casi me pierdo al salir del propio avión. En fin, conseguimos llegar (íbamos 5 de mi equipo de proyecto) a la agencia en donde nos hicieron el abono de transportes mensual (tras CHF 77, frente a los 50€ que puede costar en Madrid más o menos un abono de la zona A). Durante el viaje en tren desde el aeropuerto hasta la estación central de Zurich, la mayoría de casas y edificios que veía desde él me recordaban bastante a los alrededores de París. Los colores, los jardines verdes, los tipos de casa, etc. Debíamos de parecer bastante cutres, porque dentro del tren, uno de los pasajeros (había pocos) nos dijo que este era el vagón de primera clase. Nos sentimos un poco ciudadanos de segunda clase, nunca mejor dicho. Llegué a Zurich y a arrastrar mis 30kg de maletoncio, más el troley de 8kg, más el portátil (que aún tengo agujetas en la espalda) hasta llegar a la agencia para recoger las llaves del piso y pagar el resto del alquiler. Me llamó mucho la atención y me recordó también a Francia que no hay diferencia entre las aceras y la calzada para los coches: ambas del mismo color y materíal, salvo por el bordillo.

Y luego más paseo por todo Zurich hasta llegar a nuestra casa…Llegué con un calor horrible, salí del aeropuerto con jersey y cazadora y acabé llegando al piso solo con camiseta de manga corta. Pensaba que iba a estar todo nevado (no fue ninguna decepción, al contrario), pero es que hacía incluso más calor que en Madrid. También es verdad que ir cargando con todas esas maletas da algo de calor. Pero por lo general el clima es nublado, y hoy domingo está lloviendo pero sigue sin hacer demasiado fresco. Lo malo es que cuando entras en un local o tienda, tienen la calefacción bastante alta, pero fuera tampoco hace tanto frio. Al menos para mí gusto. Veo a mucha gente con bufanda y gorros cuando por ahora estoy yendo solo con camiseta de manga corta y un jersey por encima o polo de manga larga. No es ninguna queja, al contrario, pero por todo lo que me habían dicho, pensé que me iba a pelar de frio. Y por mí, que esto siga el tiempo que sea. No tengo ninguna prisa por que llegue el frio y la nieve. Me gusta esquiar, por supuesto, pero visto los precios, me parece que no será tan barato como pensaba.
La entrada a nuestro piso está entre dos kebab’s, con el consiguiente olor a comida durante casi durante todo el día. Que creo que es lo que me está levantando dolor de cabeza esta tarde (eso o los nervios con los que llevo desde el sábado). Con lo lujoso que parecía el piso desde la página web, y lo cutrillo que es por fuera. Y más con el “scalextric” que tenemos justo al lado de nuestra ventana, pasando a ras de la casa. Lo bueno es que las ventanas están bien aisladas, tanto para la temperatura como para el ruido.  Por dentro la casa está bastante bien, 90 m2 la cocina está separada de las habitaciones, aunque con el puto olor a kebab no es lo más importante. El baño es amplio y el salón-cocina es muy espacioso. Está bien equipado, con nevera, lavadora, lavavajillas, platos y cubiertos, horno, vitrocerámica, pero sin embargo no tiene microondas, algo primordial para la cocina rápida hoy en día, así que habrá que ir tirando de horno o vitro. También pagamos una pasta por el piso, así que un microondas habría estado bien. No es que huela mucho a Kebab, pero sí que se nota un poquillo, sobre todo cuando vienes de la calle. Estamos en una zona que se ha puesto de moda. Han rehabilitado muchos almacenes de la zona industrial como restaurantes pijos, bares de copas, tiendas. De hecho ayer eran los “Fashion days” de Zurich y había fiesta por aquí cerca.


No sé qué me ha pasado esta mañana cuando he ido a hacer la compra, pero estaba completamente desubicado. En Madrid he ido muchísimas veces a hacer la compra, a distintos supermercados (Carrefour, Eroski, dia, Alcampo, Mercadona). Vamos, que no es la primera vez que cojo un carrito de la compra y recorro pasillos llenos de comida, ni que planifico para la comida para algunos días. Pero lo de hoy ha sido horrible. No sabía qué comer, ni qué comprar. Me acercaba a mirar el pollo, algo que suele ser barato y con una cantidad considerable y era caro y apenas había cantidad en la bandeja. Y lo peor es que tendré que volver esta semana y perder una tarde mirando otro super mercado a ver si es más barato que el que he ido esta mañana.
Digo por desgracia porque tengo toda esta semana (fin de semana que viene incluido) para prepararme el examen de la certificación que tan hábilmente suspendí en Madrid. Una de las razones por las que estoy bastante jodido esta semana y por lo que estoy viendo todo más negro de lo normal. De todos modos, no me considero una persona muy positiva. No es que quiera mirarle siempre la parte negativa a todo, pero por defecto para mí, el vaso suele estar siempre medio vacío. Espero que tras el próximo lunes la cosa mejore, aunque no confío en eso, no quiero llevarme otro chasco dentro de una semana.
Mi primera impresión de los suizos corrobora que las apariencias engañan, ni son tan ordenados ni cívicos como los pintan en la tele, igual que los españoles no estamos todo el día bailando sevillanas o comiendo paella. Aquí la gente cruza la calle aunque esté en rojo para peatones, o cruzan fuera de los pasos de cebra. La gente tira los pitillos al suelo, escupe y no, no son inmigrantes que no se han adecuado al “civismo” suizo, son suizos.  Durante nuestro paseo de llegada por Zurich, me crucé con bastantes cochazos y bastante macarrilla zumbándole al acelerador. En general no son tan distintos de lo que puedan ser los españoles o los franceses. Lo que por ejemplo no he oído mucho son pitidos, debe ser que en la conducción sí que son más ordenados y no hay tantas pirulas como en Madrid. Y lo mismo pasa con el alquiler de los pisos, estoy viendo muchos timos. Me están defraudando estos suizos.

Por ahora, por mucho que los días parezcan más cortos, se me están haciendo eternos. Y bueno, esta semana pasará sin demasiadas entradas, quizá una a media semana para contaros qué tal las primeras experiencias en el curro que espero ser capaz de rendir lo que se espera de mí.

PD: por cierto, deberían cambiar el nombre de ciertos programas. “Madrileños por el mundo” o “Españoles por el mundo” tendrían que pasar a llamarse “Madrileños RICOS por el mundo” o “Españoles RICOS por el mundo”. Porque esto no tiene nada que ver con lo visto en la tele.

1 comentario:

  1. Ha quedado muy bien!!!
    llevas poquito tiempo y ya verás como rápido te haces con la ciudad y encuentras sitios mas baratos ;)
    un besazo
    En las fotos de alguna entrada próximas aparecere yo!!! jijiji

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