jueves, 21 de abril de 2016

Fantasmeado que no fantasmeando en Ibiza (2da parte)

Seguimos en Ibiza...tras la llegada y la toma de contacto, la dura toma de contacto con el terreno y perfil ibicenco, aún seguimos vivos. Que para mí que lo hicieron aposta de duro para que los que llegábamos de fuera con la idea de "bah, es una isla, no tendrá muchas subidas", nos volviésemos a casa con el rabo entre las piernas. Ojo, que soy mallorquín por parte de padre y en la zona en donde veraneaba en Mallorca, el "plá" escaseaba. Eran todo senderos para arriba, o senderos para abajo. Pero vamos, aún así, fue una buena sorpresa la dureza de la primera etapa....y la de la segunda, y la de la tercera. #aymimá como dirían unos gallegos de la zona de Boiro con los que estuve hablando en el primer tapón que nos encontramos en la primera etapa.



Segunda etapa, a las 7h nos llega un SMS de la organización, como cada día, avisándonos del cajón en donde teníamos que salir, ya con la clasificación oficial. Es decir, no íbamos a salir con los élites, esta vez tocaba salir del cuarto cajón. La estapa de hoy era lineal, otra más, con lo que eso conllevaba en cuando a logística: dejar nuestro coche en el punto de salida y ver cómo íbamos a volver desde la meta. Sin tener nada de ropa allí para cambiarnos tras la carrera ni nada. En principio teníamos contratado el traslado desde Santa Eulalia hasta San Antoni, pero no sabíamos cómo iría. En fin, esos ya serían problemas al terminar la carrera, yo por ahora estaba nervioso por la etapa. La de hoy eran 80kms con 2300mts de desnivel, casi nada. Arrancamos el Garmin y esperamos al pistoletazo.



Los primeros kms como siempre, muy rápidos, incluso saliendo del cuarto cajón, la gente sale a fuego. Normal, esto es una carrera, no es una marcha no competitiva (carreras encubiertas). Pillamos algo de viento en contra, la ruta va hacia el norte y en las zonas "llanas" abiertas, el viento pica de frente, pero el terreno es bastante técnico y no es que se formen muchos grupos, cada uno va un poco a lo suyo. La salida de San Antoni nos lleva a una subida larga de asfalto tendida, para llevarnos a una bajada a una calita y ahí tenemos el primer tapón. En serio!!?? pero si es un camino en el que caben dos bicis a la par, no me jodas. Nada, desmontados de la bici y a patear. Mi compañero Alvaro anda por ahí, también igual de mosqueado que yo. No es que seamos unos pros, pero no se nos dan mal los tramos técnicos. Cruzamos la zona técnica, pillamos una pista que nos acerca a la costa, ofreciéndonos unas vistas preciosas.



Ibamos disfrutando de esas vistas, metiéndonos por senderos entre pinares y de repente...zasca!!! parón en seco, otro tapón. Y nada de 5 minutillos, no, este iba a ser uno de los más largos de la etapa. No digo que estuviésemos sobrados de fuerzas, pero creo que sin tantos tapones podríamos haber pasado el tiempo de corte, pero claro, si estuviésemos más fuertes, podríamos haber tirado más y habernos quitado los tapones de encima. En fin...el caso es que nos tocó patear un buen rato, subiendo por unas zetas, con unos escalones y raíces importantes. Lo comentábamos los que estábamos allí, que si realmente los pro serían capaces de pasar por ahí montados. Sí, la verdad es que esos momentos de tapones daban pie a eso, a estar de charleta con los compañeros y en según qué situación, disfrutar de unas vistas maravillosas.



La segunda etapa estaba llena de repechos, era un constante serrucho, atravesando varios pueblos de la costa, con fuertes y técnicos repechos. Y en sus consiguientes descensos tuvimos un percance. Alvaro y yo íbamos bajando tras un grupo, adelantando a sus miembros poco a poco hasta que llegamos a uno de ellos que frenó en exceso en una curva...pensamos que andaba buscando un caracol que pasaba por ahí. El caso es que hubo contacto y Alvaro se fue al suelo. Fue una caída a baja velocidad, pero con la mala suerte de caer apoyando en toda la rodilla, lo cual le traería consecuencias para el resto de la etapa.

Se reincorporó, la bici estaba perfecta y continuamos, con el consiguiente cabreo por una caída tonta. El trazado de la etapa nos seguía llevando por entre los pueblos costeros, y eso significaba bajar hasta casi el nivel del mar pasando por las calas, y volviendo a tener que subir hasta lo alto de los acantilados, así unas cuantas veces. Repechos duros, en los cuales se oía cómo las cadenas iban engranando coronas, subiendo de piñón por la inclinación de la rampa, las cadenas bastante tensas. Y por suerte la mía aguantó el trato, ningún cambio en falso, ni salto de cadena y ni nada. Le dí bastante juego al doble plato, creo que fue un acierto pasarme al doble plato. Usar el monoplato quizá habría sido excesivo para mí, pero el doble me fue perfecto.



Tuvimos una parte en la que anduvimos un poco separados, la rodilla le estaba pasando factura, así que yo iba a mi ritmo, que tampoco era mucho más fuerte que él, pero sí que cuando llegaba a las cimas o los llanos tras las subidas esperaba. No me serviría de nada seguir apretando o manteniendo mi ritmo si él no podía seguir, además de ser una carrera por parejas. Eso también me permitía sacar alguna que otra fotillo de las vistas que había...preciosas!!! Una vez que me enganchaba, volvíamos a meternos en carrera, pero llegaba otro repecho de apretar el culo, terreno técnico, y la rodilla le flaqueaba, por lo que volví a perder ritmo, pero aún así aguantaba y yo le esperaba arriba. Y ya nos íbamos acercando a la zona de Portinatx, en donde otra vez, en un sendero técnico que se podría haber bajado dejándonos caer simplemente, tuvimos que poner pie a tierra y patear.


Tras salir de ese sendero, atravesamos un pueblecito y cogimos la carretera que bordea la costa, de camino a Portinatx, aunque nos desviaríamos antes para coger una pista que nos llevaría a la subida que para mí fue la más dura de la etapa de hoy. Al llegar a la carretera le esperé, creo que apreté un poco de más en la bajada por el sendero (en el tramo que me permitieron ir montado) y luego en la subida hasta enlazar por la carretera costera. El tema es que tuve que parar un ratín, pero viendo que tardaba, para no quedarme frio, me puse a pedalear, de suave, pero para evitar quedarme parado y enfriarme. Así de paso disfrutaba de las vistas, las "casitas" que había por la zona. Y de repente me pasa un grupo de tres tios, entre los cuales estaba Alvaro, a toda pastilla, liderados por un holandés con el cual coincidiría en los días sucesivos. "Vamos que no llegamos al corte!!!!" me grita mi compañero. Joder, el corte...iba yo tan tranquilo y se me había olvidado que estábamos en competi, jeje. Me junté como pude al grupo, dando algún relevo al holandés, pero enseguía volvía a tomar la cabeza del grupo. Movía watios al tio que era impresionante. Un tio de 2mts de alto, que debían de pesar mínimo 100kgs, no estaba gordo, pero era corpulento. Como un Shaun Palmer de 2mts, vaya, jejeje. Dejamos la carretera para meternos en una pista en donde a duras penas conseguía seguir al colega (hablamos unas cuantas veces durante ese día y el último día, y ni idea de cómo se llama, pero le llamaremos el Holandés pedaleante). Ibamos adelantando a todo dios por la pista, incluso algunos se llevaba algún que otro susto al ver a semejante tio pasar al lado de ellos a semejante velocidad.


Pero la pista dejó de ser falso llano para convertirse en subida y ahí flaqueamos un poco, primero yo, y al rato él, que adelanté. A todo esto, Alvaro y el cuarto integrante del grupo se habían quedado atrás, así que relajé ritmo y el holandés volvió a pillarme. Tocaba una zona de empuja bici, una subida eterna, llena de pedregales y raíces. En algún tramo me subía a la bici, aunque fuese con plato pequeño y piñón grande, para dar unos pedales. Me cansaba menos pedaleando que pateando. No llegaba a ver a Alvaro a lo lejos, pero ahí seguía, seguro. En esto que echas pie a tierra, y comentas la jugada. El holandés me comentaba que en su país no hay de ésto, jejeje, que allí es todo plano, jajaja.  Luego la eterna pregunta: ¿Y los pros pasan por aquí montados? porque había unos escalones de fácil un metro de desnivel, que por mucho que agarre la roca...joder, hay que pegar un buen tirón de manillar, jugar mucho con el balanceo del cuerpo...brutal. Me hubiese gustado poder verlos en directo, o que se hubiese hecho una retransmisión decente de la carrera, no esos cutre reportajes de TDP. Aunque menos da una piedra y algo de publicidad al MTB aportan esas retransmisiones. Poco a poco, con mucho cansancio y bajando mucho la velocidad media, salimos de aquella subida infernal y pudimos subirnos a las bicis para pedalear cuesta abajo.



Nos pusimos a dar pedales como bellacos, otra vez igual, el holandés y yo a rueda. El colega iba adelantando a peña a diestro y siniestro, hasta que llegamos al avituallamiento que marcaba el punto de corte. Desgraciadamente, llegábamos tarde, hacía unos 20minutos que habían cerrado el trazado completo y a partir de ahora, mandaban a los participantes por un atajo para completa el recorrido. Alguno se ofendió, y dijo que por sus narices iba a hacer el completo. Pues ole por él!! yo por un lado me alegraba de que nos hubiesen cortado, iba reventado. Y eso no significaba quedar descalificados, nos permitía tomar la salida mañana. Al rato llegó Alvaro, jodido de la rodilla, con una cara de sufrimiento...Nos paramos quizá un poco de más en este avituallamiento, pero es que en los anteriores no habíamos parado mucho y aquí teníamos que reponer, que sino no llegábamos al final. Y en esto que veo a lo lejos llegar a un conocido mío, con quien he compartido algunas rutas en MTB, el gran Pipo López. Una alegría verle por fin!! había hablado con él en los días previos a la carrera, para ver si nos podíamos organizar para que él nos llevase las bicis, al final no pudo ser, pero nada. Habíamos hablado a nuestra llegada en Ibiza, pero no nos habíamos visto aún, y menuda casualidad!! Tras las fotos de rigor con las vistas que había de la costa noroeste de Ibiza, sobre la zona del Portniatx, emprendimos camino hacia la meta, que aún quedaba un poco.



Lo de ir sin altimería en el track era un poco guarrada, porque los rampones que tuvimos que afrontar tras el avituallamiento fueron mortales. Hasta que conseguimos coronar el puerto, mientras los que sí habían pasado el corte nos adelantaban, nos costó volver a pillar un poco el ritmo que llevábamos. Pero poco a poco, pedalada a pedalada, ya íbamos entrando en calor. Y así llegamos a la bajada heavy del día, el descenso de la tubería, una bajada pedregosa, con trialeras, terreno muy roto, que nos llevaba al plano que hay antes de entrar en Santa Eulalia. Y por fin!!!! por fin iba a poder disfrutar de una bajada sin tener que poner pie a tierra. También es que ya tiré un poco de picardía y cuando iba llegando a alguien con pie a tierra, ponía voz de asustado y le decía "paso por favor!!! que no puedo frenar...." y la mayoría se quitaban amablemente. Y oye, bajar una zona bastante técnica subido a una rígida y adelantando a gente en dobles tiene su aliciente y uno se va creciendo.

Y ya por fin!!! llegamos al llano!! "nuestros kms" favoritos, en donde en cada etapa lo dábamos todo, como si se tratase de la última, pedaleando a muerte, adelantando (o tratando de adelantar) a quienes viésemos a lo lejos y también, lo más importante, tratando de arañar segundos al crono. Ahora tocaba comer, reponer fuerzas, descansar un poco y ver cómo hacíamos para volver a San Antoni. Aunque teníamos contratado el transporte con la organización, la logística con las bicis no nos convencía mucho, así que tanteamos a un familiar de Alvaro para ver si nos podía recoger. Nos preguntó si no nos importa esperar, así que sin problemas. Aprovechamos para lavar las bicis y dejarlas listas a para el día siguiente y también, para no mancharle el coche a su primo. Nos llevó a San Antoni en donde dejamos las bicis en el parking para las MTB ya nos volvimos a casa a Ibiza a descansar....

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