viernes, 15 de abril de 2016

Flaqueando con Camelbak - mis pinitos en la carretera

Tras la vuelta a Ibiza, la siguiente cita era la Monegros. Una carrera con no mucho desnivel, y en su mayoría pisteo para lo cual lo ideal era hacer tiradas largas para entrenar. Pero en las fechas previas a Monegros, no paró de llover, quedando el campo completamente embarrado. Hice una ruta por la Pedriza, buscando al máximo posible pedalear por pistas, que como mucho tendrían algunos charcos, más fáciles de sortear que el típico sendero que más que un sendero, es un rio. Pero el fin de semana anterior a Monegros no había camino por el cual ir, imposible, todo encharcado, embarrado. Y pretender hacer una tirada larga en estas condiciones se hacía muy complicado, al menos para mí. Soy de esos bikers que no soportan el barro, no le veo la gracia. Una cosa es que cruces algún riachuelo, o que la tierra esté ligeramente húmeda/mojada y la bici se manche un poco. Pero otra cosa es llegar a casa irreconocible, tanto tú como la bici. La ropa y el biker se lavan sin mayores problemas, pero la bici...rodamientos, transmisión, pastillas de freno...todo para el arrastre. Y yo a eso no le veo la gracia.

Así que la decisión estaba tomada, iba a alquilar una flaca. Llevaba tiempo queriendo probar una, casi desde el Tour del año pasado, que me fue picando el gusanillo. Además de que en la plataforma de MTB y entre los amigos cada vez más la gente utiliza la flaca como bici de entrenamiento casi principal, relegando la MTB a un segundo plano. En mi caso no es así, reconozco que la flaca da una ventaja en el entrenamiento que no te da la MTB, pero cuando salgo a pedalear, me gusta divertirme. Pero hasta entonces, todo eso eran ideas preconcebidas, nunca había usado una flaca y quería probarla para poder hablar con conocimiento de causa. Como siempre, ahí están los amigos de +Javier López Lozano para echarme un cable en mis necesidades y me dejaron la bici para todo el finde a un precio muy majo. Todo un detalle, como siempre, por su parte.

La bici en cuestión era una Merida Scultura 400 con cuadro y horquilla de carbono, que según lo que me comentaban es mejor que el aluminio con el fin de absorber las vibraciones de la carretera, algo que más tarde sufriría en mis propias carnes. De grupo montaba un Shimano 105 de 11 velocidades con un 11-28 atrás y un 34-50, que según un colega es un pedalier "compact". Ahí va una de las primeras cosas que no me gustan de las bicis de carretera y se trata de ese pedalier tan inmenso. Parece que esté tapando media bici por detrás. Ya digo, es un tema principalmente de gusto personal. Me gusta más la estética de las MTB, con sus platos más pequeños. Del mismo modo que, dentro del mundo MTB, me gusta más la estética rígida que las dobles. Pero ya digo, es algo totalmente subjetivo.

Pasé a recogerla un viernes por la tarde, nada más abrir la tienda. Amenazaba lluvia, y acabó diluviando toda la tarde del viernes, así que decidí montarla en el rodillo para probarla, pero antes de eso, me daría una vuelta corta por Torrelodones. Las primeras sensaciones fueron nada más sacarla de la tienda. Tengo la costumbre de llevar la bici haciéndola rodar sobre la rueda trasera, en posición vertical, sujetándola del manillar. Mucho más cómodo manejarla. El culpable...John Tomac y el fenómeno fan, jeje. Le ví en la Grundig de la Casa de Campo entrando en la parilla de salida llevando la bici de este modo y me pareció super original y desde entonces, suelo llevarla así. Sobre todo en zonas con mucha gente, en donde necesitas maniobrar la bici, no entorpecer al resto de viandantes. Pues así salí de la tienda de Cross Chicken, por las escaleras y qué diferencia con respecto a la MTB!!! esas ruedas parecían piedras!!!

Al llegar a casa, me vestí con unos baggys y una camiseta y me fui a dar una vuelta por el pueblo para catar. Las primeras sensaciones...no convencían. Manillar super estrecho, rueda grande fina, si a eso le sumamos que la bici era una talla un poco más pequeña de la que debería llevar, me costó acostumbrarme, jejeje. Las primeras pedaladas que dí de pie sobre los pedales...casi me hostio, la bici se iba para cada lado sin control. Con ese manillar tan estrecho, con las manos tan cerca de la potencia...qué peligro, jajaja. Llegué a la zona llana y tuve que pasar unos badenes y ahí ya noté que las flacas NO AMORTIGUAN nada. Lo primero que me vino a la mente fue esos valientes que se hacen la Paris-Roubaix a velocidades de vértigo. Yo acababa de pillar un pequeño badén de esos amarillos y negros y casi se me saltan los empastes. Crucé Torrelodones, con cuidado en las rotondas y con los coches y otra cosa que me llamó la atención fue lo inseguro que iba. Inseguro por no tener los frenos tan a mano como cuando voy con la MTB, que con estirar un dedo, ya puedes parar la bici. Aquí tienes que llevar la mano en los "escaladores" (esa parte que sirve para fijar las palancas de freno al manillar) para intentar frenar. Y aún así, es como que frenas de "refilón", ya que los dedos atacan la palanca de freno en diagonal, no en perpendicular como en la MTB en donde puedes hacer palanca de verdad. Y claro, si llevas la mano en el manillar y tienes que frenar, tienes que desplazar la mano hasta el escalador, es un tiempo que pierdes que pueden ser cruciales.

Tocó una leve subida a una urbanización que está en alto para luego bajar por la carretera de Hoyo. En la subida, lo que más noté fue el poco rozamiento de las gomas con el asfalto. Es como que vas fluyendo, sin apenas resistencia. Pero seguía sin sentirme cómodo de pie sobre la bici, así que iba sentado. La subida fue sin mayores problemas, a excepción de los badenes. Y en la bajada, me noté bastante inseguro, así que tampoco quise bajar muy fuerte, me dejé caer, controlando un poco los frenos. Y al llegar otra vez al pueblo, pasé por una zona en la que el asfalto está roto y casi me hostio. Se coló la rueda en una raja del asfalto y me llevé un buen susto. Una zona por la que había pasado mil veces con la MTB sin prestar atención al estado del firme. Iba a tener que andarme con ojo este fin de semana.

El sábado el planteamiento era darme una vuelta y tratar de hacer algún puerto por la zona de Miraflores, Canencia o Morcuera. Y como se planteaba una ruta un poco larga, qué menos que llevar el Camelbak, no? Eso casi me vale la expulsión/baneo del selecto grupo de WhatsApp al cual pertenezco, me libré por ser yo el administrador, jejej. Primeros kms saliendo de Torre y me sigo sintiendo incómodo. Suelo llevar las manos en los escaladores por regla general ya que es la posición más cercana a las manetas de freno. Pero a medida que avanzan los kms, me voy dando cuenta de que la carretera, obviamente, no es como la montaña. Es más complicado que te salga un imprevisto de repente. Aquí no hay ramas, piedras, trialeras, incidentes en mitad del camino, a la salida de una curva. Aquí vas pedaleando por una carretera, en donde eres capaz de ver lo que se te avecina en el firme, una grieta, una curva, unas piedrecitas en el arcén. Hombre, siempre te puedes encontrar con un coche de frente o que el coche que te esté adelantando te cierre, pero creo que en ese momento, de poco me van a servir los frenos.

Se me olvidaba, el arcén, ese gran compañero de ruta. Yendo con la MTB, entre camino y camino, o cuando vas pajaroso y hay que llegar a casa lo más rápido y fácil posible, he hecho unos cuantos kms por carretera y más o menos, creo que era consciente de lo complicado que lo tienen los carreteros cuando se tienen que ceñir a según qué arcenes. Agujereados, rajados, sucios, con piedras...no es el mejor firme para esas ruedas tan finas y duras de presión que llevan las flacas. Con razón mis colegas que practican más flaca que MTB pinchan tan a menudo. Claro, una flaca no se puede tubelizar. No hice la "sanjuanada" de salir de la tienda sin unas meras nociones básicas de flaca. Pregunté si montaba cámaras de aire o tubulares. Nunca he cambiado un tubular y por lo que tengo oído, fácil no es. Así que por un finde, prefería algo sencillo y menos mal, la Scultura llevaba cubierta y cámara. Así que amablemente, en Cross Chicken me dejaron un juego de cámaras de aire por si acaso pinchaba.

Según llegaba a Colmenar viejo, antes de la bajada al río Manzanares, alcancé a un compañero de fatigas, también con flaca, con el que intercambié experiencias. El también tenía MTB y ambos pensábamos lo mismo: la MTB es más divertida, pero en épocas de lluvias...la flaca cunde más, por mucho que nos pese. Incluso por esa carretera de cabras que es la M-618 que va entre Torrelodones y Colmenar Viejo, el fino rodar de la flaca se nota, es relativamente fácil llevar una velocidad constante, también es que no tiene grandes desniveles. Pero lo que más se nota y se aprecia es la falta de rozamiento del neumático con el firme, no notas ese lastre que lleva la MTB sobre el asfalto. Además de no oir apenas ningún ruido de cubierta ni de tacos. No todo iba a ser malo. Pero siempre está la presencia de los automóviles y encima con el aire que te da en la cara y en los oídos, no siempre es fácil percatarse de que llega un coche por detrás. Yo no podía evitar echar la cabeza hacia atrás de vez en cuando, con el rabillo del ojo. Este finde fue finde de Oakley M-Frame, les dí un pequeño descanso a las Racing Jacket que estoy utilizando últimamente cuando salgo en MTB. ¿Porqué? Pues porque en la carretera no hay barro, ni charcos, ni ríos que cruzar ni nada que te pueda saltar a los ojos desde la rueda. Así que con llevar unas buenas gafas que te protejan de bichos alados, es suficiente.

Llegué a mi primera zona de...llamémoslo "intranquilidad", miedo sería un poco exagerado. La primera bajada con curvas pronunciadas, carretera estrecha, coches que van en modo rally invadiendo en ocasiones el carril contrario y yo sin poder frenar con seguridad. Sí, podía frenar, pero la bici no se paraba con la misma facilidad que la MTB, así que lamentablemente, no me dejé caer tan libremente como lo habría hecho con la MTB. Lo que sí aprecié, fue el agarre de los neumáticos, tan finos, sobre el asfalto. Me dieron más seguridad incluso que cuando bajo con la MTB. Pero en cuanto cogía velocidad, echaba  manos a los frenos. Otra tortura en la carretera son los badenes al cruzar los pueblos. Cualquiera, por muy suave que sea, te hacía retumbar todo el cuerpo. Así que nada, ya sé que no es la mejor técnica para bajar, pero fui bajando con ligeros toques de freno para no embalarme en exceso. Y ya luego en la subida hacia Colmenar, iba más tranquilo. Pude agarrar el manillar en la zona horizontal y a tirar para arriba con esa "facilidad" de pedaleo que otorgan las flacas.

Llegué a Colmenar y enganché el famoso carril bici, ese que permite conectar la capital con la sierra madrileña, y puertos como el de Morcuera, Canencia para ir calentando piernas. El carril bici es un cachondeo, ves a todo tipo de fauna en la bici, desde el típico abuelito que sale a dar su paseo matutino hasta la grupeta que va haciendo series para ganar algún KOM. Y yo allí, con mi camelbak y mis piernas sin depilar. Creo que si hubiese un control de acceso, no me habrían dejado pasado. Y seguro que a más de un carretero se le quemaron los ojos al verme, jejeje. Pero claro, cuando vas en bici de carretera, no necesitas esa agilidad de movimientos de una MTB en cualquier descenso, en donde a la salida de una curva te puedas encontrar con una roca, una raíz o cualquier obstáculo que te obligue a desviarte brúscamente. Por eso me gusta llevar la MTB ligera, sin cargar con bolsita de sillín ni bidones. En cambio con la flaca, eso no pasa, al contrario, al ser bicis tan ligeras, creo que no viene mal llevar los botellines en el cuadro, le dan más aplomo y estabilidad. Así que al día siguiente, dejé el camel en casa y fui con botellines. Además de tampoco ser necesario llevar tanta agua ya que siempre habrá algúna gasolinera o fuente de pueblo en donde rellenar bidón.

Se va más cómodo sin mochila? probablemente. En mi caso no noté la diferencia, porque desde siempre he ido con Camelbak, es como llevar casco. Si salgo sin él, me noto raro. Y no, no da más calor ni sudo más ni menos por llevar Camelbak. Y la aerodinámica....pues hombre, para mi nivel, eso es lo que menos me preocupa. Y sabemos todos que este es un país en el que a todo el mundo le gusta opinar y se siente con la superioridad moral de decirte cómo has de ir y no ir. Y más aún cuando nadie es perfecto...en fin.

Este sábado tenía intención de subir hasta Canencia, pero según iba subiendo hasta Miraflores, iba cruzándome con carreteros que bajaban a toda pastilla y yo no me veía capaz de bajar tan rápido. Y eso que tampoco eran los rampones que hay según te acercas a los puertos. Así que como mucho iba a llegar a Miraflores y luego darme la vuelta, para no tener que bajar carreteras tan empinadas. En la subida fui adelantando a unos cuantos carreteros, y eso que pensaba que iría bastante peor. Aunque por el carril bici sí que hubo unas cuantas lijadas, jeje.

Y el domingo un poco más de lo mismo, Hoyo hasta Colmenar viejo, pasando por Collado Villalba y luego carretera hasta Colmenar. Algo de carril bici hasta Soto y luego vuelta hasta Manzanares el real, en donde hice una paradita en la gasolinera. Algo bueno tiene la carretera y es eso, que es complicado quedarse sin agua ni algún tipo de avituallamiento. Es complicado quedarse tirado por algún problema mecánico, al tener la posibilidad de que alguien con coche pueda ir a recogerte. No es como cuando estás en mitad del campo, que se te ha ido la ruta de las manos y estás lejos de cualquier sitio civilizado. Y luego continué con la ruta y a pesar de parecer la carretera más sosa que el campo, también tiene sus bifurcaciones, en donde puedes elegir "perderte" o ir a tiro hecho. Pierde un poco el toque aventura que tiene el MTB, en el que nunca sabes si un sendero va a morir en mitad de un bosque o te va a llevar a un descenso alucinante. En la carretera, si coges un desvío, malo será que llegues a un callejón sin salida.

Las sensaciones en general un poco mejores que el día anterior. Incluso cogí rueda de una pareja de carreteros y nada que ver con ir a rueda en la MTB en donde algo se nota, pero muchísimo más en la carretera. Incluso había momentos en los que me podía permitir dejarme llevar sin pedalear. El llevar una tija de carbono también hace que las vibraciones se absorban un poco y no vayan directas al cuerpo. Por lo que pese a ser un cuadro de aluminio, no fue excesivamente incómodo. Y tampoco me creo que un cuadro de carbono fuese igual que ir con una doble, por mucho que digan que el carbono absorbe más las vibraciones.

La ruta del domingo tuvo menos desnivel, pero más pedaleo, más velocidad constante, algún repechillo en el que apretar. Pero al final llegué a casa con más de 90kms en las piernas en un tiempo aceptable. Hacerse 90kms con la MTB puede oscilar desde una mañana hasta llegar a casa pasadas las 16h según el berenjenal en el que te metas. Y esa es una de las cosas que me gustó de la carretera. Recuerdo que volviendo ya para casa, al pasar por Villalba, iba muy justo de agua (mierda de botellín...no me habría pasando llevando el Camelbak, jajaja) y me costó bastante encontrar una fuente o algún sitio en donde pillar agua. Pero bueno, fue algo puntual.

En fin, ya resumiendo que esto se alarga. Resultado global: postura más encogida, menos cómodo que con la 29", un rodar más fácil sin pérdidas de adherencia en cualquier situación, los kms cunden más, te permite mantener un ritmo durante más tiempo que la de montaña, sin embargo me resultó más aburrido precisamente por eso, esos largos momentos en los que llevas la misma cadencia y ves el mismo paisaje todo el rato. Como parte positivo, bici ideal para montar en rodillo y echar una horita en caso de mal tiempo fuera, o bici para salir a pedalear si el campo estuviese impracticable, además del menor mantenimiento que necesita frente a la MTB: raro es la salida en MTB que no vuelves o lleno de polvo o lleno de barro, en cambio la carretera, malo será que no vuelvas como saliste. Justo por eso, también es la bici ideal para salir entre semana: llegar a casa del curro, vestirse, subirse a la bici, echar una horita pedaleando, volver a casa y dejarla guardarda y hasta el día siguiente. Así que tras este finde de prueba, no me desagradan del todo.

PD: En cuanto vuelva a Madrid y tenga una conexión decente, subo unas fotillos. Perdón por el tocho.




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