sábado, 7 de mayo de 2016

Fantasmeando contra el Cierzo - Monegros 2016

Tras la vuelta a Ibiza, la semana de vacaciones en Canarias, tocaba Monegros. Un clásico en mi calendario. No tanto por la carrera ya que es pista, pista y más pista. Pero me gusta mucho por encontrame con los compañeros del foro, Alejandro, Alfonso, unos auténticos #masterprotour. Aunque por desgracia, este año iba a faltar a la cita el cuarto mosquetero, Pedro, que no iba a poder venir por compromisos personales. Pero este año se juntaba que iba junto con Alvaro y nos íbamos a juntar allí con otros dos foreros de la plataforma: Manu con quien ya había coincidido el año pasado junto con su novia participando en la corta y Rubén, al cual conocía solo de habernos cruzado mensajes por el foro y Facebook, pero seguro que iba a ser un tío de puta madre. No conozco a nadie que mida más de 1.90mts que no sea simpático, afable y buena persona.

Desde Madrid salía con Alvaro, tras recogerle en su curro, con las maletas y las bicis, directos a Sariñena. Esta vez llegamos más pronto que ningún viernes, es lo que tiene salir a una hora decente del curro. Alejandro salía también de Madrid, pero por su cuenta, previo paso por Zaragoza para luego juntarse con nosotros en Sari. Recogida de los dorsales, esta vez me preocupé de no perder el dorsal como en Ibiza, nos paseamos por los stands, y nos encontramos con Alfonso y señora, que se habían acercado a ver el ambiente y saludarnos. Como siempre, super simpáticos y agradables. La pregunta de cada año "¿Y tu novia no se anima a venir?", jejeje. Cómo se nota que no la conocen, jejeje. "Algún día, algún día la engañaré". Pero lo mucho que me anima, me apoya cuando estoy con los nervios en la semana previa, cuando me ha llevado a las salidas a horas intempestivas, o las veces que ha ido a buscarme al aeropuerto o cuando la bici me deja tirado....eso no se lo puedo agradecer lo suficiente.

A media tarde llegaban Rubén y Manu para recoger sus dorsales y echar un vistazo a los stands antes de que cerrasen. Nos fuimos a la zona de "restauración" a tomarnos unos refrigerios en espera de que Alejandro llegara y nos pudiéramos ir a casa a dejar los bártulos, cenar, adjudicarnos las habitaciones/camas y descansar. Yo me había traído sábanas para colchón individual pensando en que dormiría en una cama tal, pero al final me tocó mi cama habitual, así que sábanas de cama individual en cama de matrimonio, jeje. Lo peor llegó como a las 6h de la mañana....me despertó el ruido de la lluvia. Caían chuzos de punta. Joder, el trazado debía de estar poniéndose fino de barro, y encima el barro de monegros no es que sea de los más "agradables". Arcilloso, pegajoso....temible. Amaneció, desayunamos y nos fuimos hacia Sari en donde esperábamos que el tiempo mejorase. Por favor...qué despeje y dé el sol. Pero los nativos nos avisaban "cuidado, que si deja de llover, entonces soplará el Cierzo"....el temido Cierzo. No sé qué podía ser peor, si el viento o el barro.

En los prolegómenos de la carrera, coincidimos con Toni, otro forero de la plataforma con el que ya nos habíamos cruzado varios mensajes, un biker oldschool, de los que lleva años dándole a los pedales. Aunque con mucha pachorra, estaba comiendo con nosotros, sin haber caído en la cuenta de que tenía que recoger el dorsal. Nosotros ya teníamos las bicis listas y preparadas, jeje. Este año me cuidé mucho de no pasarme con la comida. El desayuno, fue como uno que puedo tomar cualquier finde normal de ruta y me llevé un tupper pequeño de pasta, en vez de uno grande como el año pasado. Graso error, ya que tuve unos retortijones de aupa. Este año quería hacer las cosas bien. Comer lo justo, sin pasarme. Así que un poco de ensalada de pasta y un plátano y listo. Lo justo para tampoco tener ganas de ir al baño justo antes de la carrera. En fin, la hora se acercaba y Alvaro y yo nos fuimos al cajón, mientras que Rubén, Manu y Toni se iban al suyo. Este año tardamos un poco más en meternos al cajón y quedamos algo alejados de nuestro arco, una lástima. Mientras estábamos allí esperando ví pasar a un colega de la peña, al que fui a saludar un poco más atrás en el cajón.

Y por fín sonó el pistoletazo de salida. La salida fue bastante tranquila al salir de tan atrás. Primero el tiempo empleado en cruzar el arco principal de meta y luego la salida del pueblo, demasiado tranquila para que lo había vivido en anteriores pruebas. Y ya pasados el arco pensé que el ritmo se aceleraría, pero nada más lejos de la realidad. Joder, parecía una puta marcha.... Intenté adelantar a toda la gente posible, con Alvaro haciendo lo mismo como bien podía. Adelantar, pero con cuidado, no quería ni enganchones ni los típicos reproches de "eeh...que esto no es una carrera!!" del mismo modo que a mí en otras ocasiones me ha jodido que alguien me pase rozando el manillar. Así que adelantamientos limpios, pidiendo paso, y agradeciendo el que me cedan el paso. Salimos del pueblo y nos enfrentamos a la triste realidad que tendríamos durante gran parte de la carrera: el dichoso viento, el famoso Cierzo en todo su esplendor. La salida de Sariñena es bastante caótica ya que la pista va haciendo constantes giros. Por muchos años que lleve haciéndola, siempre voy algo desorientado y hoy el viento siempre daba de cara, daba igual hacia qué lado hicieras el giro que zasca!!! en toda la cara, o de lado. Ahí aprendí lo que es ir en abanico, jejee. Eso sí, en cuanto el viento te daba de culo...empezaba a bajar piñones y a pedalear como un loco, sin tampoco calentarme mucho. Pero para bien o para mal, servidor no es pequeño y hace vela y cuando una vela pilla el viento a favor, se infla y avanza a toda pastilla.

Y así fui hasta el primer avituallamiento, que en su mayor parte el viento nos daba de culo. En un par de giros avisté a Alvaro, pero no sé porqué, no conseguía conectar conmigo, aunque tampoco le sacaba yo mucho tiempo. Tras pasar el primer avituallamiento, tocaba la subida del pilón, con una cierta protección del Cierzo, así que la subida no se hizo muy dura. Fui dosificando, pedaleando a molinillo, adelantando a gente, pero sin calentarme. Que otros años había pagado luego la factura en la bajada a Peñalba en donde palmé en algunos falsos llanos. Esta vez con la 29" iba a bajar enchufado, jeje. Además que este año nos habían quitado el tramo de subida técnico hasta las antenas, así que guay, subida de tranqui, por pista y manteniendo ritmo. En donde sí me llevé una ligera decepción fue al coronar, en donde normalmente solía haber una carpa con algo de isotónico al cual le habría dado un chupito encantado, pero aún tenía agua en el Camelbak, así que nada. Soltarme un poco de manos del manillar, erguir un poco la espalda, estirar un pelín mientras sigo avanzando hasta encarar la bajada. Este año noté muchísimo la diferencia entre el pasado yendo con la 26" y éste con la 29". A nada que pillara una cierta cadencia de pedaleo, la bici iba sola y en esos falsos llanos que hay en la bajada apenas bajé el ritmo. El año pasado llegué a Peñalba jodido y este año llegaba bien, así que decidí no pararme. A toro pasado...no, a toro pasado creo que hice bien, lo que hice mal viene a continuación.

Mientras llegábamos a Peñalba, apuntando al sur, se notaba cómo llegaba el viento de costado, ligeramente de culo, por lo que me esperaba a la vuelta iba a ser el puto infierno. Viendo de costado, frontal y fuerte. Así que nada, tocaba salir de Peñalba por la pista un poco desperdigados todos, hasta que encontré un grupo. Y como dije anteriormente, para bien o para mal, servidor es grande y hace vela y aquí iba a ser para mal. Daba igual cómo me colocara dentro del grupo, lo mucho o lo poco que me agachara sobre el manillar que el viento me daba de lleno. Menudo calvario me esperaba en los próximos 40kms. El grupo que pillé le daba fuerte, no me quedaba descolgado, pero tampoco me permitía ir relajado. Recordé lo que me contaron los colegas monegrinos, que mejor pillar un grupo que te cueste un poco que uno en el que vayas relajado, el cual te hará perder tiempo. Ibamos pillando grupos y gente desperdigada y uno de los peligros del abanico es cuando de repente te quedas sin hueco en el camino y estaba siendo mi primera clase de abanicos...por lo que varias veces me quedaba encerrado y tenía que descolgarme del grupo. Joder, no sabía por donde meterme. Y justo cuando estábamos a punto de encarar la zona en donde el viento ya pegaba completamente de frente, hice la gran estupidez del día. No iba con intención de hacer una demostración de fuerza, pero ví a lo lejos un grupo con menos gente al cual pensaba que podría alcanzar.

Pero nada más lejos de la realidad. Pensaba que me daba el viento de lleno, pero no fue hasta salirme del grupo en donde realmente pude sentir lo que es el viento de cara...Es como si de repente se me frenara la bici, como si tuviera que arrastrar a alguien. Me costó la vida tratar de alcanzar al grupo que nos precedía, y digo bien "tratar" porque no llegué a conectar con ellos. Y lo peor, es que el desgaste físico fue tal que el grupo que había abandonado previamente me pasó sin contemplaciones y no fui capaz de engancharme a ellos. Perdí toda protección contra el viento en el tramo que había hasta Valfarta, una serie de toboganes, siempre en falso llano que me iban machacando. De vez en cuando conseguía pillar algún grupo, pero ya iba jodido. Iba a ser un completo calvario hasta poder llegar al tercer avituallamiento. Y encima, el pedalier haciéndome un ruido de crujido a cada pedalada, con lo que soy yo para los ruiditos en la bici. Sonaba como a rodamiento gripado..."cri! cri! cri! cri!...." a cada puta pedalada... "cri! cri! cri! cri!..." joder. Empezaba a rayarme, ¿será el eje? ¿será el cuadro que se estará rajando? Ahí la cabeza me empezaba a fallar y si no fuese suficiente con eso, las lumbares me empezaban a machacar. El ir pedaleando mordiendo el manillar para tratar de ofrecer la menor resistencia al viento me estaba machacando. Mira, al menos no estaba teniendo los retortijones que tuve el año pasado.

Trataba por todos los medios de no pararme, me intentaba estirar sobre la bici tratando de no pararme. Pero claro, en ocasiones dejaba de pedalear y por el viento frontal apenas avanzaba tres metros sin tener que volver a pedalear para no pararme del todo. Llegué lastimósamente al tercer avituallamiento en donde unos metros antes, Alvaro me alcanzó. Nos paramos juntos en el tercer avituallamiento para tratar de reponer fuerzas, yo estaba destrozado. Ojalá hubiese seguido en aquel grupito, habría podido llegar al tercer avituallamiento más entero. Reponemos fuerzas, esta vez me cuido de no beber cual camello y no hincharme de agua, un poco de fruta, y retomamos la marcha, más fortalecidos. Nos vamos relevando hasta conectar con el recorrido de la corta. Esa bajada rápida con tanta gente siempre me da respeto, así que me descuelgo un poco de Alvaro, pero sin perderle de vista y en cuanto el terreno se vuelve a allanar un poco, consigo engancharme a él. Vamos pidiendo paso, cruzamos el cuarto avituallamiento y nos dirigimos hacia los últimos 10kms que van a ser mortales.

No es que queden 10kms, son unos pocos más, pero hay un tramo de 10kms en los que pedaleamos directamente en contra del viento. Cómo será, que llego a ver incluso a gente caerse de la bici. Un grupito de 7 personas, ocupando toooda la anchura de la pista y para más inri, tirándose al suelo para ocupar más hueco. Me obliga a ir por el campo fuera pista, deseando no pinchar. Le pierdo la pista a Alvaro, pero no debe de andar muy lejos. Ni yo estoy tan fuerte ni él tan débil como para que haya tanta distancia entre ambos. Pero no tengo fuerzas ni para girar la cabeza hacia atrás, sigo con la mirada clavada en el manillar, moviendo las piernas para pedalear, con el dichoso crujido del eje de pedalier. Por fin esos 10kms mortales se terminan, y pillamos la carretera hasta Albalatillo, desde donde engancharemos otro tramo en donde el viento no nos da tregua, otra vez vuelve a soplarnos de costado, ligeramente de frente. Joder, esto nunca se acaba!! No importa hacia qué lado hagas el giro, que el viento sopla siempre de frente, esto es de locos. Hay momentos en los que soplaba tan fuerte que me levantaba dolor de cabeza, nunca había sufrido un vendaval así de fuerte.

Por fin cruzo la meta!!! 5h38 de tiempo neto, no está mal, para todo el viento que ha soplado, aunque mi intención de bajar de las 5h se ha esfumado completamente. Me libro de la expulsión del grupo de whatsapp por el Cierzo. Y por otra parte consigo otra de las metas que me había puesto que era meterme entre los 1000 primeros. Así que de cara al año que viene, sigo con la espinita de meterme por debajo de las 5h. Espero que el año que viene ni haga viento, ni llueva, ni pinche, ni me caiga....bueno, para el año que viene habrá que entrenar más y mejor y punto.

PD: otra vez pido disculpas por no subir fotos, en una semanita actualizo la entrada subiendo contenido.

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